Retratos lime?os

Resulta curioso observar c¨®mo existe una psicolog¨ªa, un estado de ¨¢nimo colectivo. No solo el individual. Sin ir m¨¢s lejos, ahora, Espa?a sufre una tremenda depresi¨®n, desorientaci¨®n y tambi¨¦n incuba una mezcla de rabia e impotencia. Pero, sobre todo, persiste la sensaci¨®n general de que no hay un futuro como el que se imaginaban para s¨ª todos hace tan solo unos a?os. Todo parece oscuro en el pa¨ªs de la fiesta. Una sensaci¨®n de par¨¢lisis impide a muchos idear formas de capear el temporal. La crisis ciega.

De eso saben mucho los peruanos. Despu¨¦s de veinte a?os de terrorismo y guerra interna ¨Cpor referirnos solo al trauma social m¨¢s profundo del pasado reciente¨C, han ido surgiendo y fortaleci¨¦ndose las estructuras econ¨®micas que hacen prever un futuro mejor. Lima, la capital, recibi¨® grandes olas migratorias de todas las regiones afectadas por la violencia. Casi el 90% de los habitantes de Lima son migrantes o descendientes de migrantes. Gente despojada que se fue sumando a los ya crecientes cinturones de pobreza que elevaron la poblaci¨®n de la metr¨®poli a los hoy nueve millones de habitantes con los que cuenta. Ten¨ªan que salir adelante como fuera. ¡°Recurse¨¢ndose¡±, como se dice all¨¢. Busc¨¢ndose la vida con mil y una ocupaciones. Ahora, tras grandes esfuerzos, muchos de los peque?os comerciantes han visto crecer sus negocios. Hijos de migrantes casi analfabetos aspiran a ir a la universidad. O, por lo menos, a estudiar algo que los prepare para conseguir una situaci¨®n m¨¢s favorable. En una encuesta callejera improvisada realizada hoy, seguro que la mayor¨ªa responder¨ªa afirmativamente a la pregunta de si espera que su vida mejore en los pr¨®ximos a?os.

No obstante, Lima arrastra tambi¨¦n una psicolog¨ªa particular. ¡°Vivimos hacia dentro¡±, dice la fot¨®grafa Morgana Vargas Llosa. En la ciudad hay una enorme diversidad cultural, pero son pocos los que la conocen. Los que son capaces de romper sus c¨ªrculos e ir al encuentro de vecinos, de conocer y aceptar a los otros. Por eso, en compa?¨ªa del tambi¨¦n fot¨®grafo lime?o ¨Cresidente en Londres¨C Jaime Travez¨¢n y de su socio, el italiano David Tortora, director de arte, se embarcaron hace casi dos a?os en el proyecto M¨ªrame Lima, que aun antes de presentarse por primera vez, ahora, a partir del 13 de marzo, en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Lima, ha recibido ya la distinci¨®n de ver una de sus 50 im¨¢genes seleccionada por la National Portrait Gallery de Londres para la exposici¨®n de los trabajos premiados en su prestigioso concurso anual.

El proyecto ¡®M¨ªrame lima¡¯ consiste en retratar a grupos familiares ¨Cen un sentido amplio de la familia, que muchas veces incluye a sus compa?eros de trabajo o empleados¨C para dar visibilidad al amplio espectro cultural de los lime?os actuales. Muchos han venido de las diferentes regiones andinas o costeras, pero tambi¨¦n de las amaz¨®nicas. Adem¨¢s, hay descendientes de chinos, ¨¢rabes y japoneses, de italianos y cubanos. Hay jud¨ªos ortodoxos, budistas, hare krisnas y cofrad¨ªas. Encontramos al sastre y al limpiabotas, a la peluquera, al pescador, pero tambi¨¦n a los hinchas futboleros, los due?os de chifas ¨Crestaurantes chino-peruanos¨C, actores, cantantes folcl¨®ricas y heladeros.

Lima arrastra tambi¨¦n una psicolog¨ªa particular: vivimos hacia dentro"

Los retratos pretenden ser an¨®nimos. No se mencionan nombres, salvo excepciones. Son composiciones llenas de colorido que incluyen, por elecci¨®n de los fotografiados, las personas, los objetos y lugares en los que se reconocen. ¡°M¨ªrame¡±, est¨¢n diciendo con cierto orgullo.

¡°Viv¨ª unos a?os fuera, en Londres, en Madrid. Al volver a vivir a Per¨² quise dar un giro a mis experiencias en la fotograf¨ªa para prensa diaria y comprometerme con un proyecto que me interesara¡±, explica Morgana, hija del Nobel literario, que trabaj¨® en EL PA?S como reportera gr¨¢fica y ha publicado varios libros de fotograf¨ªa. ¡°Quer¨ªa hacer algo relacionado con mi reencuentro con Lima y mis sentimientos encontrados, en los que se mezclaban algo de nostalgia con aspectos de la ciudad que me chocaban. Eso me hizo pensar en c¨®mo somos los lime?os, y me di cuenta de que la mayor¨ªa de ellos viven su vida como encerrados en la peque?a burbuja de su entorno cercano. Sin relacionarse con gente de or¨ªgenes distintos, sin siquiera saber que existen. Pienso que en gran parte se debe a que no hay aut¨¦nticos espacios p¨²blicos de encuentro. Y no es solo por las diferencias sociales, que, siendo muy marcadas, no son la ¨²nica raz¨®n de ese vivir de espaldas unos de otros. Es la propia ciudad la que no favorece la interculturalidad. No hay nada que fomente esos encuentros, ni tampoco una educaci¨®n que lleve a buscarlos. La gente teme mucho a lo que desconoce¡±.

Jaime Travez¨¢n, que hace un par de semanas fue seleccionado entre los top 10 del concurso anual de Fotograf¨ªa Profesional en el Reino Unido 2012, ha contribuido a darle a este proyecto una est¨¦tica muy atractiva, algo fantasiosa, pero anclada en lo real. ¡°En cuanto empezamos a darle vueltas al proyecto y a la manera de enfocarlo tuve clara la est¨¦tica de las fotos, con la que coincidieron Morgana y David¡±, afirma. ¡°Sin embargo, estaba convencido de que en muchos casos no iba a resultar f¨¢cil hacer entender a los fotografiados nuestros prop¨®sitos. Recurrimos a entrevistarlos en d¨ªas previos a la sesi¨®n y obtener la mayor informaci¨®n posible acerca de ellos, para que poco a poco se sintieran en confianza con nosotros y el d¨ªa de la foto estuvieran c¨®modos e identificados con su entorno, as¨ª como con la manera en que los coloc¨¢bamos a ellos y sus objetos preferidos¡±.

Casi la tercera parte de los lime?os son inmigrantes, muchos de ellos, provincianos

Casi la tercera parte de los lime?os son inmigrantes. Muchos de ellos, pro??vin????cianos. Los que vinieron del distrito de Paucar¨¢, en Huancavelica (regi¨®n andina al suroeste de Lima), se instalaron en Ate Vitarte. Para ellos, cada domingo, en la precaria zona deportiva del distrito sucede una especie de viaje emocional a su pueblo. All¨ª juegan al fulbito (f¨²tbol sala), cocinan sopa de ollucos con mote y celebran la vida d¨¢ndole gracias al Se?or de Killi. Es lo que representa una de las fotos, la titulada Domingo nost¨¢lgico. Otra es de Melquiadina, una mujer que conserva las dos maletas que llev¨® en su viaje a Lima hace 29 a?os. Sali¨® muy joven de Cuzco, y en ellas tra¨ªa el equipaje de los recuerdos de su infancia junto al miedo a la gran ciudad y la ilusi¨®n de un futuro mejor. Ha trabajado desde entonces como cocinera en casas familiares, y su plato estrella es el pescado a la chorrillana, un manjar eminentemente costero y lime?o. Sus dos hijas, hoy adolescentes, ir¨¢n pronto a la universidad. No son fotos de triunfadores, ha primado el deseo de mostrar a las personas tal como son, m¨¢s all¨¢ del ejemplo emprendedor que pudieran dar. Cualquier situaci¨®n o particularidad se muestran con dignidad y sin complejos. Incluso, con cierta alegr¨ªa, lejos de las im¨¢genes condescendientes o dram¨¢ticas que suelen abundar en cuanto se retrata a la gente de Am¨¦rica Latina.

¡°El proyecto M¨ªrame Lima me ha hecho ver que en Lima hay mil Limas y, al mismo tiempo, una sola, como un cuerpo enorme y ciego que desconoce su volumen y sus enlaces¡±, apunta Travez¨¢n. ¡°He conocido mi ciudad y su gente. No imagin¨¦ lo gigante y compleja que es. En algunas ocasiones trabajamos en lugares peligrosos. Eso nos convirti¨® en una especie de mecanismo o teatr¨ªn a contrarreloj donde todo el despliegue del equipo fotogr¨¢fico y los escenarios que cre¨¢bamos, de antemano ya estudiados, se montaban en todo su esplendor por algunos minutos para la foto, para luego desmontarlos y guardarlos a la velocidad del rayo¡±.

La literatura no ha tratado bien a la ciudad de Lima, en general. Se suele citar el t¨ªtulo de un breve, pero contundente y l¨²cido ensayo, Lima la horrible (1964), de Sebasti¨¢n Salazar Bondy, en el que critica la estructura clasista que prevalece en dicha sociedad desde los tiempos coloniales. Y tambi¨¦n son muy recordadas las l¨ªneas de Herman Melville en su c¨¦lebre novela Moby Dick. ¡°Lima, la sin l¨¢grimas, es la ciudad m¨¢s extra?a y triste que pueda contemplarse¡±, escribe. Pero, ?c¨®mo es Lima hoy? ?Horrible, triste, gris? ?O acaso han estado, tanto los lime?os como los viajeros, ciegos a la riqueza del paisaje humano, la variedad de sus costumbres y el colorido que aportan a su existencia?

Con el proyecto he conocido mi ciudad. No imagin¨¦ lo gigante y compleja que es"

El tercer miembro del equipo, David Tortora, proporciona la visi¨®n for¨¢nea. ¡°Hace seis a?os, cuando empec¨¦ a explorar Per¨², me di cuenta de que mi idea del pa¨ªs era algo estereotipada, aunque no del todo err¨®nea. Este proyecto me ha permitido encontrarme con la ciudad. Un viaje que ha alternado constantemente lo incre¨ªblemente ex¨®tico con lo completamente familiar. La mayor¨ªa de las veces encontrando lo uno cuando pensaba hallar lo otro. Finalmente he conseguido crear mi propio mapa de Lima, que no es necesariamente el de una ciudad apacible, pero s¨ª el de un lugar que no hay que dejar de lado. Encuentro que, para la gente de otros pa¨ªses, Lima est¨¢ todav¨ªa ausente de su imaginario, y por eso pienso que este proyecto tambi¨¦n deber¨ªa mostrarse en el extranjero¡±. La idea es llevar despu¨¦s estas im¨¢genes a espacios p¨²blicos de Lima y a otras ciudades peruanas. Se trata de abrir los ojos. Mirar y que te miren. Para eso, los participantes en este proyecto han abierto ya sus puertas.