Senegal, los centinelas de la democracia
Autores invitados: Antoni Castel y Carlos Bajo Erro
El texto que sigue es el cap¨ªtulo tres del libro Redes sociales para el cambio en ?frica que gan¨® el IV Premio de Ensayo Casa ?frica. Su t¨ªtulo es Senegal, los centinelas de la democracia y est¨¢ editado por Catarata
Cheikh Fall, uno de los m¨¢s activos, creativos y carism¨¢ticos ciberactivistas de Senegal, titul¨® la pri?mera entrada que realiz¨® en su blog despu¨¦s de las elecciones presidenciales de 2012: ¡°#SUNU2012: la ¡®soft revolution¡¯ senegalesa definitivamente conse?guida¡±. Una apelaci¨®n a un sugerente concepto que, por un lado, hace referencia a una revoluci¨®n pau?sada, pac¨ªfica, tranquila, casi fluida, m¨¢s pr¨®xima a la continuidad de la evoluci¨®n que a la ruptura de la revoluci¨®n. Por otro lado, remite a los m¨¦todos empleados, redes sociales, web 2.0 y herramientas inform¨¢ticas, en general, con esa reminiscencia al software.
Durante las elecciones presidenciales de Senegal, un grupo social vehicul¨® su oposici¨®n al r¨¦gimen de Abdoulaye Wade, al que se acusaba de intentar secuestrar la democracia, a trav¨¦s de estas herra?mientas digitales emergentes. La premisa de esta contestaci¨®n era que el pueblo senegal¨¦s desaprobaba lo que se consideraba una deriva hacia la monarqu¨ªa republicana de Wade y que, por tanto, el cumplimiento de las normas democr¨¢ticas dar¨ªa como resultado la expresi¨®n sincera de esa oposi?ci¨®n. El temor era que esas normas fuesen puentea?das por los manejos del poder y que se produjese un fraude electoral para lograr la reelecci¨®n de Wade.
Senegal cuenta con una de las mejores infraes?tructuras de telecomunicaciones de ?frica Occidental, por lo que se han desplegado las potenciali?dades de las redes sociales. De pronto, una serie de factores han confluido para que las elecciones pre?sidenciales de 2012 hayan sido las primeras de ?frica Occidental en las que las herramientas vir?tuales han desempe?ado un papel importante como instrumento de movilizaci¨®n social, de participa?ci¨®n y de expresi¨®n. As¨ª, los ciberactivistas senega?leses han sido pioneros en muchos aspectos, pero tambi¨¦n probetas de laboratorio; exploradores de un terreno, si no virgen, s¨ª poco caminado, y, al mismo tiempo, conejillos de Indias. De alguna manera han tenido que aprender sobre la marcha, a la vez que, como se ver¨¢ en la explicaci¨®n de otros casos, eran observados por sus vecinos.
El contexto pol¨ªtico y social
En Senegal, las elecciones presidenciales de 2012 se presentaron como un reto para la ciudadan¨ªa, un aut¨¦ntico desaf¨ªo para demostrar la madurez demo?cr¨¢tica de una sociedad a la que le agrada presentarse como la excepci¨®n de ?frica Occidental por su histo?ria limpia de golpes de Estado o grandes turbulencias pol¨ªticas desde la independencia de Francia, en 1960. El ¨¢mbito social y el pol¨ªtico a menudo se entrelazan y se confunden, sobre todo, si el prisma de an¨¢lisis es el de la participaci¨®n y el ejercicio (l¨¦ase la responsa?bilidad) de los derechos democr¨¢ticos.
En el ocaso del mandato del presidente Abdoulaye Wade, su r¨¦gimen fue puesto en entredicho en la calle, m¨¢s all¨¢ de los despachos pol¨ªticos. Las ¨²ltimas decisiones del ma?tre Wade, llamado popularmente le Vieux por su avanzada edad (m¨¢s de 80 a?os), despertaron la conciencia de un impor?tante sector social. En junio de 2011, con el horizon?te pr¨®ximo de las elecciones presidenciales, Wade present¨® un proyecto de reforma constitucional. La propuesta de modificaci¨®n fue le¨ªda como un inten?to de recortar la soberan¨ªa del pueblo en lo que se consider¨® una deriva mon¨¢rquica dentro del sistema republicano.
Los ciudadanos hablaron en la calle y las protes?tas obligaron a que Wade desistiera para evitar males mayores, a pesar de que contaba con el apoyo de la Asamblea Nacional. Fue un primer ensayo que sir?vi¨® para que unos y otros, Gobierno, oposici¨®n y ciudadanos, se tomaran el pulso. Wade dio un paso en falso que puso de manifiesto una cierta debili?dad; la oposici¨®n aprovech¨® el episodio para crista?lizarse en un movimiento unitario encaminado al desgaste, el M23; y la poblaci¨®n se hizo consciente de que ten¨ªa un deber fundamental de participaci¨®n y de que ten¨ªa algo que decir en el proceso.
El desencadenante definitivo de esta conciencia colectiva fue la presentaci¨®n de la candidatura de Wade a las elecciones presidenciales que hab¨ªan de celebrarse entre febrero y marzo de 2012. En un clima de descontento alimentado por el aumento de los precios de los productos b¨¢sicos y por los esc¨¢nda?los de desv¨ªos de fondos p¨²blicos, Wade ¡°viol¨®¡± el esp¨ªritu de la Constituci¨®n que ¨¦l mismo hab¨ªa refor?mado en 2002 poco despu¨¦s del inicio de su primer mandato. Le Ma?tre Wade hab¨ªa llegado al poder en 2000 como la alternativa a un Gobierno de los socia?listas intocable desde la independencia de Senegal, 40 a?os antes. Uno de sus primeros movimientos fue habilitar los mecanismos para evitar la tentaci¨®n de los hombres pol¨ªticos de perpetuarse en el poder y se limit¨® a dos los mandatos a los que pod¨ªa optar un presidente. Diez a?os despu¨¦s, le Vieux buscaba una reelecci¨®n en el que ser¨ªa su tercer mandato.
El 27 de enero de 2012, el Conseil Constitutionnel determin¨® que la candidatura de Wade era legal?mente aceptable porque el primero de sus mandatos se hab¨ªa iniciado antes de la reforma constitucional. As¨ª, parec¨ªa que las pretensiones del presidente no contraven¨ªan el texto de la ley, pero para un amplio sector social el esp¨ªritu de la Carta Magna iba m¨¢s all¨¢ de la letra impresa y Wade lo estaba traicionan?do con sus pretensiones. Se echaron a la calle, deci?didamente. Las elecciones fueron precedidas de un mes de protestas casi diarias en las que pronto cho?caron la voluntad de mostrar el descontento y el intento del Gobierno de silenciar las quejas prohi?biendo las manifestaciones. Evidentemente, el resultado del enfrentamiento fue la tensi¨®n, primero; la crispaci¨®n, despu¨¦s; y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, algu?nos episodios de violencia.
Este era el primer elemento que daba trascen?dencia a las elecciones, el tira y afloja, el pulso entre Gobierno y ciudadanos. Por otro lado, se presen?taba la posibilidad de consolidar la alternancia y, con ella, la ¡°salud democr¨¢tica¡±, ya que la elecci¨®n de Wade supuso el primer cambio en el partido del poder desde la Independencia. Un nuevo relevo en la presidencia supondr¨ªa la segunda alternancia.
Por otro lado, con Wade se cerraba un cap¨ªtulo generacional simb¨®lico. El resto de candidatos no hab¨ªa estado en pol¨ªtica durante la etapa colonial, como s¨ª ocurr¨ªa con le Vieux. De hecho, el que a la postre ser¨ªa el cuarto presidente de la Rep¨²blica de Senegal hab¨ªa nacido ya despu¨¦s de la Independencia.
Finalmente, una conciencia de responsabilidad en la res publica se hab¨ªa reactivado en la sociedad senegalesa. Algo as¨ª como el esp¨ªritu de las eleccio?nes de 2000, cuando la movilizaci¨®n social y la toma de responsabilidad de los ciudadanos fueron deter?minantes para un cambio de rumbo que se percib¨ªa como imperiosamente necesario. No es que esta voluntad de participaci¨®n estuviese hibernando, pero el sistema institucional da pocas oportunidades para ejercerla, y esta era una de ellas.
El contexto tecnol¨®gico
Senegal cuenta con las condiciones m¨¢s favorables de telecomunicaciones de ?frica Occidental. T¨¦cnicamente, la red senegalesa dispone de un ancho de banda que permite exprimir todo el potencial de las herramientas virtuales. Por otro lado, a pesar de la escasa implantaci¨®n de la banda ancha fija (el ADSL y servicios similares), la cobertura de 3G es amplia y estable. La competitividad de las operadoras de telefon¨ªa m¨®vil ha ido abaratando las tarifas, aunque a¨²n no sean accesibles a la totalidad de la poblaci¨®n.
Y, finalmente, la coexistencia de diversas redes de distribuci¨®n de equipamientos hace m¨¢s f¨¢cil el acceso a los equipos, ya sea a trav¨¦s del mercado ordinario, con iniciativas para reducir el coste de importaci¨®n, las aportaciones de los emigrantes para mejorar la comunicaci¨®n con sus familias, el mercado de segunda mano y el env¨ªo de equipos usados desde pa¨ªses occidentales, o el recurso a la comercializaci¨®n de productos orientales de bajo coste.
Por otro lado, en lo que se refiere al uso de las herramientas virtuales, los datos de Senegal ofre?cen una perspectiva de mayor implantaci¨®n que sus vecinos. En diciembre de 2011 contaba pr¨¢ctica?mente con dos millones de usuarios de Internet, lo que supon¨ªa una penetraci¨®n del 15,7 por ciento, una cifra ligeramente superior a la media del conti?nente, situada en la misma fecha en el 13,5 por cien?to. Sin embargo, una visi¨®n en perspectiva ofrece adem¨¢s la idea de trayectoria que se proyecta hacia el futuro. En el a?o 2000, los internautas senegale?ses eran apenas 40.000, es decir, en poco m¨¢s de una d¨¦cada, la cantidad de usuarios ha aumentado un 5.000 por ciento.
Si el uso de Internet por parte de los ciudadanos como instrumento de movilizaci¨®n y de participaci¨®n social y pol¨ªtica se vehicula, fundamentalmente, a trav¨¦s de las redes sociales y diversas aplicaciones de la web 2.0, se impone observar la situaci¨®n de la implantaci¨®n de estas herramientas. As¨ª, Facebook es la red social m¨¢s popular en Senegal, como en la mayor parte del mundo, adem¨¢s de la p¨¢gina web m¨¢s visitada en el pa¨ªs. Las cuentas de esta red social ascend¨ªan justo antes de las elecciones presidencia?les a cerca de 700.000. Lo que supone una cuota de implantaci¨®n entre los internautas muy similar a la de la media mundial. Por otro lado, en los seis meses anteriores a las elecciones se hab¨ªan creado 120.000 perfiles, es decir, el crecimiento se situaba en torno a 20.000 nuevos usuarios de Facebook al mes.
Internet, una nueva v¨ªa para participar
Con estas condiciones algunos colectivos senegale?ses tuvieron la misma idea: si las elecciones son determinantes, si la poblaci¨®n est¨¢ ¨¢vida de partici?par y si el entorno virtual ofrece posibilidades poderosas y crecientes, es necesario emplear todas las herramientas al alcance de la mano. De este modo, surgieron en paralelo diversas iniciativas con ele?mentos comunes, pero tambi¨¦n con caracter¨ªsticas y din¨¢micas particulares. Los principales puntos de encuentro de estas plataformas eran el horizonte de las elecciones, el objetivo de hacer de los comicios un proceso transparente y el uso de las herramien?tas virtuales para conseguirlo.
De la colaboraci¨®n entre organizaciones de la sociedad civil (fundamentalmente, ONG senegale?sas), delegaciones locales de organizaciones inter?nacionales y un vivero de empresas orientadas a la innovaci¨®n tecnol¨®gica y la transformaci¨®n social, surgi¨® la plataforma Sama Baat4 (que en wolof signi?fica ¡°tu voz¡±). Esta iniciativa ten¨ªa fundamental?mente una vocaci¨®n de denuncia, con el objetivo de que la vigilancia ciudadana y la revelaci¨®n de posi?bles irregularidades conjurasen las diversas moda?lidades de fraude electoral, desde intimidaciones hasta compra de votos.
La plataforma ten¨ªa diversas vertientes. Por un lado, se ofrec¨ªan informaciones diversas relacionadas con las propias elecciones como, por ejemplo, una agenda de los hitos de la campa?a. Por otro lado, se compart¨ªan documentos con los que se intentaba incidir en la sensibilizaci¨®n y la educa?ci¨®n c¨ªvica de la poblaci¨®n focalizada en el proceso electoral. As¨ª, durante los meses previos a los comi?cios la plataforma alberg¨® manuales sobre la retira?da de los carnets de electores que permiten el ejercicio del voto, para diversos grupos sociales, o instrucciones para el proceso que desemboca en la introducci¨®n del sufragio en la urna, con todos sus pasos previos. Esta dimensi¨®n informativa se completaba con noticias relacionadas con las elec?ciones y con materiales multimedia, fundamental?mente v¨ªdeos.
Sin embargo, el elemento m¨¢s caracter¨ªstico de Sama Baat era la incorporaci¨®n a la web de una apli?caci¨®n basada en la plataforma Ushahidi. Esta herramienta, desarrollada a partir de Google Maps, como hemos visto es eminentemente africana y se cre¨® a ra¨ªz de las violencias que siguieron a las elec?ciones de 2007 en Kenia. Posteriormente se ha per?feccionado y extendido, de manera que ahora se utiliza en todo el mundo con aplicaciones diferen?tes, habitualmente relacionadas con la toma de res?ponsabilidad de la sociedad civil en procesos de participaci¨®n c¨ªvica.
En el caso de Sama Baat, la plataforma Ushahidi daba como resultado un mapa de Senegal en el que se localizaban geogr¨¢ficamente todas las irregulari?dades relacionadas con el proceso electoral. Sama Baat animaba a los ciudadanos a que hicieran su aportaci¨®n en forma de denuncias o informaci¨®n a trav¨¦s de diversos canales: un tel¨¦fono, un correo electr¨®nico y un formulario en la web. Los ciudada?nos ten¨ªan garantizado el anonimato, a trav¨¦s de la solvencia de las organizaciones que impulsaban la iniciativa, pero, a efectos de verificaci¨®n, se les solicitaban datos personales. El resultado, adem¨¢s de la denuncia en s¨ª misma, era la implicaci¨®n y la concienciaci¨®n de los ciudadanos para conseguir unas elecciones con los m¨ªnimos sobresaltos y la m¨¢xima transparencia.
El caso de Sunu20126 (¡°nuestro 2012¡± en wolof) es una muestra paradigm¨¢tica del dinamismo de la comunidad de internautas. Como ocurre en muchos otros pa¨ªses de ?frica al sur del Sahara, los blogue?ros se han convertido en los principales animadores de las iniciativas ciudadanas en la red. Seguramente, esta situaci¨®n est¨¢ relacionada con la confianza de este colectivo en las herramientas virtuales y por su familiaridad con este entorno. En este caso, Sunu2012 fue una iniciativa de la Asociaci¨®n de Blogueros Senegaleses que dio cobertura a una idea madurada largamente por uno de los ciberactivistas senegale?ses m¨¢s activos, Cheikh Fall.
En el fondo de la iniciativa, seg¨²n manifestaba el propio Fall y el resto de miembros del equipo, est¨¢ la convicci¨®n de que las elecciones presidenciales eran una cita importante y que la elecci¨®n de un presidente debe realizarse con toda la informaci¨®n posible. Por ello, la vocaci¨®n de la plataforma, m¨¢s que la denuncia, era la informaci¨®n y el debate. Sunu2012 pretend¨ªa ofrecer toda la informaci¨®n dis?ponible de los candidatos. Reservaba a cada uno de los 14 aspirantes un espacio propio en el que se faci?litaban datos de contacto, p¨¢ginas web, perfiles de Facebook o cuentas de otras redes sociales, adem¨¢s de un lugar que los propios candidatos pod¨ªan ges?tionar para hacer p¨²blico su programa e informar sobre sus actos de campa?a.
Desde la perspectiva de los impulsores, la oferta de informaci¨®n se complementaba con la interac?ci¨®n, como no pod¨ªa ser de otra manera, teniendo en cuenta su voluntad de explotaci¨®n de la web 2.0. De este modo, la plataforma ten¨ªa como objetivo facilitar un contacto m¨¢s directo de los candidatos con los ciudadanos a trav¨¦s de las herramientas virtua?les, tanto para que los electores pudiesen plantear sus dudas a los aspirantes a presidente como para que pudiesen cuestionarles p¨²blicamente y obligar?les a matizar, defender o descartar sus propuestas ante la voz de la calle. Como se ver¨¢ m¨¢s adelante, los hechos se impusieron y esta ¨²ltima posibilidad de interacci¨®n qued¨® aparcada ante objetivos m¨¢s inmediatos.
Sama Baat y Sunu2012 aparecen como las dos iniciativas con m¨¢s trascendencia y m¨¢s espec¨ªficamente dedicadas a las elecciones presidenciales senegalesas. Sin embargo, no fueron las ¨²nicas webs que aparecieron en la red en los momentos previos a las elecciones. Diversos colectivos e individuos pusieron en marcha propuestas de las m¨¢s variadas naturalezas, desde simples blogs hasta secciones en medios de comunicaci¨®n on line. No resultar¨ªa pro?ductivo intentar mencionarlas todas, por lo que ¨²nicamente citaremos dos. La primera de ellas, ¨²nicamente como curiosidad, es Popsenegal, una web que hac¨ªa un recuento de los seguidores que ten¨ªan los perfiles de Facebook de las personalidades m¨¢s preeminentes del pa¨ªs. El car¨¢cter anecd¨®tico de esta iniciativa se pudo observar a posteriori, cuando se comprob¨® que la clasificaci¨®n de popularidad en las redes sociales no tuvo ninguna equivalencia con los resultados de los comicios.
El segundo proyecto comparte algunos de los valores de las dos plataformas principales que se han comentado con anterioridad, pero se trata de una iniciativa privada y tiene voluntad de continui?dad al margen de las elecciones, por lo que no se ha juzgado adecuado colocarlas a la misma altura. Se trata de Car Rapide8, una web-tv, es decir, una p¨¢gina que ofrece fundamentalmente contenidos auiovisuales, en este caso, alojados formalmente en la plataforma Youtube para optimizar recursos. Car Rapide debe su nombre a los veh¨ªculos de transporte colectivo que recorren las calles de Dakar y en los que coinciden, seg¨²n los creadores de la web, sene?galeses de extracciones sociales diversas y que dis?cuten libremente durante el recorrido. Ofrece, por un lado, una recopilaci¨®n de las emisiones m¨¢s populares de la televisi¨®n senegalesa, orientada en gran medida al consumo de la di¨¢spora; pero tam?bi¨¦n contenidos propios, en forma de debates ciudadanos o de opiniones de senegaleses de a pie sobre temas de actualidad diversos, desde sexuali?dad hasta pol¨ªtica o econom¨ªa.
Los impulsores de Car Rapide pronto se volca?ron en la cobertura de las elecciones como una herramienta para mantener a los senegaleses de la di¨¢spora informados del panorama medi¨¢tico del pa¨ªs; pero, tambi¨¦n, como un instrumento de expre?si¨®n de los ciudadanos ¡°lambda¡±, es decir, de los senegaleses an¨®nimos. As¨ª, durante las protestas previas a las elecciones como en la campa?a electo?ral y en las jornadas de voto, los esfuerzos de pro?ducci¨®n de materiales propios se centraron en las discusiones sobre temas electorales.
Todas las iniciativas que se han mencionado emplearon las redes sociales para aumentar la difu?si¨®n de sus acciones y explotar al m¨¢ximo las posi?bilidades de interacci¨®n de la web 2.0, de tal mane?ra que Sama Baat, Sunu2012 y Car Rapide ten¨ªan sus propios perfiles de Facebook, cuentas de Twitter y canales de Youtube. Sin embargo, los impulsores de Sunu2012 pusieron en marcha en Twitter al inicio de las protestas de finales del mes de enero el hashtag #sunu2012 como un intento de confederar todas las iniciativas en la plataforma de microblogging y de servir de referente tanto a aquellos que quer¨ªan opi?nar sobre el proceso como a los que deseaban informarse.
El ¨¦xito de esta etiqueta se evidenci¨® al final del proceso, cuando se pudo comprobar que la utiliza?ban usuarios de todo el mundo (senegaleses en el territorio nacional y en la di¨¢spora y extranjeros interesados por el devenir del pa¨ªs). A estos usua?rios se sumaban algunos medios de comunicaci¨®n senegaleses (como las televisiones TFM y 2sTV o las webs seneweb.com o xalima.com) e internacionales (desde la cadena catar¨ª Al Jazeera hasta France24), instituciones internacionales (como la Misi¨®n de Observadores de la Uni¨®n Europea) o periodistas independientes extranjeros.
Este hashtag fue el principal veh¨ªculo de uno de los retos m¨¢s ambiciosos asumidos por los cibe?ractivistas: supervisar y vigilar las jornadas de voto y ofrecer los resultados de los comicios con la mayor celeridad. Para conseguirlo se despleg¨® una red de colaboradores puntuales voluntarios bajo la denominaci¨®n e-observateurs. Durante las dos jor?nadas de votaciones, en la primera y la segunda vuelta, el 26 de febrero y el 25 de marzo de 2012, respectivamente, dieron cuenta de las incidencias y de las irregularidades detectadas, denunci¨¢ndo?las, llamando la atenci¨®n de los periodistas para usar su presencia como protecci¨®n de la transpa?rencia, alertando a los electores de posibles situa?ciones de riesgo y anim¨¢ndolos a participar en el proceso. Una vez cerrados los colegios electorales, el hashtag #sunu2012 se convirti¨® en un improvisa?do hilo de informaciones electorales a trav¨¦s del que los e-observateurs transmit¨ªan los resultados de las mesas electorales en las que estaban pre?sentes, en ocasiones acompa?ados de fotos de las actas para ganar credibilidad. La suma de estos resultados parciales daba una idea fiel y fiable de las tendencias. En el caso de la primera vuelta, los resultados oficiales tardaron casi 15 d¨ªas en pro?clamarse y fueron pr¨¢cticamente calcados a los resultados oficiosos que a trav¨¦s de Twitter se hab¨ªan difundido desde la misma noche del 26 de febrero.
En la segunda vuelta, el instrumento fue fun?damental para que inmediatamente despu¨¦s del cierre de los colegios electorales se hiciese evidente la victoria de Macky Sall sobre Abdoulaye Wade, ale?jando el fantasma del fraude electoral y la tentaci¨®n de la violencia que pod¨ªa derivarse de la incerti?dumbre de no conocer los resultados. Apenas tres horas y media despu¨¦s del cierre de los colegios, la derrota de Wade era incuestionable y este telefo?ne¨® a Sall para felicitarle por su victoria. Un gesto que, al mismo tiempo, fue recibido con j¨²bilo en el mismo hilo de Twitter. Esta situaci¨®n era a la que se refer¨ªa Cheikh Fall cuando hablaba de la softrevolution.
Las plataformas nacidas en paralelo crecen entrelazadas
Las plataformas de las que se ha hablado comparten rasgos fundamentales. Sin duda, la confianza en las herramientas virtuales como un instrumento de movilizaci¨®n y de participaci¨®n social y pol¨ªtica es el m¨¢s evidente. Sin embargo, ese deslumbramiento no puede ocultar su nacimiento en la base, ya sea en el ¨¢mbito de las ONG y organizaciones locales, en la asociaci¨®n de blogueros o en un grupo de ¡°amigos¡±, ciudadanos an¨®nimos, ajenos a los intereses empre?sariales o institucionales y a los de los partidos pol¨ªticos.
Por otro lado, coinciden en la voluntad de dar voz a los ciudadanos de a pie, empleando estos nue?vos instrumentos. Si bien esta voluntad corre el riesgo de degenerar y convertirse en el altavoz de un grupo social reducido, la progresiva extensi¨®n de las TIC y la ampliaci¨®n de su acceso deber¨ªan conjurar ese peligro.
Las plataformas, en su exigencia de participa?ci¨®n ciudadana, inciden tambi¨¦n en una din¨¢mica colaborativa en la que las aportaciones de todos los ciudadanos tienen, a priori, el mismo peso y ayudan a que cada elector se configure su propia opini¨®n infor?mada. En este caso, el riesgo se esconde en la tutela del proceso, en que los impulsores de las iniciativas vayan adquiriendo un car¨¢cter de vanguardia inte?lectual (en este caso, tecnol¨®gica), que puedan inten?tar condicionar esta marcha. Sin embargo, la apertura de los canales y la falta de control sobre las herra?mientas complican cualquier intento de instrumentalizaci¨®n o de patrimonializaci¨®n. El propio Cheikh Fall lo comentaba durante las elecciones: ¡°Nosotros nos inventamos #sunu2012 y lo pusimos en marcha, pero ya no nos pertenece, nadie lo controla¡±.
Otra caracter¨ªstica importante es que las iniciati?vas, a pesar de los intereses comunes y de compartir el objetivo de la democratizaci¨®n y la transparencia, surgieron en paralelo y en ¨¢mbitos diferentes. Sin embargo, a medida que avanzaba el proceso, se fue?ron trenzando, generando sinergias y complementa?riedades, conscientes de que el objetivo general se conceb¨ªa como un bien com¨²n, y aliment¨¢ndose mutuamente. El resultado de esta voluntad de sumar, muy inscrita en la base del ciberactivismo, ofrece una eficacia y unos resultados de conjunto mayores que la suma de los resultados de cada iniciativa.
Una acci¨®n, un efecto
Resulta pr¨¢cticamente imposible cuantificar la inci?dencia de estas plataformas, no ya en el resultado de las elecciones, sino incluso en el desarrollo del propio proceso electoral. Pero hay elementos que pueden valorarse como un balance indudable. Por un lado, lejos de la l¨®gica de competitividad y en una l¨®gica de complementariedad, estos instru?mentos aportan al control de la democracia, que habitualmente se atribuye a los medios de comu?nicaci¨®n, nuevas potencialidades. En Senegal se ha hablado tradicionalmente del papel del surgi?miento de las radios privadas como un paso hacia la transparencia democr¨¢tica (en las anteriores elecciones del a?o 2000) por la mayor flexibilidad, la difusi¨®n m¨¢s libre de la informaci¨®n y el menor control del Gobierno. Las redes sociales no han sus?tituido este papel, sino que lo han complementado a?adiendo, por ejemplo, la dimensi¨®n multimedia, una mayor implicaci¨®n ciudadana y un abarata?miento de los costes.
La experiencia del uso de las redes sociales en las elecciones presidenciales senegalesas ha supues?to la implicaci¨®n de un sector social numeroso y con gran capacidad de influencia, pero no siempre inte?resado o motivado por los asuntos pol¨ªticos, como son los j¨®venes urbanos con formaci¨®n superior.
Del mismo modo, las iniciativas desplegadas en la cita electoral senegalesa han mostrado la capacidad de apropiaci¨®n de las tecnolog¨ªas, entendida como la comprensi¨®n de unos mecanismos y la adaptaci¨®n a las necesidades propias que no necesariamente coinciden con los objetivos para los que fueron creados. E, igualmente, el caso muestra c¨®mo esta manipulaci¨®n puede responder a los intereses de los ciudadanos y no solo de instituciones o empresas, pues les permiten adquirir cierta inde?pendencia al conquistar una voz propia que habitualmente se les ha negado.
Notas
4. Samabaat
5. Ushahidi
6. Sunu2012
7. Popsenegal
8. CarRapide
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