Guerras de nuestros nietos
La ciberguerra completa no deja sangre ni hay enfrentamientos, solo el colapso s¨²bito de un pa¨ªs
Es un ataque global y devastador. Todas las redes de comunicaciones digitales, suministros de agua y energ¨ªa, sistemas de control de tr¨¢fico a¨¦reo, terrestre y ferroviario quedan colapsados; los mandos policiales y militares, bloqueados; la producci¨®n industrial, interrumpida; y el comercio, as¨ª como las oficinas p¨²blicas y privadas, obligados a cerrar. La gente debe recluirse en sus casas, sin luz y sin agua, y hacer acopio de comida.
Todo sucede bajo el control visual de sat¨¦lites y drones que sobrevuelan el territorio. Sigilosamente, sin enfrentamientos ni sangre, solo con las numerosas v¨ªctimas mortales y heridos en los numerosos accidentes ocasionados por el colapso s¨²bito de las infraestructuras. Puede que se produzca el disparo de un misil con una carga de alta penetraci¨®n, incluso nuclear, para horadar los b¨²nkeres donde se refugian las c¨²pulas pol¨ªticas y militares del pa¨ªs atacado. En cuesti¨®n de minutos el pa¨ªs entero queda paralizado, a disposici¨®n del vencedor.
Despu¨¦s, todo queda en silencio y a oscuras, como en la Edad de Piedra, tal como le prometi¨® un representante del Gobierno de Estados Unidos al presidente Pervez Musharraf en 2001, despu¨¦s de los ataques del 11-S, en caso de que Pakist¨¢n siguiera apoyando a los talibanes y a Bin Laden. Sin bombardeos masivos ni desembarcos de centenares de miles de infantes de marina, tanques y ca?ones; sin bajas propias y con muy pocas ajenas, y en un pesta?ear de ojos, el pa¨ªs atacado se convierte en algo similar a la Alemania vencida de 1945.
As¨ª podemos imaginar una ciberguerra completa, en la que las armas utilizadas son potentes virus inform¨¢ticos que no pueden detectar ni neutralizar las ciberdefensas del pa¨ªs atacado. Nada parecido se halla ahora a la vista, a pesar de que empezamos a saber algo sobre c¨®mo son los ciberataques, que prefiguran y permiten hacer volar la imaginaci¨®n sobre las guerras del futuro.
Acabamos de conocer la existencia de una entera unidad del ej¨¦rcito chino dedicada a la guerra cibern¨¦tica, seg¨²n ha revelado una consultora privada estadounidense. La revista Foreign Affairs ha se?alado que la propia China sufri¨® cerca de medio mill¨®n de agresiones en 2011, el 15% de ellos con origen en territorio estadounidense. La misma revista documenta la existencia de 124 pa¨ªses pertrechados para la ciberguerra, de los que solo 20 han realizado 95 ataques organizados entre s¨ª entre 2001 y 2011. Los que m¨¢s, China y EE UU, en 18 ocasiones al menos, siempre a iniciativa de Pek¨ªn y con solo dos contrataques de Washington. India y Pakist¨¢n lo han hecho en 11 ocasiones, diez las dos Coreas y ocho Israel e Ir¨¢n. Es solo el principio. Al final, si no evitamos la escalada ni marcamos con reglas internacionales el terreno de juego, llegar¨¢ alg¨²n d¨ªa la guerra total, que nosotros no veremos, pero podr¨ªan ver nuestros nietos.
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