?Pagar¨ªa usted m¨¢s impuestos por apoyar a los enfermos pobres?
Programa contra la malaria en Sud¨¢n. Foto: Bobirjan Turdiyev/Fondo Mundial.
Uno de los logros m¨¢s extraordinarios de las ¨²ltimas d¨¦cadas en el campo de la lucha contra la pobreza es la disminuci¨®n de la prevalencia del VIH-SIDA. Lo que en los 80 y 90 parec¨ªa una pandemia imparable y de proporciones b¨ªblicas, se ha convertido en este momento en una enfermedad cr¨®nica para la que en un tiempo razonable podr¨ªa haber una vacuna.Entre 2003 y 2008, el n¨²mero de personas que recibieron tratamiento antirretroviral contra el VIH se multiplic¨® por diez, alcanzando a m¨¢s de 4 millones de pacientes.En ese esfuerzo -y en la atenci¨®n de los 9 millones de pacientes pobres que carecen todav¨ªa del acceso al tratamiento- ha destacado el Fondo Mundial contra el SIDA, la Malaria y la Tuberculosis, que ayer present¨® en Madrid los resultados de una d¨¦cada de trabajo en la que Espa?a ha jugado un papel determinante.
Los n¨²meros son abrumadores. Desde 2002 el Fondo ha logrado captar y emplear un total de 23.000 millones de d¨®lares, la mayor parte de ellos destinados al SIDA y a ?frica subsahariana. Alrededor de 3,6 millones de personas han recibido tratamiento antirretroviral; se han distribuido 270 millones de mosquiteras con insecticida y se han tratado 9,3 millones de casos de tuberculosis. Sus responsables atribuyen al Fondo cerca de 9 millones de vidas salvadas, aunque, considerando que estos pacientes suelen ser multi-contabilizados por diferentes iniciativas globales, conviene que tomemos esta ¨²ltima cifra con una pizca de sal.
En cualquier caso, el prop¨®sito de esta catarata de n¨²meros era demostrar el impacto de unos recursos a los que Espa?a ha contribuido con 720 millones de d¨®lares a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, lo que nos convierte en uno de los principales donantes p¨²blicos (hay tambi¨¦n donantes privados como la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates). El problema es que ese compromiso est¨¢ amenazado por la lavativa presupuestaria a la que est¨¢n siendo sometida la cooperaci¨®n internacional de nuestro pa¨ªs. Aunque tanto el Presidente como los responsables ministeriales han garantizado en varias ocasiones los 10 millones de euros que constituir¨ªan el compromiso espa?ol para 2012, tampoco en el Consejo de Ministros que se celebra hoy quedar¨¢ finalmente aprobado el desembolso de esta partida, y nos acercamos peligrosamente a fin de a?o. L¨¢stima que no reciba el tratamiento VIP que los partidos reservan a sus propias fundaciones pol¨ªticas, a las que regaron generosamente con dinero de la cooperaci¨®n hace algunas semanas.
El hecho es que la inversi¨®n en el Fondo Mundial constituye todo lo que el Gobierno ha dicho que debe ser la ayuda espa?ola: un gasto estrat¨¦gico, con impacto demostrable y en un sector prioritario para nuestros ciudadanos. A eso habr¨ªa que a?adir el prestigio de comprometerse con un problema global de esta envergadura y mantenerlo (aunque sea de forma reducida) cuando vienen mal dadas. Supongo que a eso se refieren los gur¨²s cuando hablan de ¡¯liderazgo global¡¯, una moneda que circula tambi¨¦n en otros mercados de la globalizaci¨®n.
Por si estas razones no fuesen suficientes, los responsables de Salud por Derecho (la peque?a pero eficient¨ªsima ONG que organiz¨® este acto) presentaron los resultados de una nueva encuesta en la que se mide la opini¨®n de los espa?oles sobre la ayuda a los pa¨ªses pobres. Ya he comentado en alguna ocasi¨®n que, a menos que la pregunta d¨¦ a elegir entre la cooperaci¨®n y el ambulatorio de la esquina, los supuestos apoyos abrumadores de los espa?oles a la ayuda internacional me dejan bastante fr¨ªo (de hecho, lo verdaderamente llamativo es que un 30% de los encuestados opinen que los pobres "deben arregl¨¢rselas por su cuenta"... ?menudos p¨¢jaros!). Pero en este caso se ofrec¨ªa un dato que me parece fundamental: uno de cada dos espa?oles est¨¢ dispuesto a pagar m¨¢s impuestos para sostener los presupuestos de la ayuda. Eso, al menos para m¨ª, es nuevo y demuestra que la catadura moral de muchos ciudadanos est¨¢ por encima de sus apuros financieros. Un espejo en el que el Gobierno podr¨ªa mirarse.
(Pueden apoyar aqu¨ª el manifiesto de Salud por Derecho a favor de un mayor esfuerzo p¨²blico contra el SIDA.)
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