El Papa y Mercedes Sosa
Habemus Papam es una excelente pel¨ªcula del director italiano Nanni Moretti, presentada en el Festival de Cannes de 2011 y protagonizado por Michel Piccoli. La trama hace uso de un humor que transita entre la inocencia y el sarcasmo, entre la iron¨ªa delicada y la risa explosiva. Podr¨ªa haber sido un film entre tantos, si no fuera por algunos trazos prof¨¦ticos que lo vuelven ahora imprescindible.
Michel Piccoli en Habemus Papam, de Nanni Moretti (2011)
La pel¨ªcula narra la historia de un cardenal que, al momento de ser elegido Papa, entra en una profunda crisis depresiva y existencial. No puede asumir la tarea que Dios, por intermedio de sus pares, le ha ordenado. At¨®nitos y totalmente desconcertados, los cardenales apelan al mejor psicoanalista italiano para resolver el problema. Sin embargo, el Papa se fuga del Vaticano y comienza a deambular por las calles de Roma. La situaci¨®n se les oculta a los ya abatidos cardenales, quienes contin¨²an encerrados y pensando que el elegido reza y medita en su rec¨¢mara. Sin lugar a dudas, los mejores momentos del film transcurren en esta interminable espera, mientras el Papa recorre an¨®nimamente bares, teatros y hoteles de Roma, y los cardenales ponen a prueba su fe, jugando a las cartas y organizando desopilantes torneos de voleibol, bajo la coordinaci¨®n del frustrado psicoanalista (el propio Nanni Moretti). Las escenas del Papa rememorando su juventud perdida a trav¨¦s del recitado de La Gaviota, de Ant¨®n Ch¨¦jov, son de una belleza y una dulzura inmensas.
Finalmente, el Papa regresa al Vaticano y debe pronunciarse ante las masas que lo aclaman en la Plaza San Pedro. La bendici¨®n ser¨¢ un sorprendente preanuncio de lo que el mundo escuchar¨¢ meses m¨¢s tarde de un Papa bastante menos emotivo que el protagonizado por Michel Piccoli, aunque no menos apesadumbrado:
"Fui elegido. Pero esto, en vez de haberme dado fuerza y conciencia, me aplasta y me confunde a¨²n m¨¢s. En este momento, la Iglesia necesita de un gu¨ªa que tenga fuerza y sea capaz de hacer grandes cambios, que busque el encuentro de todos. Que tenga amor y capacidad de comprensi¨®n para todos. Pido perd¨®n al Se?or por lo que estoy por hacer. No s¨¦ si ¨¦l podr¨¢ perdonarme. Pero debo hablarle a ¨¦l y a Uds. con sinceridad. En los ¨²ltimos d¨ªas, he pensado mucho y, lamentablemente, percib¨ª que no estoy a la altura para ocupar la funci¨®n que me han confiado. Siento que estoy entre los que son incapaces de liderar. Soy de los que deben ser conducidos. En este momento, s¨®lo puedo decir: recen por mi. El gu¨ªa que Uds. necesitan no soy yo. No puedo ser yo".
Semejanzas aparte con los motivos que produjeron la sorprendente renuncia de Bendicto XVI, hay otros elementos que hacen de la pel¨ªcula de Moretti un admirable anticipo de lo que suceder¨ªa un par de a?os m¨¢s tarde.
Cerca del minuto 14¡¯, luego de mostrar la c¨¦lebre imagen de la fumata blanca que indica la elecci¨®n del nuevo Papa, aparece una bandera argentina en primer plano sobre la multitud. El presagio no deja de ser notable.
En la escena siguiente, confirmando quiz¨¢s la veracidad de la declaraci¨®n del vicepresidente Nicol¨¢s Maduro, una bandera venezolana se destaca entre la muchedumbre. ¡°Nosotros sabemos que nuestro Comandante ascendi¨® hasta esas alturas y est¨¢ frente a frente a Cristo. Alguna cosa influy¨® para que se convoque a un Papa sudamericano¡±, sostuvo Maduro minutos despu¨¦s que el cardenal Jorge Mario Bergoglio fuera elegido Papa. (El ¨²nico detalle que le quita pertinencia al hecho es que a la bandera venezolana le falta una estrella).
Entre tanto, lo m¨¢s sorprendente de la pel¨ªcula, es la bell¨ªsima secuencia en que el substituto del Papa, un miembro de la Guardia Suiza utilizado para que no se perciba la fuga del elegido, decide poner m¨²sica para entretenerse. Sobre el Vaticano suena la c¨¦lebre canci¨®n del poeta chileno Julio Numhauser, inmortalizada por Mercedes Sosa: ¡°Todo cambia¡±. Numhauser, uno de los fundadores de Quilapay¨²n, debi¨® exiliarse en Suecia durante la dictadura del General Augusto Pinochet. Desde el exilio, escribi¨® los versos que le servir¨ªan a Moretti para describir todos los estados de ¨¢nimo, situaciones y perplejidades vividas en esa ficticia transici¨®n papal. La voz potente de la Negra Sosa penetrar¨¢ as¨ª por los poros del Vaticano y entusiasmar¨¢ a esos cardenales neorrealistas como los acordes de un milagroso canto gregoriano tra¨ªdo, como el futuro Papa, desde el fin del mundo. La voz transparente de la Negra Sosa se desparramar¨¢ as¨ª por las calles de Roma, mimetiz¨¢ndose con las risas y los llantos que decoran las columnas de la Plaza San Pedro.
Mucho se ha escrito sobre el sentido que tendr¨¢ para la Argentina la elecci¨®n de Francisco I. Una ensordecedora cacofon¨ªa de voces y explicaciones se superponen y multiplican en esas provincias del Sur siempre prol¨ªferas en la producci¨®n de personajes llamados a interpelar el mundo. Sea como fuera, el nuevo Papa marcar¨¢ la iconograf¨ªa heroica nacional y dividir¨¢ nuevamente a griegos y troyanos. En la Argentina, a Francisco I le cabr¨¢ el mismo destino que han tenido y tendr¨¢n Evita, el Che, Jorge Luis Borges, Astor Piazzolla y Diego Maradona. Ser¨¢ amado y venerado. Ser¨¢ despreciado y humillado. No creo que la letra de ¡°Todo cambia¡± ayude a poner mucha claridad en el asunto. Los acusadores de Bergoglio podr¨¢n usar esos versos como insignia de la lucha contra la violaci¨®n de los derechos humanos, cuya complicidad algunos le asignan al ex cardenal: ¡°cambia el pelaje la fiera¡±, dicen los versos de Numhauser. Sus defensores podr¨¢n sentirse amparados en m¨¢s de una estrofa que los ayudar¨¢ a presumir que el nuevo Papa ha venido, en efecto, a ¡°cambiar su reba?o¡±, como ¡°el m¨¢s fino brillante¡±, a cambiar su rumbo de caminante.
Dudo que en la Argentina pueda construirse un consenso acerca de las virtudes y los defectos que carga el nuevo Papa sobre sus espaldas. Entre tanto, no puedo dejar de preguntarme qu¨¦ llev¨® a Nanni Moretti a poner esa bandera nacional mezclada con la fumata blanca y a usar la dulce voz de Mercedes Sosa para decir lo que siempre, m¨¢s all¨¢ de sus infinitas diferencias, los argentinos y las argentinas claman a gritos: que todo cambie.
Desde la Ciudad de M¨¦xico
Secuencia del tema "Todo cambia" en Habemus Papam de Nanni Moretti (2011).
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