Los hijos Kohl escriben un culebr¨®n sobre los ¨²ltimos a?os del pol¨ªtico
Describen a su padre como un hombre "sometido" a su actual esposa, Maike, 34 a?os m¨¢s joven que ¨¦l y retratan el ocaso existencial del llamado "canciller de la reunificaci¨®n"
Los dos hijos del excanciller Helmut Kohl, Peter y Walter, de 47 y 49 a?os, parecen decididos a convertir en un culebr¨®n la ¨²ltima etapa de la vida del patriarca alem¨¢n, al que describen como "sometido" a su actual esposa, Maike, 34 a?os m¨¢s joven que ¨¦l. La reedici¨®n de un libro escrito en 2002 por Peter Kohl sobre su madre, un a?o despu¨¦s del suicidio de Hannelore Kohl, devolvi¨® a la palestra la imagen de la descomposici¨®n de ese clan familiar, ahora acentuada por la presencia de la nueva esposa.
El menor de los hijos del pol¨ªtico y su hermano han salpicado el lanzamiento con apariciones en tertulias de televisi¨®n, en que recuerdan el triste destino de su madre y retratan el ocaso existencial del llamado "canciller de la reunificaci¨®n".
Hannelore Kohl fue hallada muerta el 5 de julio de 2001 en su casa de Oggersheim (oeste), donde llevaba quince meses sin salir m¨¢s que al caer la noche por culpa de una alergia a la luz, tras una vida consagrada al papel de esposa del hombre de Estado.
Llevaban m¨¢s de 40 a?os casados y Helmut Kohl estaba entonces concentrado en la defensa de su integridad, en medio del esc¨¢ndalo de financiaci¨®n irregular que estall¨® justo despu¨¦s de perder el poder, tras 16 a?os al frente de la Canciller¨ªa, de 1982 a 1998.
A la conmoci¨®n por el suicidio siguieron los reproches de los hijos contra el pol¨ªtico que, seg¨²n Peter, supo conducir la reunificaci¨®n de la Alemania, dividida desde la II Guerra Mundial, pero no estar donde deb¨ªa cuando su mujer enferm¨®.
En la segunda edici¨®n los reproches se desplazaron a la mujer con quien Helmut Kohl se cas¨® en 2008, con 78 a?os ¨¦l y 44 ella. Maike Richter y Kohl llevaban varios a?os como pareja de hecho y como tales hab¨ªan sido recibidos en viajes privados por antiguos aliados pol¨ªticos del excanciller, como los expresidentes Mija¨ªl Gorbachov, George Bush y Bill Clinton. Su relaci¨®n era conocida desde 2004, siendo ella funcionaria del Ministerio de Econom¨ªa, puesto del que pidi¨® una excedencia para atender "personalmente" al pol¨ªtico, por entonces ya muy debilitado f¨ªsicamente y parcialmente en silla de ruedas.
De esa situaci¨®n, y tras nuevas dolencias, Kohl ha pasado a estar "sometido", seg¨²n Peter y Walter, a la voluntad de Maike, a la que retratan como una mujer dominante que controla al pol¨ªtico.
De ella han partido, seg¨²n los hijos del patriarca, las iniciativas "espont¨¢neas" de vecinos que, a?o a a?o, acuden a la casa de Oggersheim a agasajarle, en ocasi¨®n de su cumplea?os.
Tambi¨¦n ella ha convertido ese hogar en un devocionario plagado de recuerdos de sus logros pol¨ªticos, as¨ª como sus sucesivos actos de reconciiaci¨®n con la Uni¨®n Cristianodem¨®crata, CDU, el partido que presidi¨® durante 25 a?os y del que se apart¨® cuando Angela Merkel tom¨® las riendas, en pleno esc¨¢ndalo financiero.
Maike controla la agenda de encuentros de Helmut Kohl, p¨²blicos o privados, de la que los hijos dicen sentirse arrinconados y hasta afirman que el patriarca apenas tiene contacto con sus nietos.
El rifirrafe familiar, del que hasta ahora el pol¨ªtico se ha mantenido al margen, se enmarca en un contexto de teor¨ªas y libros recientes sobre la figura de Hannelore, entre ellos el escrito en 2011 por el periodista Heribert Schwan.
Walter y Peter Kohl se querellaron contra el autor, que sosten¨ªa que fueron los hijos quienes dejaron a su madre sola y que no hicieron nada para acompa?arla en su enfermedad, pese a que en los a?os noventa ya intent¨® suicidarse.
Hannelore estaba sola la noche en que se suicid¨® y tambi¨¦n meses antes, el d¨ªa en que se cas¨® su hijo Peter, a cuya boda en Turqu¨ªa no pudo asistir por su alergia, de manera que la acompa?ante de Kohl fue su secretaria personal desde hac¨ªa d¨¦cadas, Julianne Weber.
Los hijos no aceptan reproches a sus posibles desplantes y afirman que el ¨²nico fin del libro ahora reeditado es recuperar la dimensi¨®n humana de su madre y su papel como compa?era fiel del gran pol¨ªtico. Se trata de un culebr¨®n no desconocido entre otras muchas familias, donde los hijos de la primera esposa viven en conflicto con la segunda o situaciones parecidas.
Puestos a recriminar, Peter Kohl afirma que se enteraron de la relaci¨®n de Maike y su padre por terceros y que ¨¦sta no arranca de 2004, sino de los 90. Es decir, en vida de Hannelore.
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