Malaui a bombo y platillo
Autor invitado: Javier Dom¨ªnguez Reguero (Malaui)
Acordes sueltos surgen al rasgar la guitarra y se pierden entre el retumbe de la banda malau¨ª Konkalazi que ha comenzado su ensayo. Al otro extremo del edificio de una sola planta se puede escuchar el canto dirigido por el profesor que ense?a a sus estudiantes c¨®mo leer una partitura. Esto se practica cantando. En el jard¨ªn trasero, junto a la biblioteca y al almac¨¦n, Mlengah practica con su guitarra sentada sobre un escenario vac¨ªo, anfitri¨®n de los grandes conciertos. La rutina vespertina de Music Crossroads Malaui parece ajena a la nueva etapa que la ONG encara desde hace unas semanas.
Music Crossroads Malaui apuesta por la educaci¨®n musical para los m¨¢s j¨®venes en todo el mundo y tambi¨¦n en este pa¨ªs de sur. Asentada en el extrarradio de la ciudad de Lilong¨¹e, en el ?rea 23, se instal¨® en Malaui en el a?o 2000 y ahora est¨¢ de enhorabuena debido a la inauguraci¨®n de su academia de m¨²sica.
Los miembros del equipo llevaban d¨ªas desembalando y etiquetando todo el cargamento recibido por Yamaha. El comportamiento de la compa?¨ªa japonesa ha sido esencial a la hora de recibir material e instrumentos. En la biblioteca se instalan los ordenadores y las estanter¨ªas rebosan de vol¨²menes musicales donados por la Biblioteca Nacional de Lilong¨¹e. Todav¨ªa se percibe el olor que guardan los libros sin estrenar.
La academia de m¨²sica de la ONG forma parte de un programa educativo que acoger¨¢ en su primera promoci¨®n a 30 estudiantes locales, diez de ellos estar¨¢n becados. El proyecto est¨¢ basado en el aprendizaje musical de una manera pr¨¢ctica donde los alumnos puedan plasmar en sus instrumentos lo ense?ado en la teor¨ªa. Adem¨¢s se ha modificado el programa pedag¨®gico para reducir el protagonismo de la metodolog¨ªa occidental y basarlo en influencias locales. Como dice Gladson, uno de los profesores de la academia, ¡°los estudiantes tienen que partir de una base musical m¨¢s cercana a ellos, la m¨²sica que les rodea¡±.
Mathews Mfune, director de Music Crossroads Malaui, y Liz Karonde, directora de comunicaci¨®n, lideran un proyecto que ve la luz tras meses de preparaci¨®n. ¡°Vamos a dirigir un colegio y no ten¨ªamos ni idea¡±, dice Liz quien apuesta por un ambiente pedag¨®gico ameno y desenfadado pero sin descuidar la educaci¨®n de los alumnos. La organizaci¨®n de las casi 24 personas del equipo, los horarios, las matr¨ªculas y en definitiva la puesta en marcha de la academia supone todo un desaf¨ªo del cual ya han superado la parte m¨¢s dif¨ªcil.
Adem¨¢s de academia musical, Music Crossroads es una esperanza para combatir el analfabetismo en Malaui. ¡°La m¨²sica es una herramienta para motivar a los estudiantes y se ha convertido en una alternativa para aquellas familias que no pueden pagar las tasas educativas¡± explica Liz quien adem¨¢s resalta la importancia de la localizaci¨®n del centro: ¡°estamos aqu¨ª, alejados del centro de la ciudad, porque es donde se nos necesita¡±.
Music Crossroads invita a los j¨®venes a su escuela donde los instrumentos y materiales est¨¢n provistos. Junto con la reci¨¦n inaugurada academia, el centro siempre ha estado abierto a todos aquellos malau¨ªs y extranjeros que quieran desarrollar sus habilidades musicales. Con una cuota anual que no supera los cinco euros, los miembros pueden acudir a seminarios, conferencias y sesiones de trabajo. Adem¨¢s estos tienen la oportunidad de recibir clases personalizadas de dos horas tras el previo pago de una peque?a cantidad y de disfrutar de la sala de ensayo.
As¨ª, muchos j¨®venes pasan las tardes en un recinto que rebosa melod¨ªas y cantos. Varios de los asiduos son algunos miembros del grupo The Zebras. Samuel, Asante y Prince acuden todas las tardes al centro. ¡°Lunes, mi¨¦rcoles y viernes tenemos coro y los martes y jueves ensa?amos con la banda¡± dice Asante de quice a?os y que lleva desde los 12 tocando la bater¨ªa. Sus padres a veces se enfadan porque no hacen los deberes pero desde Music Crossroads se les convence de que es una educaci¨®n complementaria y que lo importante son sus clases matutinas en las escuelas.
Los tres, a la espera de su ensayo, se averg¨¹enzan al contar lo que para ellos representa la m¨²sica. Mientras que para Asante, es su vida, Samuel y Prince ven en ella una salida profesional a la que se aferran. La determinaci¨®n que muestran a la hora de tomarse la m¨²sica hace que las inocentes respuestas tengan mucho m¨¢s de real que de sue?o.
Music Crossroads tambi¨¦n desarrolla clases de m¨²sica para profesores de colegio. Los j¨®venes malau¨ªs apenas cuentan con este tipo de clases en la escuela donde ¡°a los profesores se les ense?a a pasar el examen y punto¡±. La organizaci¨®n junto con el gGobierno, que se encarga de pagarles el transporte a los profesores, ha implementado unas tutor¨ªas donde maestros de primaria y de secundaria pueden seguir form¨¢ndose. Una de esas profesoras-alumnas es Martha quien explica que en su colegio no hay materiales o instrumentos: ¡°Las panderetas las hacemos con chapas de botellas y los tambores con latas¡±. Enamorada de la m¨²sica, le encanta el coro de la iglesia donde junto con sus clases en el colegio desarrolla todo lo que aprende de la mano de Luckson.
Lackson Chazima y Gladson Msendera son dos de los profesores de la academia. Nunca tuvieron la oportunidad de ir a una facultad de m¨²sica pero con perseverancia han sabido empaparse y estudiar una materia que les apasiona. Ahora se reparten las clases te¨®ricas pero siempre teniendo en cuenta la importancia de la pr¨¢ctica. ¡°El estudiante hace en vez de estar sentado¡± dice Luckson que tambi¨¦n se encarga de ense?ar a los profesores que visitan el centro desde distintos puntos de la ciudad. Por su parte Gladson se centra en otro de los proyectos en los que Music Crossroads colabora. Un programa, Youth in Prision, en e que trabajan con encarcelados a trav¨¦s de la m¨²sica y el teatro y en el que intentan que los reos ¡°cambien su mentalidad y comprendan que todav¨ªa son v¨¢lidos¡± explica Gladson.
Otros de los programas con los que colabora Music Crossroads Malaui son Chance4Change o con el proyecto catal¨¢n Petit Musics del Mon. Desde un principio la comunidad recibi¨® a Music Crossroads con los brazos abiertos sabiendo del bien social que realiza. La educaci¨®n musical, complementaria a la que reciben los alumnos en el colegio, ha hecho que muchos j¨®venes acudan a ensayar, se enrolen en bandas y compartan una pasi¨®n.
La m¨²sica en ?frica es vasta. En este blog Chema Caballero nos da muchas muestras de ello en la serie Compromiso y M¨²sica. Sin embargo, pocas son las oportunidades de ense?anza reglada en esta materia. Una juventud autodidacta que apenas se puede permitir clases remuneradas. Music Crossroads, perteneciente a la organizaci¨®n belga Jeunesses Musicales, lucha cada d¨ªa en distintos pa¨ªses sudafricanos para que la m¨²sica impulse el avance de la educaci¨®n: en Malaui, Zimbabue o Mozambique.
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