Mujeres Invisibles - Presentaci¨®n
El feminismo y la lucha de las organizaciones de mujeres han permitido limitar los efectos antidemocr¨¢ticos de la discriminaci¨®n sexual y de las relaciones patriarcales que han marcado el desarrollo de las sociedades modernas. Actualmente, sin embargo, las desigualdades de g¨¦nero persisten en todos los campos de la vida social. Resulta obvio que han habido grandes avances en la reducci¨®n de la distancia que separa las oportunidades de hombres y mujeres en el mercado de trabajo, el sistema escolar, la representaci¨®n pol¨ªtica y los derechos sociales. Entre tanto, hay un efecto paradojal en la percepci¨®n generalizada que discriminar a las mujeres debe ser considerado un hecho negativo en las comunidades democr¨¢ticas: nuestras sociedades han creado una serie de estrategias ling¨¹¨ªsticas, as¨ª como un conjunto de pr¨¢cticas y de relaciones sociales que han tenido un efecto bastante modesto en limitar las desigualdades de g¨¦nero, pero un gran poder en volverlas difusas. El machismo nunca ha dejado de ser una pr¨¢ctica extendida y sustentada en un conjunto de valores y convicciones morales que, con extraordinaria eficacia, penetra capilarmente en nuestras instituciones y pr¨¢cticas sociales, volvi¨¦ndose imperceptible, aparentemente inofensivo o irrelevante. El establecimiento de ciertos c¨®digos ling¨¹¨ªsticos no sexistas, as¨ª como la solidaridad que expresan casi todos los hombres de negocios, representantes pol¨ªticos, jueces y comunicadores sociales ante las demandas de igualdad de g¨¦nero, parecen no haber sido suficientes para desmontar las bases morales e institucionales que garantizan la persistencia de la discriminaci¨®n de las mujeres en el mundo del trabajo, la educaci¨®n, la pol¨ªtica, la cultura y en todas las esferas de poder donde se definen los destinos de nuestras sociedades. Las desigualdades entre hombres y mujeres se han vuelto hoy menos evidentes, aunque no por eso, menos efectivas. Naturalmente, en los pa¨ªses m¨¢s pobres, estos procesos de discriminaci¨®n de g¨¦nero son m¨¢s intensos y profundos, aunque las naciones m¨¢s ricas y poderosas del planeta tampoco tienen mucho de que galardonarse en esta materia.
Las desigualdades de g¨¦nero son siempre producto de estructuras sociales en las que operan complejos procesos de segregaci¨®n y exclusi¨®n. Sin embargo, la invisibilidad de la discriminaci¨®n de g¨¦nero se produce gracias al efecto persuasivo de valores y discursos sustentados en una cultura machista y sexista de la que casi nadie se hace cargo, pero cuyos efectos resultan ineludibles. Se trata de una cuesti¨®n de la mayor importancia, ya que la discriminaci¨®n de g¨¦nero no s¨®lo se apoya y se edifica en la materialidad de las instituciones, sino tambi¨¦n en la materialidad de las ideas y de los valores, en la ¨¦tica y en la cultura pol¨ªtica de nuestras sociedades. La invisibilidad de la discriminaci¨®n de g¨¦nero se vuelve efectiva porque las mismas mujeres son invisibilizadas cuando las evidencias inocultables de su cotidiana discriminaci¨®n se diluyen, pareciendo poco importantes, imperceptibles o, simplemente, naturales. La eficacia de cualquier proceso de discriminaci¨®n depende, en buena medida, de su capacidad para volverse aparentemente inocuo, de que sus efectos parezcan irrelevantes y su misma existencia inevitable.
Mujeres Invisibles constituye una serie de notas que publicaremos peri¨®dicamente en CONTRAPUNTOS, con el objetivo de poner en evidencia la persistencia de los procesos de segregaci¨®n y exclusi¨®n de las mujeres en diferentes campos de la vida social.
?Por qu¨¦ este tipo de preocupaciones en un blog cuyo tema central es la educaci¨®n?
Considero que volver visibles las desigualdades de g¨¦nero es una condici¨®n necesaria para hacer de las nuestras, sociedades m¨¢s justas y democr¨¢ticas. Se trata de un desaf¨ªo que debemos asumir, especialmente, en las instituciones educativas. Hay quienes piensan que la educaci¨®n s¨®lo contribuye con una vida mejor cuando transmite los conocimientos necesarios para que las personas puedan competir por los mejores empleos, aumentando sus ingresos y acumulando as¨ª m¨¢s riqueza. Se trata, desde mi punto de vista, de una visi¨®n limitada y sesgada del enorme potencial democr¨¢tico que tiene la educaci¨®n y la acci¨®n escolar. Los procesos educativos pueden contribuir, en efecto, con el desarrollo de las condiciones necesarias para que los seres humanos vivan y convivan en mejores condiciones. La manera de hacerlo es promoviendo que cada uno pueda comprender y apropiarse de los saberes necesarios para construir sociedades m¨¢s igualitarias. El desaf¨ªo de la educaci¨®n reside en contribuir a que vivamos en una sociedad donde los derechos humanos est¨¦n garantizados para todos y no s¨®lo para los que tienen dinero para pagar por ellos. Vivir mejor en una sociedad supone construir las bases efectivas de nuestra igualdad y no perpetuar las estructuras que reproducen un conjunto de privilegios que se ocultan por detr¨¢s del ejercicio de una supuesta libertad de elecci¨®n, de la herencia, la suerte o del indulgente mito del m¨¦rito individual.
En una sociedad efectivamente democr¨¢tica la educaci¨®n contribuye a crear las condiciones para una vida m¨¢s digna, justa e igualitaria.
Por tal motivo, si la educaci¨®n contribuye a tornar visibles los procesos de discriminaci¨®n de g¨¦nero, podr¨¢ ayudarnos tambi¨¦n a luchar mejor contra las causas que los producen y contra los valores que los vuelven aparemente inofensivos o naturales. Se trata de un problema de educaci¨®n ciudadana. Siendo as¨ª, no debe sorprender que la formaci¨®n de la ciudadan¨ªa genere reacciones tan vehementes en los gobiernos conservadores y en los hombres de negocios que creen que la desigualdad ayuda al progreso y la discriminaci¨®n es una consecuencia inevitable de cualquier sistema competitivo.
Mujeres Invisibles abordar¨¢ diversas esferas donde se evidencian e invisibilizan las desigualdades de g¨¦nero: el poder econ¨®mico, la profesi¨®n docente, los procesos migratorios, la diplomacia, el mercado de trabajo, la violencia, las condiciones de salud, entre otros.
(Si Ud. desea colaborar con datos, sugerencias e informaciones para incluir o desarrollar en la serie Mujeres Invisibles, por favor, le pido que me haga llegar su contribuci¨®n a contrapuntos.mujeresinvisibles@gmail.com)
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