Ostentaci¨®n de poder

M¨¢s de 10 horas se prolong¨® la declaraci¨®n ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a de Oriol Pujol Ferrusola. El hijo del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol est¨¢ acusado de ¡°dirigir y coordinar¡± una trama para ama?ar los concursos p¨²blicos de las estaciones de ITV para lucro personal. Oriol Pujol convirti¨® su declaraci¨®n en un acto de ostentaci¨®n de poder: acudi¨® al juzgado acompa?ado de la plana mayor de su formaci¨®n pol¨ªtica, y en concreto, de los tres cargos que le han sustituido despu¨¦s de que el 19 de marzo se viera obligado a dejar sus responsabilidades en el partido y en el grupo parlamentario.

Oriol Pujol tiene derecho a plantear la defensa jur¨ªdica como mejor le convenga, pero lo que sorprende de esta actitud, entre desafiante y osada, es que invalida tanto el gesto con el que quiso mostrar que colaboraba en la regeneraci¨®n de la pol¨ªtica como la estrategia del presidente Artur Mas de intentar ponerse al frente a la lucha contra la corrupci¨®n. Poco antes de la imputaci¨®n de Oriol Pujol, Mas hab¨ªa convocado a bombo y platillo a los organismos encargados de velar por la correcci¨®n y la transparencia en la gesti¨®n p¨²blica para pedirles un plan de regeneraci¨®n democr¨¢tica. Pero ni las palabras ni los hechos han sido en este caso coherentes con esa iniciativa.

Primero, Oriol Pujol abandon¨® formalmente sus cargos de secretario general del partido y presidente del grupo parlamentario, pero no dimiti¨® ni dej¨® su acta de diputado. Simplemente deleg¨® sus funciones y al acudir a declarar acompa?ado de sus sustitutos, proclamaba de forma imp¨²dica que sigue controlando los hilos del poder. De hecho, sigue decidiendo como antes. Pero tambi¨¦n en sus palabras hay grandes dosis de impostura. Su reacci¨®n inicial ante la imputaci¨®n fue que dejaba los cargos por razones patri¨®ticas, para no da?ar la causa soberanista que trata de liderar. Y en todo momento se ha presentado como la v¨ªctima propiciatoria de una campa?a contra Catalu?a. El martes, al t¨¦rmino de su declaraci¨®n, insisti¨® en que su intervenci¨®n en las gestiones que se le atribuyen no ten¨ªa como finalidad el lucro personal, sino ¡°la defensa del inter¨¦s general¡±.

Oriol Pujol trata de preservar su condici¨®n de aspirante a suceder a Mas al frente de la Generalitat y a su padre como l¨ªder del nacionalismo catal¨¢n. Pero, por m¨¢s que trate de desviar la atenci¨®n, los hechos por los que est¨¢ siendo investigado son graves y afectan de lleno a una cuesti¨®n esencial en cualquier servidor p¨²blico: ser digno de confianza. Su estrategia de defensa, basada en el c¨¢lculo y la apariencia, no solo ata a Converg¨¨ncia a su suerte judicial, sino que puede acabar afectando a la imagen y al legado pol¨ªtico de su padre. Oriol Pujol est¨¢ incurriendo en algo de lo que tambi¨¦n Jordi Pujol abus¨® cuando ejerc¨ªa el poder: la pretensi¨®n de que ¨¦l y su partido encarnan a Catalu?a y que cualquier cuestionamiento de su actuaci¨®n o su gesti¨®n es un ataque a sus instituciones. Pero Catalu?a es mucho m¨¢s que Converg¨¨ncia y mucho m¨¢s que la familia Pujol.