La banda sonora de tu vida
Cuando ten¨ªa veinte a?os, abandon¨¦ a una chica por Vicentico, el cantante de Los Fabulosos Cadillacs.
En realidad, la culpa fue de ella. La chica quer¨ªa conocer mis hobbies y compartir mis gustos, e insisti¨® en acompa?arme al concierto de los Cadillacs. De haber entendido en algo mis gustos, no habr¨ªa puesto un pie en ese lugar.
Los Cadillacs eran famosos, entre otras cosas, por tirarse pedos en p¨²blico y acosar a las chicas, como si fuesen una banda de borrachos de cantina y no unas estrellas de rock consagradas. La diversi¨®n de sus fans en los conciertos era patearnos, empujarnos y escupirnos formando un remolino humano potencialmente letal. Hoy yo no sobrevivir¨ªa a la segunda canci¨®n. Pero en esa ¨¦poca me parec¨ªa lo m¨¢ximo.
En el concierto en cuesti¨®n abrieron con V Centenario, un himno al descubrimiento de Am¨¦rica cuya frase m¨¢s amable rezaba ¡°hijos bastardos de colonias asesinas¡±. Uno de mis amigos se subi¨® a cantar con Vicentico, que lo devolvi¨® al p¨²blico de un codazo en la cara. Otro amigo se arroj¨® desde el escenario y recorri¨® veinte metros en manos de la gente. Y yo¡ Estaba con mi chica. En la ¨²ltima fila. Donde nadie se golpeaba. Ella sent¨ªa que estaba muy en onda.
De repente, el sexo vac¨ªo, que antes los enloquec¨ªa, ahora los deprime¡±
A la cuarta canci¨®n no pude m¨¢s y me abalanc¨¦ con mis amigos. La ¨²ltima vez que vi a esa chica fue desde el aire, a unos dos metros del suelo.
Con el tiempo, Vicentico emprendi¨® una carrera solista. Y su m¨²sica empez¨® a derivar desde el rock, el trash, el ska o el dub hacia la direcci¨®n m¨¢s insospechada: la balada rom¨¢ntica.
La primera se?al de alerta fue su versi¨®n de Algo contigo, un bolero de Los Panchos que los fans perdonaron por considerarla una iron¨ªa. Pero las alarmas se sucedieron una tras otra. Sus canciones se hicieron m¨¢s lentas. Su sonido se suaviz¨® hasta bordear la nueva ola. Y el m¨¢ximo sacrilegio: en una gala de MTV cant¨® con Ricky Martin.
Los gritos de ¡°?Traidor!¡± sacudieron a toda mi generaci¨®n. Mis viejos amigos quemaron los discos de Vicentico, renegaron de su m¨²sica, se rasgaron las vestiduras.
Mis amigos, pobres, no reparaban en que ellos mismos, con el paso de los a?os, se iban convirtiendo en oficinistas de corbata que se pasaban los fines de semana d¨¢ndoles la papilla a sus beb¨¦s. Ellos quer¨ªan que Vicentico siguiese siendo lo que ellos mismos ya no eran. Para ellos, el principal deber de un cantante era hacerles creer que a¨²n pod¨ªan pasarse la noche pate¨¢ndose y empuj¨¢ndose frente a un escenario, mientras aqu¨ª, en el mundo real, les crec¨ªa la barriga y se les ca¨ªa el pelo.
El a?o pasado, sin embargo, ocurrieron dos cosas significativas: 1) cuatro de mis amigos se divorciaron, y 2) Vicentico sac¨® su disco m¨¢s cursi.
El Vicentico 5 es tan blandengue que incluye versiones de Roberto Carlos, de Xuxa y de la canci¨®n m¨¢s fresa de Abba, The winner takes it all, en la traducci¨®n al espa?ol de¡ ?Pimpinela!
A la vez, mis viejos amigos, tras sus divorcios, se han encontrado de repente con que no regresan al casillero de salida. Ya no son unos chicos, ni lo ser¨¢n. Cre¨ªan que el matrimonio era un par¨¦ntesis entre dos adolescencias, y se han encontrado con que el sexo vac¨ªo, que antes los enloquec¨ªa, ahora los deprime. Con que echan de menos desayunar en familia. Y con que la cama se les hace m¨¢s grande y solitaria que un campo de f¨²tbol.
He descubierto que dos de ellos se han comprado el Vicentico 5, pero no se atreven a o¨ªrlo en p¨²blico. Despu¨¦s de a?os despotricando contra ese ¡°traidor¡±, que canta ¡°m¨²sica para se?oras¡±, ahora no pueden admitir que Vicentico es el ¨²nico cantante que ha crecido con ellos y se ha atrevido a ser como ellos. Sin embargo, a solas, en el coche o en sus silenciosos apartamentos de soltero, escuchan Creo que me enamor¨¦.
Al principio me propuse ridiculizar a esos dos frente a nuestros dem¨¢s amigos. Tras mucho pensarlo, he preferido guardarles el secreto.
Twitter: @twitroncagliolo
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