Investigar un fiasco

Un partido pol¨ªtico peque?o y de creaci¨®n reciente, Uni¨®n Progreso y Democracia (UPyD), ha sido el fulminante de las diligencias abiertas ayer por presuntos delitos gen¨¦ricamente atribuidos a los antiguos administradores de Bankia, la cuarta entidad financiera de Espa?a. Que la investigaci¨®n se haga por la v¨ªa judicial, en vez de haberse iniciado en el Congreso de los Diputados, dice mucho del estado en que se encuentra la c¨¢mara elegida hace poco m¨¢s de siete meses, incapaz de desempe?ar un papel comparable al del Congreso de Estados Unidos, que intervino largamente tras el desastre de sus instituciones financieras de 2008, o al del Parlamento brit¨¢nico, que lo ha hecho de forma fulminante, apenas unos d¨ªas despu¨¦s, a ra¨ªz de la manipulaci¨®n del ¨ªndice interbancario de Londres por Barclays y otros bancos.

Bloqueado por el PP y entre titubeos del PSOE, el Parlamento espa?ol no ha tomado m¨¢s iniciativa que la de comparecencias con cuentagotas y a puerta cerrada. La consecuencia es la apertura de una investigaci¨®n judicial por querella de un partido parlamentario. Si se pretend¨ªa que los altos ejecutivos de Bankia no dieran la cara, que no se les sometiera a preguntas abiertamente o que se informara lo menos posible en los medios de comunicaci¨®n, ahora esos mismos ejecutivos se ven convocados a la Audiencia Nacional, en calidad de imputados, entre ellos el expresidente de la entidad, Rodrigo Rato. Asimismo se llama como testigo al exgobernador del Banco de Espa?a Miguel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez y al auditor que se neg¨® a firmar las cuentas de la entidad tal como hab¨ªan sido formuladas por el equipo de Rato.

El auto de apertura todav¨ªa no es firme y la fiscal¨ªa, si bien apoya la admisi¨®n a tr¨¢mite de la querella de UPyD, se opone a varias peticiones del querellante, como la intervenci¨®n judicial de Bankia, que se sustanciar¨¢ tras una vista convocada para el pr¨®ximo d¨ªa 23. El propio juez instructor, Fernando Andreu, aunque llama como imputados a los que fueron miembros de los Consejos de Bankia y BFA, puntualiza que no se puede definir a¨²n la responsabilidad exigible a cada uno de ellos.

La investigaci¨®n era indispensable. Beneficios transformados repentinamente en p¨¦rdidas abismales, dimisi¨®n de Rato, apresurada nacionalizaci¨®n del banco, afloramiento de un desfase de 23.000 millones de euros, recurso a la ayuda financiera europea: todo eso no pod¨ªa sustanciarse sin la menor explicaci¨®n a los contribuyentes llamados a cubrir el agujero. Las diligencias abiertas prueban que el bloqueo pol¨ªtico de las indagaciones estaba condenado al fracaso. Se a?aden a ello actuaciones de las fiscal¨ªas en Catalu?a y Galicia respecto a otras entidades financieras necesitadas de fondos p¨²blicos. Pero todo eso no excluye al Parlamento de su responsabilidad: la representaci¨®n de los espa?oles se hab¨ªa abstenido de intervenir y ese fiasco, a?adido al de la propia entidad financiera, permanece sin resolver.