Ideolog¨ªa, la mejor distracci¨®n contra el paro

La campa?a electoral que llev¨® en noviembre de 2011 a la mayor¨ªa absoluta del Partido Popular y que convirti¨® en presidente del Gobierno a Mariano Rajoy se bas¨® pr¨¢cticamente en dos temas: el aumento del paro y la cr¨ªtica situaci¨®n financiera del pa¨ªs. En el cuarto trimestre de 2011, la tasa de paro era del 22,85% y hab¨ªa 17,8 millones de ocupados. La prima de riesgo comenz¨® 2011 en 250 puntos b¨¢sicos y cerr¨® en 330, con episodios de gran volatilidad en el medio.

?Sobre qu¨¦ podr¨¢ centrar el PP la campa?a electoral en 2015? El ¨ªndice de paro lleg¨® esta semana al 27,1%, con un baj¨®n en la cifra de ocupados hasta los 16,6 millones. La prima de riesgo ronda los 300 puntos. Es posible, y muy deseable, que en 2015 el perfil de la situaci¨®n econ¨®mica, en t¨¦rminos generales, haya mejorado, pero es poco probable que la cifra de paro sea menor de la que era en 2011.

De hecho, las previsiones del Fondo Monetario Internacional, que es verdad que se equivoca con cierta frecuencia, pero casi nunca en grandes diferencias, indican que rondar¨¢ el 25,6%. Es posible que para entonces el Gobierno haya conseguido bajar algunos de los impuestos que ha subido en los ¨²ltimos meses, pero tampoco es probable que logre absorber completamente esos aumentos. De una forma o de otra, habr¨¢ ¡°tocado¡± las pensiones a la baja y las prestaciones de desempleo habr¨¢n sido tambi¨¦n reducidas.

Todo ello parece indicar que en 2015 los ciudadanos no sentir¨¢n que la situaci¨®n econ¨®mica de sus hogares haya mejorado, sino que, especialmente la clase media, que para entonces habr¨¢ tenido que comerse sus ahorros, se sentir¨¢ m¨¢s empobrecida que en 2011.

?Sobre qu¨¦ har¨¢ entonces su campa?a el PP? ?Cu¨¢les podr¨¢n ser sus promesas? Algunos en el Partido Popular habr¨¢n empezado ya a pensar en c¨®mo orientar su relaci¨®n con los electores, puesto que no puede basarse en resultados econ¨®micos perceptibles por los ciudadanos. Lo m¨¢s frecuente en esos casos es introducir temas de fuerte calado pol¨ªtico, de manera que, primero, el electorado propio se sienta reconocido, y segundo, se plantee una ¡°alternativa¡± reconocible y movilizadora de esas clases medias.

?Qu¨¦ mejor para el n¨²cleo duro del electorado popular que un programa que se base en el orden y la autoridad frente a las protestas y que recupere algunas ra¨ªces ¡°cat¨®licas¡±, capaces de asegurar, de paso, el apoyo beligerante de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica? Y en ese caso, ?qu¨¦ puede dar m¨¢s satisfacci¨®n a ese sector que impulsar la ense?anza religiosa en la escuela p¨²blica y recortar los derechos de las mujeres a una maternidad libre? Habr¨¢ que ver el texto del proyecto de reforma del derecho al aborto que prepara el ministro Alberto Ruiz-Gallard¨®n para valorar exactamente la importancia que va a tener ese movimiento.

Ese programa, sin embargo, dif¨ªcilmente sirve para movilizar a amplios sectores medios de la opini¨®n p¨²blica. Para esas capas, algunos piensan que es posible que se toque la fibra del nacionalismo espa?ol, quiz¨¢ con un proyecto de reforma constitucional recentralizador (que deje al margen al Pa¨ªs Vasco y Navarra, siempre posibles aliados parlamentarios) y un discurso ¡°regeneracionista¡± al estilo cl¨¢sico. El nacionalismo espa?ol siempre le ha dado buenos resultados electorales al PP y en su d¨ªa constituy¨® uno de los elementos m¨¢s importantes del discurso de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Es cierto que en pol¨ªtica dos a?os y medio, el tiempo que puede durar esta legislatura (noviembre de 2015 es el tope m¨¢ximo), es una enormidad y que la estabilidad financiera europea no est¨¢ en absoluto garantizada, pero aun as¨ª es seguro que el Partido Popular est¨¢ dispuesto a impulsar debates de fuerte contenido pol¨ªtico, capaces de neutralizar o al menos paliar la discusi¨®n sobre el balance de su gesti¨®n econ¨®mica. Habr¨¢ que irse preparando para soportar lo que se nos avecina. Prepar¨¢ndonos para no permitir que nos distraigan de lo que realmente es su responsabilidad y nuestro futuro.