Polvo de galaxias
El agujero negro de la NGC1365 se gener¨® en su infancia, no mucho despu¨¦s del 'Bing Bang'
?De d¨®nde vienen las galaxias? Tal vez no sea la pregunta m¨¢s profunda que pueda hacerse, pero se le aproxima bastante. La astronom¨ªa del siglo XX se debati¨® entre dos hip¨®tesis no ya diferentes, sino opuestas. Seg¨²n la primera, las galaxias se formaron de arriba abajo, por fragmentaci¨®n de unas nubes de gas a¨²n m¨¢s enormes que ellas; en la segunda ocurre al rev¨¦s, que se originan de abajo arriba por la fusi¨®n de muchas nebulosas m¨¢s peque?as. Por muy dispares que parezcan las dos teor¨ªas, sin embargo, el factor determinante en ambas es la velocidad con la que giran en su tierna infancia. Si la rotaci¨®n es r¨¢pida el resultado es una galaxia espiral como la nuestra, la V¨ªa L¨¢ctea. Si es lenta, la atracci¨®n gravitatoria entre sus componentes se impone y tiende m¨¢s bien a formar una esfera, lo que resulta en una galaxia el¨ªptica como nuestra vecina Virgo A, a unos meros 50 a?os luz de nosotros.
Virgo A es una galaxia vulgar, al menos para los est¨¢ndares c¨®smicos, pero desde nuestro punto de vista provinciano exhibe una peculiaridad valiosa: su centro, o su n¨²cleo activo, re¨²ne las mejores evidencias emp¨ªricas obtenidas hasta la fecha de la existencia de un agujero negro. No cualquier agujero negro, sino uno de los supermasivos que ocupan el centro de cualquier galaxia.
Tambi¨¦n la V¨ªa L¨¢ctea tiene uno, pero ninguna galaxia es profeta en su tierra, y los cient¨ªficos prefieren mirar a los agujeros negros de las galaxias vecinas para tener una mejor perspectiva. Los ¨²ltimos datos de los telescopios espaciales proceden de otra de esas vecinas, la galaxia NGC1365. Puede resultar cacof¨®nico, pero Virgo A tampoco es que sea un poema.
Resulta que la ontolog¨ªa de un agujero negro ¡ªsu edad, su relaci¨®n con la galaxia que lo rodea y hasta los mecanismos de su g¨¦nesis¡ª tambi¨¦n est¨¢ relacionada con su velocidad de giro, y los astr¨®nomos han podido medirla con exquisita precisi¨®n por primera vez.
El monstruo que ocupa el centro de nuestra galaxia vecina ha resultado girar tan deprisa que, seg¨²n calculan los cient¨ªficos, no ha podido crecer lentamente durante los eones: solo pudo formarse en la infancia del universo. No mucho despu¨¦s del Big Bang en las escalas c¨®smicas.
Somos polvo, pero polvo de galaxias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.