Extranjero rico, inmigrante pobre

Con su propuesta de regalar el permiso de residencia a los extranjeros que se compren un piso en Espa?a, el Gobierno redondea un a?o de gloria en materia de inmigraci¨®n. Primero, aplicar a los irregulares las tesis del Partido Republicano sobre 'auto-deportaci¨®n': convertir¨¦ tu vida en tal infierno que desear¨¢s volver a casa. Ahora, reducir el derecho a vivir en nuestro pa¨ªs a una especie de perrito piloto por la compra de un apartamento de veraneo. ?Varios a?os trabajando de sol a sol cuidando de nuestros mayores? ?Una vida establecida en nuestros barrios, escuelas y comunidades? Olv¨ªdese: adquiera un buen piso en La Manga del Mar Menor y Espa?a se le abrir¨¢ de brazos.

Los partidos de la oposici¨®n han tachado la medida de "mercantilista". Francamente, creo que se quedan cortos. Un Gobierno decidido a excluir del derecho a la salud a decenas de miles de seres humanos (sobre la base de unos n¨²meros que ni nos han explicado ni nos explicar¨¢n jam¨¢s), pero que est¨¢ dispuesto a transar esos mismos principios a cambio de vender unos cuantos pisos, se acerca peligrosamente a una idea 'berlusconiana' de la pol¨ªtica: esta es mi moral, pero si no le encaja apruebo otras leyes. Evasores, especuladores, jugadores y plut¨®cratas del mundo... ?Espa?a es la nueva tierra prometida!

Lo ¨²nico que lamento verdaderamente es que la comunidad inmigrante no tenga la organizaci¨®n e iniciativa electoral que hemos visto en las recientes elecciones de los EEUU. Entonces ver¨ªamos si la cuadrilla dehooligans verbales que rodea al Gobierno justifica esta medida como justificaron las anteriores. Es un discurso que ignora los hechos y aleja a nuestro pa¨ªs de la idea de una sociedad algo m¨¢s pobre pero siempre decente. Hasta que eso ocurra, es muy fundamental que quienes s¨ª podemos expresarnos lo hagamos de manera firme: esta pol¨ªtica migratoria es tan inmoral como idiota. Ninguna crisis justifica el grado de crueldad que despliega el Partido Popular con uno de los sectores m¨¢s vulnerables de nuestra sociedad, mientras vende al mejor postor sus normas sobre inmigraci¨®n. Como dir¨ªa Don Mendo, "pues aunque el nombre te asombre,quien obra as¨ª tiene un nombre,y ese nombre es el de¡­ chulo".