Mar que limpia
Este invierno me tocan los tres Perdonen de fiestas: el domingo pasado preced¨ªa a la Navidad, ¨¦ste aparece en los ¨²ltimos d¨ªas del a?o, y el pr¨®ximo, suerte mediante, saldr¨¢ por Reyes. Fechas nost¨¢lgicas y esperanzadoras, seg¨²n la tradici¨®n, y de significaci¨®n punzante en estos lamentables tiempos en que tenemos un Gobierno que nos perfora las orejas con su nueva t¨¢ctica de confesar que va repartiendo dolor como Blancanieves repart¨ªa florecillas mientras los p¨¢jaros revoloteaban a su alrededor. P¨¢jaros, s¨ª; pero buitres. Y son ellos mismos. La vieja escuela del nacionalcatolicismo se orgasma cada vez que aprieta m¨¢s el cilicio que llevan los otros, mientras ella, a sacrist¨ªa cerrada, mantiene a sus queridas en pisos de alto standing o alarga la mano para sobar las ingles de escolares y monaguillos. La virtud nos gobierna, amigos m¨ªos. Qu¨¦ desgracia tan grande.
Pero no ser¨¦ yo quien amargue el fin del a?o viejo y la entrada en el nuevo a los lectores de todos los sexos que tengan la amabilidad de ponerme bajo sus ojos. Siempre nos quedar¨¢ el mar. ?El mismo mar de todos los d¨ªas 1 de enero? Pues s¨ª. En esa certeza vivo. He visto mares y oc¨¦anos, y tambi¨¦n r¨ªas, y desembocaduras de r¨ªos, en todos los primeros de enero en que he tenido tal paisaje a mano. Nada me produce mayor bienestar para empezar esa jornada que, convencionalmente, inicia para los occidentales una nueva singladura.
Se impone el abucheo como forma de comunicaci¨®n de masas¡±
Flacos, fan¨¦s y descangayados en esta ocasi¨®n, lo s¨¦. La crisis econ¨®mica tan mal gestionada, y sin castigo de los culpables, nos desazona ¨Cexcepto a los que se benefician con ella, a los que compran en los templos que la alcaldesa Botella les prepara en Serrano, por poner un ejemplo¨C, pero, adem¨¢s, la debacle moral nos enmierda a todos, y por eso es importante empezar el a?o sacudi¨¦ndose esa insoportable mochila.
Quiz¨¢ no podamos arreglar la situaci¨®n econ¨®mica ¨Caunque no me cabe duda de que nuevas formas de vida est¨¢n y seguir¨¢n surgiendo: las comunas, por ejemplo¨C, pero desde luego podemos y debemos alzarnos en clamor y en multitud contra la perversi¨®n ¨¦tica. Habr¨ªa que conseguir, para iniciar el a?o con un prop¨®sito, que ninguno de los caraduras que nos poseen desde sus bancos y cajas rescatadas, ni desde sus gabinetes ministeriales, ni desde sus medios de comunicaci¨®n desinformativos; que ninguno de esos jetas, dec¨ªa, pueda salir impunemente a la calle.
Se impone el abucheo como forma de comunicaci¨®n de masas. No hace falta insultar: no hay que proporcionar carnaza a la querella. Un gutural uhhhhhh, emitido por docenas de gargantas, qu¨¦ digo docenas ni cientos, miles ¨C¡°Hemos de pensar a lo grande¡±, le dijo Nixon a Kissinger cuando le propuso arrojar la at¨®mica sobre Vietnam: pensemos a lo grande en pacifistas tocacojones style¨C, cientos de miles¡ Eso como terapia colectiva. Y mientras tanto, trenzar las redes que tirar¨¢n del uno y del otro y que nos unir¨¢n y nos dar¨¢n fuste y aguante.
El mar como realidad ¨Cte pones de espalda a todo lo dem¨¢s, y te adentras en ¨¦l para que te rebautice en laicismo, decencia y solidaridad¨C, pero tambi¨¦n como met¨¢fora. Quien no tiene la suerte de vivir a orillas del Mediterr¨¢neo o el Atl¨¢ntico, ni de que le lleven a verlos al pie de un acantilado ¨Ccomo seguramente me ocurrir¨¢ a m¨ª¨C tiene todas las posibilidades del esp¨ªritu para poner en marcha su oleaje. Cierra los ojos, abre tu coraz¨®n al mar, deja que te lo limpie, el coraz¨®n y la mente, de tantas injerencias como ha sufrido en los ¨²ltimos tiempos.
Cuando volvamos del mar a los asuntos, la porquer¨ªa seguir¨¢ ah¨ª, pero nosotros seremos un poco m¨¢s fuertes contra ella.
Eso espero, eso les deseo. Feliz, pese a todo, 2013.
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