Los apalabrados
Los diputados de la Asamblea de Madrid que juegan a ¡®Apalabrados¡¯ no deber¨ªan pedir disculpas ya que han hecho lo que se espera de ellos: ir a lo suyo
Estimados diputados: Reciban esta carta como una muestra de asombro incondicional. ?Qu¨¦ nivel! Esa imagen entra?able de ustedes dos jugando en los esca?os con sus cacharros a Apalabrados mientras en la Asamblea de Madrid se decid¨ªa el futuro del sistema de salud no debiera ser motivo de tanto esc¨¢ndalo. En realidad, es un acto m¨¢s de la ilustraci¨®n emprendedora en la que estamos embarcados desde que inici¨® su andadura la pl¨¦yade de sabios que nos gobierna. Lo suyo es un ejemplo enciclop¨¦dico a la ciudadan¨ªa. Una met¨¢fora del cop¨®n. Lo que ustedes nos dicen, como dos faros ilustrados, es que no importan los discursos, sino los juegos de palabras. El discurso que justifica la privatizaci¨®n de una buena parte de la sanidad de Madrid, como tal discurso, no vale un huevo. Es chatarra verbal, recogida en los vertederos de falsedades de fin de siglo. Se habla de un ahorro millonario. Lo que pasar¨¢ con esos centros de salud y hospitales es que se convertir¨¢n en pozos sin fondo, negocios privados con financiaci¨®n p¨²blica. Es algo sabido, experimentado. Apalabrado. De repente, ?qu¨¦ inter¨¦s piadoso siente el capitalismo impaciente por nuestra sanidad, nuestra educaci¨®n, nuestra agua! Ustedes dos han presentado sus disculpas como parlamentarios. ?Al cuerno! No se rebajen. Creo que ning¨²n ciudadano los ha malinterpretado. Lo que a d¨ªa de hoy se espera de ustedes es lo que han hecho. Ir a lo suyo. Pasar el tiempo. Actuar como dos descerebrados. Es decir, sin criterio propio. Sin que aparezca en la mayor¨ªa una sola voz discrepante, un alma rebelde, heterodoxa, que salvar¨ªa la honra de la Asamblea. Una voz castiza que dijese en alto: ¡°Hoy, v¨ªspera de los Santos Inocentes, nos estamos limpiando el pandero con la Constituci¨®n¡±. O si prefieren una versi¨®n m¨¢s educada, pero m¨¢s terrible, lo que dijo el vien¨¦s Karl Kraus cuando avent¨® la ascensi¨®n del monstruo: ¡°La ausencia de ley prevalece de forma legal¡±.
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