Recordando a las hermanas Mirabal
Esta entrada ha sido escrita por Carolina Garc¨ªa, de la ONG Solidaridad Internacional.
El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal, activistas y opositoras al dictador Trujillo, eran asesinadas en Rep¨²blica Dominicana. En el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en 1981 se decidi¨® recordarlas cada 25 de noviembre, instaurando la fecha como D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra las Mujeres.
30 a?os despu¨¦s, el feminicidio sigue siendo un problema global que se da en todas las sociedades sin distinci¨®n, amparado por un sistema que establece relaciones de subordinaci¨®n, explotando a las mujeres y trat¨¢ndolas como seres inferiores. En el mundo mueren m¨¢s mujeres entre 15 y 44 a?os v¨ªctimas de violencia que de c¨¢ncer o en accidente de tr¨¢fico. Sin embargo, todav¨ªa nos cuesta reconocer la gravedad del problema y muchas de las muertes, agresiones, acosos, etc permanecen en la impunidad. La violencia que ocurre ¡°de puertas hacia dentro¡±, sigue normalizada por parte de la sociedad (aqu¨ª y en otros pa¨ªses), que la ve como algo que debe resolverse en privado.
Hoy, la igualdad de g¨¦nero y la lucha contra la violencia no est¨¢ tan presente en las agendas de los gobiernos, que han reducido su apoyo a organismos internacionales y organizaciones y redes de mujeres. Las prioridades han cambiado, y la violencia contra las mujeres s¨®lo lo es cuando se acerca el 25 de noviembre. Al descenso de los recursos se une un potente resurgir de posturas conservadoras, machistas y patriarcales, que intentan frenar las libertades conquistadas y recuperar el control sobre los cuerpos, las decisiones y las vidas de las mujeres.
?Decisi¨®n pol¨ªtica o consecuencia de la crisis? La realidad es que se evaporan los compromisos con los derechos de las mujeres y se aplica la tijera en presupuestos para la prevenci¨®n, la atenci¨®n y el empoderamiento. Atr¨¢s quedan los tiempos de un verdadero compromiso ya que hace tan s¨®lo dos a?os, la cooperaci¨®n espa?ola era el segundo mayor donante mundial en este sector.
Durante ese periodo, la mayor¨ªa de los recursos (m¨¢s de 190 millones de euros) se destinaron a Am¨¦rica Latina. Esta apuesta, sumada al trabajo valiente de organizaciones feministas y de mujeres latinoamericanas, ha producido resultados muy positivos en la regi¨®n andina: A finales de 2011 Per¨² introdujo expresamente el delito de feminicidio en su C¨®digo Penal. Un avance que ha tenido efecto espejo en otros pa¨ªses de la regi¨®n, como Bolivia y Ecuador, donde el contexto pol¨ªtico y social es favorable a la tipificaci¨®n del feminicidio.
Tradicionalmente Europa se ha sentido orgullosa de exportar a otros pa¨ªses su modelo de derechos. Hoy los roles est¨¢n cambiando, y mientras aqu¨ª se retrocede en derechos y libertades fundamentales, los avances legales en estos pa¨ªses se convierten en un ejemplo a seguir.
Sin embargo, estos avances tambi¨¦n est¨¢n en riesgo. En el caso espa?ol, el recorte del 70% en cooperaci¨®n y que los programas de g¨¦nero ya no sean prioritarios, pueden echar por tierra recursos y trabajo invertido, frenando los avances m¨¢s positivos que se han dado en d¨¦cadas. Adem¨¢s de la cuesti¨®n de la ¡°eficacia¡± -de la que tanto nos gusta hablar en desarrollo- esto tambi¨¦n puede tener consecuencias muy graves para miles de mujeres, all¨ª y aqu¨ª, ya que este problema global requiere de un esfuerzo conjunto para afrontarlo.
Por todo eso es necesario continuar apoyando los esfuerzos y demandas de la sociedad civil, porque el trabajo no acaba con la tipificaci¨®n del feminicidio. Pero es un paso m¨¢s, una batalla ganada que nos debe animar a seguir luchando, dentro y fuera de nuestras fronteras, por el cumplimiento de los derechos de las mujeres y logro del derecho a una vida libre de violencia.
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