Un mazazo y un alivio
La nueva cifra del d¨¦ficit de 2011 complica el objetivo de cumplimiento del Gobierno
La revisi¨®n por Eurostat de la cifra del d¨¦ficit p¨²blico espa?ol en 2011 constituye un duro mazazo, sobre todo psicol¨®gico y de imagen. Al situarse en el 9,4%, equipara exactamente el dato de Espa?a con el registrado por Grecia.
Es cierto que esta novedad encierra alg¨²n paliativo ante el inmediato futuro, si se desagrega su composici¨®n. En parte se debe a que se han contabilizado como d¨¦ficit las ayudas otorgadas a las cajas / bancos nacionalizados, tras una larga discusi¨®n t¨¦cnica. Con vistas al a?o pr¨®ximo tambi¨¦n ocurrir¨¢ algo parecido, al configurarse el rescate bancario europeo como deuda nacional adicional, pues de ella debe responder el Reino de Espa?a y no la UE, pero en principio solo deber¨ªan engrosar el d¨¦ficit sus intereses. Otra parte del nuevo d¨¦ficit se ocasion¨® por las facturas impagadas y no registradas (ya regularizadas), lo que en principio est¨¢ descartado para este a?o.
En todo caso, la nueva cifra no aporta buenos augurios para el cumplimiento del d¨¦ficit pactado con la UE para 2102 (del 6,3%), umbral que supondr¨ªa reducirlo casi en un tercio, y ello en plena recesi¨®n. Y sin embargo, esta desagradable noticia coincide con alguna de mejor fuste, tambi¨¦n en el ¨¢mbito de la lucha por el saneamiento de las finanzas p¨²blicas. As¨ª, por ejemplo, las comunidades aut¨®nomas han resquebrajado el maleficio de su aura derrochadora, al haber recortado su gasto no financiero durante el primer semestre en casi un 8%, cuando se hab¨ªa previsto hacerlo en solo cuatro cent¨¦simas, para absorber una ca¨ªda algo inferior de los ingresos recaudatorios. Aunque el ¨²ltimo trimestre suele ser el peor en las finanzas de las comunidades, ser¨ªa est¨²pido no destacar sus logros.
Claro est¨¢ que se puede discutir el modo en que han contenido de momento el desequilibrio. El modo en que se han producido los recortes sanitarios y educativos ¡ªprincipales partidas del gasto auton¨®mico¡ª tiene un efecto m¨¢s duro sobre los mismos sectores que pierden, mediante los ingresos directos, posiciones en la escala de bienestar. La simult¨¢nea reducci¨®n de poder adquisitivo salarial, y la ca¨ªda de la riqueza de los hogares comparativamente con empresas y entidades financieras, ensancha la brecha de desigualdad, al tiempo que inhibe el consumo y complica una recuperaci¨®n s¨®lida de la demanda.
Frente a esa aton¨ªa, otros datos registrados en el tercer trimestre aparecen, si no como brotes verdes muy esperanzadores, al menos como alivio en la desesperanza. Son el mejor ritmo de la exportaci¨®n de mercanc¨ªas, la revitalizaci¨®n del turismo exterior y un menor tono funerario de ciertos nichos de consumo, por efecto de la anticipaci¨®n del IVA.
Resulta pertinente ahondar en estos y otros elementos similares para debatir nuevas pol¨ªticas orientadas al crecimiento de la econom¨ªa productiva. Porque no solo de lucha contra el d¨¦ficit y austeridad rampante se vive.
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