Medicina tradicional africana: algunas razones para respetarla
Autor invitado: Bartomeu Adrover Fiol (*)
El etnocentrismo europeo y, por extensi¨®n, de toda la llamada cultura occidental tiende a infravalorar al resto de culturas. Si hay un ¨¢mbito del conocimiento donde esta actitud se manifiesta de forma palmaria, sin duda es en el de la medicina. Nuestra cultura cient¨ªfica, forjada sobre la prosperidad que dio a Europa la explotaci¨®n colonial de ?frica y Am¨¦rica, aporta indiscutiblemente recursos valios¨ªsimos que pueden y deben utilitzarse en la lucha del ser humano contra la enfermedad. Pero ni son los ¨²nicos recursos disponibles ni s¨®lo son aceptables aquellos que se adaptan a nuestros criterios. En ?frica, aunque ocultos mayoritariamente tras las secuelas del colonialismo, existen conocimientos m¨¦dicos atesorados a lo largo de una historia mucho m¨¢s larga que la europea y que pueden contribuir no s¨®lo y en primer lugar al bienestar de los africanos sino tambi¨¦n al de toda la humanidad.
El concepto de medicina tradicional y sus relaciones con la medicina cient¨ªfica. Aquellos conocimientos y pr¨¢cticas ¨²tiles para preservar y mejorar la salud, que nacen de la cultura propia de una determinada sociedad pueden considerarse medicina tradicional. El conocimiento emp¨ªrico de las propiedades curativas de las plantas, constituye en ?frica la base de la terap¨¦utica tradicional. Como la constituye tambi¨¦n, en buena medida, de nuestra denominada medicina occidental o cient¨ªfica.
Nadie escribi¨® su nombre pero fue una mujer ¡°hierbera¡± quien a finales del siglo XVIII revel¨® a la medicina cient¨ªfica la utilidad de la digital para combatir la hidropes¨ªa; hoy, los principios activos de esta planta (Digitalis sp.) constituyen la base de los medicamentos ¡°cient¨ªficos¡± m¨¢s usados para combatir la hidropes¨ªa y la insuficiencia card¨ªaca que la provoca. Tambi¨¦n la cultura popular africana ha nutrido nuestra farmacopea: algunos de los antihipertensivos m¨¢s usados surgieron de extractos de khella (Amni visnaga), planta usada tradicionalmente en el norte de ?frica; de la vinca de Madagascar (Catharanthus roseus) obtenemos potentes antitumorales; del ciruelo africano (Pygeum africanum) elaboramos los principales medicamentos para combatir la hiperplasia benigna de pr¨®stata bas¨¢ndonos en el uso tradicional por parte de algunas etnias del centro y sur de ?frica para tratar esta dolencia. Son muchos los ejemplos que, como los citados, evidencian que tambi¨¦n ?frica y su cultura pueden aportar a ¡°nuestra medicina¡± conocimientos substanciales.
La salud en ?frica y el acceso a los medicamentos. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) el 80 % de la poblaci¨®n africana no tiene acceso a otra medicina que no sea la tradicional. Ni las compa?¨ªas farmac¨¦uticas ven rentable invertir en medicamentos para enfermedades africanas (malaria, tripanosomiasis, kala-azar, parasitosis varias, etc) ni el espejismo post-colonial de la infalibilidad de la medicina occidental, presente en la mente de muchos africanos, permite aprovechar el potencial de la medicina tradicional. La medicina occidental es cara y dif¨ªcilmente accesible y la medicina tradicional est¨¢ desprestigiada y, en general, desatendida por los gobiernos; he ah¨ª el contexto que impide a una gran parte de la poblaci¨®n africana solucionar adecuadamente sus problemas de salud.
La medicina tradicional como recurso v¨¢lido para la salud en ?frica y en el mundo. Aprovechar los recursos terap¨¦uticos de su propia tradici¨®n y cultura puede permitir a los pa¨ªses africanos avanzar hacia la soberan¨ªa sanitaria rompiendo la dependencia de la ¡°generosa¡± ayuda ¨C a veces, bajo patente ¨C de la medicina occidental. Desde 1978 la OMS reconoce la importancia de las diversas medicinas tradicionales del mundo y, en este sentido, algunos gobiernos africanos - pocos, ciertamente - han propiciado la investigaci¨®n, validaci¨®n y comercializaci¨®n de medicamentos usados tradicionalmente que, tras su ¡°normalizaci¨®n¡± reciben el nombre de ¡°medicamentos tradicionales mejorados¡±. De esta forma, cerca de 30 medicamentos basados en extractos de plantas de uso tradicional han sido elaborados y comercializados en pa¨ªses como Mali, Guinea, Camer¨²n, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Nigeria, Burkina Faso o Senegal. Con ellos, dolencias como la malaria, gastroenteritis, infecciones diversas y un largo etc¨¦tera pueden combatirse de forma eficaz y asequible. Incluso uno de ellos, el Niprisan, elaborado en Nigeria como remedio para la drepanocitosis ha sido aprobado por la FDA para su uso en Estados Unidos.
Yvette Par¨¨s, Keur Massar y el error de despreciar aquello que se ignora. En Senegal, aun sin un marco legal consolidado, existe el hospital de medicina tradicional de Keur Massar donde se tratan anualmente miles de pacientes por un equipo de terapeutas tradicionales y se prescriben los medicamentos elaborados en el propio hospital a base de plantas medicinales cultivadas en su jard¨ªn o recolectadas en su h¨¢bitad natural. Inici¨® este proyecto, referente de la medicina tradicional africana, la Dra. Yvette Par¨¨s, una extraordinaria cient¨ªfica europea capaz de entender y aceptar humildemente que los tratamientos que algunos terapeutas tradicionales aplicaban para la lepra eran mucho mejores que los que ¡°su¡± medicina pod¨ªa aportar. As¨ª, inici¨® su formaci¨®n con Dadi Diallo, terapeuta tradicional con quien fund¨® el Hospital Tradicional de Keur Massar en 1980. Las palabras que Yvette Par¨¨s dej¨® escritas acerca del equivocado concepto que tienen muchos europeos de la cultura Africana deber¨ªan servirnos de gu¨ªa para valorar las posibilidades de la medicina tradicional africana: ¡°el verdadero problema es que los europeos no pueden aceptar que una obra africana pueda funcionar normalmente sin la tutela de un occidental o de un occidentalizado¡±.
(*) Bartomeu Adrover es Doctor en Qu¨ªmica por la Universidad de las Islas Baleares. Director t¨¦cnico del laboratorio del Colegio de Farmac¨¦uticos de las Islas Baleares. Colaborador de Ruta47.
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