Grecia, de la protesta a la resignaci¨®n
Los ciudadanos helenos sobreviven pese a los recortes, la subida de impuestos y el paro Muchos hospitales no tienen medicinas y algunos colegios no pueden pagar la calefacci¨®n
Sotiris Bardas vende cupones de loter¨ªa en la plaza de Monastiraki, una de las zonas m¨¢s tur¨ªsticas del centro de Atenas. Pasa todo el d¨ªa de pie ofreciendo sus d¨¦cimos a los viandantes. ¡°La gente no compra, y con lo que consigo en un d¨ªa solo me llega para un tir¨®pita ¡ªhojaldre t¨ªpico relleno de queso¡ª, dos caf¨¦s y el billete de metro¡±, dice resignado. Hasta hace siete meses era camionero y su sueldo le llegaba para mantener a su mujer y pagar las tasas de la universidad de su hija. Ahora ya no.
Seg¨²n?los ¨²ltimos datos del Instituto de Estad¨ªstica del pa¨ªs, en el tercer trimestre de 2012 hab¨ªa en Grecia m¨¢s de 1.200.000 parados, una tasa de desempleo del 24,8%. Es una de las cifras m¨¢s elevadas de la Uni¨®n Europea, donde la media es del 10,7%. El desempleo se ha disparado desde 2010, cuando llegaron las primeras medidas de austeridad impuestas por la troika formada por la Comisi¨®n Europea, el FMI y el BCE. Ese a?o hab¨ªa 700.000 desempleados. Las tres entidades han rescatado las maltrechas cuentas griegas con un aporte de 210.000 millones de euros a cambio de duros ajustes, que sigue ejecutando el Gobierno del conservador Antonis Samar¨¢s.
Las protestas por las medidas de austeridad sacaron a las calles a decenas de miles de griegos en todo el pa¨ªs entre 2008 y 2011. Hoy, ese malestar apenas es visible en Atenas, donde se produjeron las concentraciones m¨¢s numerosas. Por el centro de la capital, solo quedan pintadas de grupos anarquistas y carteles de actos organizados por el Partido Comunista de Grecia o Syriza, la coalici¨®n de izquierdas que encabeza los sondeos de intenci¨®n de voto. En el barrio de Exarchia, donde se vivieron algunas de las manifestaciones m¨¢s conflictivas, ya no hay polic¨ªas antidisturbios. ¡°Los griegos ya no tienen fuerza para pensar en la crisis, hay cierta resignaci¨®n¡±, explica Voula Papagianni, profesora de psicolog¨ªa de la Universidad de Atenas.
La plaza de Sintagma, donde los indignados del pa¨ªs protestaban frente al Parlamento, ha recuperado la normalidad. Los jubilados se sientan en los bancos, los empleados de la zona compran koulouris ¡ªrosquillas de s¨¦samo¡ª en los puestos callejeros y decenas de turistas observan cada hora el cambio de guardia de los soldados que custodian la c¨¢mara. Tampoco queda ninguna menci¨®n a Dimitris Christulas, el farmac¨¦utico que, desesperado por sus deudas, se peg¨® un tiro en la plaza en abril de 2012.
Cerca de all¨ª se encuentra la calle Patission, hace unos a?os uno de los bulevares comerciales m¨¢s transitados. Ahora, en unos 100 metros conviven franquicias de cadenas internacionales con una treintena de tiendas vac¨ªas. Por la noche, decenas de extranjeros rebuscan en los contenedores de esta calle con muchas de sus farolas apagadas. Otros se acercan a los pocos transe¨²ntes para vender tabaco de contrabando.
¡°La culpa de todo la tienen nuestros superpol¨ªticos", dice ir¨®nicamente?Katerina Apodiakou, que pasa consulta en un hospital de la periferia ateniense. "Quieren vender la sanidad p¨²blica, las islas y hasta el Parten¨®n¡±, comenta entre risas. Esta neum¨®loga lleva casi siete a?os trabajando para el Gobierno, que no le ha pagado las guardias de los ¨²ltimos siete meses. En total, le deben casi 5.000 euros, aunque cree que nunca los cobrar¨¢. ¡°La peor parte la sufren los pacientes. No tenemos ni para jeringuillas, y a veces tampoco tenemos antibi¨®ticos¡±, afirma. En esos casos, los familiares tienen que comprar los medicamentos en las farmacias. Seg¨²n el sistema nacional de salud, un 20% de la poblaci¨®n no tiene acceso a la seguridad social ¨Clos griegos pierden el derecho a asistencia sanitaria gratuita cuando agotan el a?o de paro¨C.
Un pa¨ªs ineficaz
Muchos ciudadanos creen que viven en un Estado fallido, incapaz de gestionar eficientemente unos impuestos que no dejan de aumentar. En 2010 el socialista Yorgos Papandreu subi¨® el IVA del 19% al 23% y un a?o despu¨¦s implant¨® una tasa especial que se cobra a trav¨¦s de la factura de la luz, que se ha encarecido cerca de un 40%.
¡°El resto de los europeos no lo entienden, pero el Estado aqu¨ª no funciona, no recibimos una contraprestaci¨®n por los impuestos que pagamos¡±, dice Yorgos, de 32 a?os y que prefiere no dar su apellido. Tras sus estudios en marketing, trabaj¨® tres a?os en una empresa comercial. Desde hace dos meses es camarero en una cafeter¨ªa del barrio de Exarchia, donde cobra 600 euros en negro a los que suma los 360 que sigue recibiendo de paro. ¡°Despu¨¦s de darle al Estado un 23% de mi vida, que es lo que pagamos de IVA, sin recibir nada a cambio, ahora que me dan algo quiero mantenerlo¡±, comenta en alusi¨®n a la cantidad que percibe de forma ilegal. Reconoce que nadie controla la econom¨ªa sumergida, muy extendida entre los griegos. Seg¨²n estimaciones de la consultora A.T. Kearney, supone cerca de un 25% de la actividad econ¨®mica del pa¨ªs.
Para superar los ex¨¢menes de acceso a la universidad, Yorgos tuvo que contratar a profesores particulares porque la educaci¨®n p¨²blica no tiene, a su juicio, el nivel suficiente. Pero no es el ¨²nico problema que afrontan los centros educativos. Sofia Selalmazidou, profesora de 25 a?os en un colegio de Lamia, en el centro del pa¨ªs, no puede dar las clases como le gustar¨ªa. ¡°A veces es porque no tenemos libros, papel o material escolar. Pero lo m¨¢s grave es que no hay dinero para pagar la calefacci¨®n¡±, asegura. Para comprar gas¨®leo, el centro organiz¨® hace unas semanas un mercadillo de manualidades elaboradas por los alumnos. Los 600 euros que consiguieron servir¨¢n para afrontar el invierno, que hasta ahora est¨¢ siendo suave en una de las zonas m¨¢s fr¨ªas de Grecia.
El fallo del Estado ha dado lugar a una red paralela de solidaridad, aunque insuficiente para solucionar los problemas del pa¨ªs. Basilios Asinakopoulos, due?o de una joyer¨ªa en el centro de Atenas, no se endeud¨® con los bancos, al contrario que muchos de sus compatriotas. Su negocio sobrevive ¡ªaunque las ventas hayan ca¨ªdo un 50%¡ª gracias a la ayuda de familiares y conocidos, que le prestaron dinero para abrir su tienda. ¡°La familia es una parte fundamental en la vida griega¡±, afirma la profesora Voula Papagianni. ¡°Muchos de los que han vuelto a casa de sus padres tienen miedo de que sus progenitores mueran porque dependen de su pensi¨®n¡±, dice. M¨¢s de 1.200.000 personas viven en hogares sin ingresos y unos 3.400.000 griegos, un 31% de la poblaci¨®n, se encontraban en riesgo de exclusi¨®n social en 2011, seg¨²n el Instituto de Estad¨ªstica. En Alemania esta tasa era del 19%.
¡°El griego es optimista por naturaleza y est¨¢ acostumbrado a vivir con poco. Es amante de la vida, aunque algunos, desesperados, tomen la determinaci¨®n de suicidarse¡±, comenta Pedro Olalla, espa?ol experto en helenismo y profesor en la Universidad de Atenas. Pese a que se lamenten por las subidas de impuestos, los recortes y el paro, los ciudadanos no pierden su sentido del humor. ¡°La historia demuestra que estamos acostumbrados a pasar hambre¡±, dice la profesora Papagianni. ¡°Pero la sonrisa es el ¨²nico argumento contra la muerte. Solo los vivos sonr¨ªen¡±.
La educaci¨®n, s¨ªmbolo de la ineficiencia del Estado heleno
Muchos estudiantes de los institutos griegos no vuelven a clase tras las vacaciones de Pascua. Sus padres, que no conf¨ªan en la calidad de la ense?anza p¨²blica, llevan a los j¨®venes a academias privadas para que preparen los ex¨¢menes de acceso a la universidad.
"La educaci¨®n vive en un c¨ªrculo vicioso: los ex¨¢menes son cada vez m¨¢s dif¨ªciles porque los profesores particulares son cada vez m¨¢s exigentes. Sin embargo, los centros p¨²blicos no est¨¢n a la altura", explica Kostis Galitsios, profesor de ingl¨¦s que ha vuelto a trabajar en su localidad natal,?Veria, tras pasar por varias islas. Es empleado en una biblioteca de esta localidad al norte de Grecia.
La precariedad de los profesores es otro de los problemas del sistema p¨²blico. En los ¨²ltimos a?os, el sueldo de Kostis Galitsios se ha reducido casi un 27%. En 2008 cobraba, aproximadamente, 1.300 euros. Hoy, 950. "Hay meses en los que cobramos solo 500 euros porque el Gobierno no tiene dinero", denuncia.
La plaza de Kostis est¨¢ en un colegio de Creta, a casi 1.000 kil¨®metros de Veria. "Tengo suerte porque he conseguido un traslado de un a?o. Eleg¨ª volver al norte por la crisis, no puedo pagar un alquiler en Creta y seguir pagando la hipoteca de mi casa en Veria", afirma.
Su mujer, que tambi¨¦n es profesora y funcionaria, est¨¢ embarazada, por lo que este a?o no ejercer¨¢. "Cuando se le acabe la baja, tendremos un problema", comenta.? "La nueva ley dice que si el curso que viene me trasladan a una isla y renuncio, me quedo para siempre sin trabajo. Antes ofrec¨ªan una alternativa, pero ya no. Y a mi mujer le puede pasar lo mismo".
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