Aceptar las cosas como son
Un sufrimiento humano muy com¨²n es desear que las cosas sean distintas a como son Sin renunciar al progreso, es necesario asumir que hay situaciones y personas que no cambian El reto es aceptar lo que nos toca vivir y trabajar para restablecer el equilibrio
Una de las fuentes de sufrimiento m¨¢s comunes en el ser humano es el deseo de que las cosas sean distintas a como realmente son. Cuando un pa¨ªs pasa por una grave crisis, la poblaci¨®n mira atr¨¢s y desea que todo fuera como antes, un antes que en su momento no se valoraba porque parec¨ªa aburrido o bien hab¨ªa otras aspiraciones.
Lo mismo sucede con las relaciones interpersonales. Quien tiene por pareja a alguien silencioso desear¨ªa un car¨¢cter dicharachero, y este ¨²ltimo pondr¨¢ de los nervios a quien convive con ¨¦l un d¨ªa tras otro. ?Por qu¨¦ anhelamos siempre lo que no tenemos?
Hay vida antes de la muerte; disfr¨²tala¡± (Eduard Punset)
Nuestra forma de vida est¨¢ tan basada en el cambio y el progreso, que a menudo valoramos negativamente la estabilidad sin saber cu¨¢l ser¨ªa la alternativa.
La insatisfacci¨®n es lo que permite el progreso de la ciencia, las artes y todo lo que tiene que ver con la sociedad, pero cuando se vuelve cr¨®nica en nuestro d¨ªa a d¨ªa deja de ser un est¨ªmulo para te?ir de negatividad nuestra vida.
Para ver el otro lado
UN LIBRO
¨C ¡®Amar lo que es¡¯, de Byron Katie (Urano).
Tras haber pensado en el suicidio, este libro traslada a ejemplos cotidianos el proceso de interrogaci¨®n de la autora a trav¨¦s de un m¨¦todo denominado ¡°el trabajo¡± para amar cada cosa y cada persona por lo que es y tal como es.
UNA PEL?CULA
¨C 'El lado bueno de las cosas', de David O. Russell.
Este filme trata de las segundas oportunidades. Su protagonista, tras pasar ocho meses encerrado por agredir al amante de su esposa, decide afrontar su vida y sus relaciones con una actitud positiva.
UN DISCO
¨C 'Places', de Lou Doillon (Barclay).
La hija de Jane Birkin ha grabado un ¨¢lbum notable que gira en torno a la identidad, las dudas y la dificultad para encajar en el mundo. Destacan ¡®Devil or angel¡¯ y la ir¨®nica y conmovedora balada ¡®Real smart¡¯.
Hay personas que, instalados en la queja y la amargura, molestan a los dem¨¢s ¨Cy a s¨ª mismos¨C de forma totalmente est¨¦ril porque de nada sirve se?alar lo que no funciona sin ofrecer soluciones.
Madame Bovary dio nombre a lo que el fil¨®sofo Jules de Gaultier denominar¨ªa ¡°bovarismo¡±. Se trata de un estado de insatisfacci¨®n permanente a causa del desnivel entre las propias ilusiones y la realidad. Sin abogar tampoco por el conformismo, si nuestras aspiraciones se hallan siempre a gran distancia de lo que tenemos, jam¨¢s alcanzaremos la serenidad. Como el burro que persigue la zanahoria, podemos pasar la vida entera esperando ¡°algo mejor¡± para descubrir al final que ya lo ten¨ªamos y no hab¨ªamos sabido verlo.
Los manuales de psicolog¨ªa han puesto de moda el verbo procrastinar, que significa postergar aquello que deber¨ªamos hacer hoy. Un aplazamiento que tambi¨¦n se produce en un nivel existencial. Muchas personas postergan la felicidad hasta que cambie la situaci¨®n que est¨¢n viviendo. Se convencen de que cuando encuentren un trabajo mejor o la pareja ideal, por poner dos ejemplos, se dar¨¢n permiso para disfrutar de la vida. Sin embargo, este planteamiento tiene un fallo de origen y es que nada resulta como esper¨¢bamos una vez que lo conseguimos.
Lo que ocurre es que muchas personas cuando llega el momento tan largamente esperado o deseado sufren una desilusi¨®n; entonces fijamos nuevos objetivos esperando que una vez alcanzados llegue, esta vez s¨ª, el premio definitivo. Sin embargo, esto no acostumbra a suceder, ya que m¨¢s que insatisfacciones existen las personas insatisfechas.
Del mismo modo que nos resulta dif¨ªcil aceptar las cosas como son, tambi¨¦n nos cuesta aceptar a los dem¨¢s, ya que su forma de pensar y reaccionar nunca coincidir¨¢ con nuestras expectativas.
Al hacer un favor a un vecino, nos duele si no obtenemos el mismo trato por su parte cuando lo necesitamos. En el ¨¢mbito laboral, a menudo consideramos que los compa?eros no cumplen con sus tareas, y el jefe o la jefa es un ser in¨²til que est¨¢ dinamitando la empresa.
A veces debes conocer al otro realmente bien para darte cuenta de que sois dos extra?os¡± (Mary Tyler Moore)
En esta clase de pensamientos est¨¢ el punto de partida de la mayor¨ªa de conflictos interpersonales. Al esperar que los dem¨¢s se comporten de determinada forma les estamos negando el derecho a su identidad. Adem¨¢s, al enfadarnos por estas diferencias obviamos algo muy importante: ser o actuar de modo distinto a nosotros no tiene por qu¨¦ ser negativo.
Afortunadamente, cada persona tiene una combinaci¨®n ¨²nica de defectos y virtudes. Podemos aceptar su singularidad y sacar partido de las cosas buenas que nos ofrece o bien enrocarnos y se?alar al otro como enemigo.
¡°A veces debes conocer al otro realmente bien para darte cuenta de que sois dos extra?os¡± (Mary Tyler Moore)
En 2002, Byron Katie public¨® un libro orientado a acabar con la insatisfacci¨®n personal: Amar lo que es. Basado en aceptar y reconocer el valor de lo que configura nuestro entorno, no se trata de resignarse a lo que hay, sino de amar nuestras circunstancias para mejorar desde ese punto de partida.
Esta autora norteamericana sostiene que ¡°la realidad es siempre m¨¢s amable que las historias que contamos sobre ella¡± y que cualquier enfado que tengamos con los dem¨¢s es, en el fondo, algo de nosotros mismos que nos molesta. Por eso mismo desear¨ªamos cambiarlos, porque resulta m¨¢s f¨¢cil exigir la transformaci¨®n del otro que la de uno mismo.
Convencida de que ¡°lo que provoca nuestro sufrimiento no es el problema, sino lo que pensamos sobre el mismo¡±, en su best seller propone que la persona insatisfecha se entregue al ¡°trabajo¡±, que empieza con estas dos fases:
1. Plasmar en el papel lo que no nos gusta. Tomar una situaci¨®n o una persona que nos desagrada y especificamos qui¨¦n o qu¨¦ provoca nuestra tristeza, qu¨¦ es lo que no nos gusta y c¨®mo deber¨ªa ser para que estuvi¨¦ramos satisfechos.
2. Indagar en el problema a trav¨¦s de estas cuatro preguntas:
a) ?Es eso verdad?
b) ?Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?
c) ?C¨®mo reaccionas al tener este pensamiento?
d) ?Qui¨¦n ser¨ªas sin ¨¦l?
Byron Katie sostiene que ante un pensamiento negativo solo tenemos dos opciones: o nos apegamos a ¨¦l o indagamos para comprenderlo. Esa ¨²ltima actitud y una relaci¨®n constructiva con nuestro entorno nos llevar¨¢n a un plano superior.
Se?or, conc¨¦deme serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que s¨ª puedo y sabidur¨ªa para reconocer la diferencia¡± (Reinhold Niebuhr)
Una an¨¦cdota que se menciona en los talleres de superaci¨®n personal tiene como protagonista a un violinista que en pleno concierto en Nueva York vio c¨®mo se romp¨ªa una de las cuatro cuerdas de su viol¨ªn. En lugar de detenerse, decidi¨® adaptar la melod¨ªa a las otras tres cuerdas, algo realmente dif¨ªcil con este instrumento. Cuando le preguntaron por qu¨¦ hab¨ªa elegido esa opci¨®n, respondi¨®: ¡°Hay momentos en los que la tarea del artista es saber cu¨¢nto puede llegar a hacer con lo que le queda¡±.
Sin duda, la realidad nos pone a prueba y a menudo estamos expuestos a circunstancias indeseadas. La cuerda rota del violinista tiene su equivalente, en la vida cotidiana, en situaciones con mucho menos p¨²blico, pero m¨¢s dolorosas. En lugar de lamentar nuestra suerte, podemos preguntarnos qu¨¦ es lo que nos queda y qu¨¦ podemos hacer para restablecer el equilibrio en nuestra vida. Para que vuelva a sonar la m¨²sica, no obstante, es necesario aceptar las cosas como nos ha tocado vivirlas, ya que son un reto y un aprendizaje. Al mismo tiempo, en lugar de buscar culpables, debemos aceptar a los dem¨¢s y no fijarnos en su cuerda rota, sino en las otras tres que siguen sonando.
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