Nacer y morir en una barca
Marlene Lucy Puro, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Amaila de Loma Alta (Bolivia). Foto: G. Fanjul.
Las mujeres de la comunidad de Loma Alta, en la regi¨®n boliviana del Beni, no est¨¢n al tanto de las sofisticadas discusiones que tienen lugar en Nueva York y Ginebra acerca del futuro de los Objetivos del Milenio. Pero cuando las entrevist¨¦ junto con el equipo de UNICEF el pasado mes de enero en su Amazon¨ªa natal tuve la certeza de que cada una de ellas conoce mejor que nadie de qu¨¦ se est¨¢ hablando. Con niveles de desnutrici¨®n, enfermedades respiratorias y diarreas que multiplican los de las regiones m¨¢s desarrolladas del pa¨ªs, su comunidad constituye un microcosmos de los retos de inequidad que enfrenta la supervivencia infantil en Bolivia y en otros muchos pa¨ªses.
Enclavado en plena regi¨®n tropical, el ayuntamiento de Villanueva (al que pertenece Loma Alta) padece niveles de desnutrici¨®n cr¨®nica cercanos al 20%. La baja variedad nutricional de la dieta supone un problema grave para la mayor parte de sus habitantes, lo que les hace especialmente vulnerables a enfermedades vectoriales como la malaria, el dengue o la leishmaniosis. Solo siete de sus comunidades cuentan con alg¨²n tipo de canalizaci¨®n de agua limpia. Tan solo uno de cada diez partos es atendido en el centro de salud, al que recurren las madres en el ¨²ltimo momento y a menudo en condiciones de extrema debilidad. Supongo que a esto se refer¨ªa uno de los m¨¦dicos que entrevistamos cuando nos dijo que ¡°esta es una regi¨®n en la que se nace y se muere en una barca, en medio del r¨ªo, en medio de la noche¡±.
El abandono administrativo de la poblaci¨®n ha provocado situaciones kafkianas, como la obligaci¨®n de ir a recoger los suplementos alimentarios infantiles (denominados ¡®chispitas¡¯) a la capital departamental del Beni, que est¨¢ situada a 750 km de distancia, en vez de recibirlos en la ciudad de Riberalta, una ciudad que est¨¢ a 45 minutos en lancha motora r¨¢pida, pero que pertenece al departamento de Pando.
Villanueva no es una excepci¨®n en el conjunto de los llamados ¡°pueblos originarios¡± de Bolivia, un t¨¦rmino que agrupa a 38 etnias que conforman una mayor¨ªa demogr¨¢fica repartida por todo el pa¨ªs. La mortalidad materna entre las mujeres ind¨ªgenas puede llegar a triplicar la media nacional, atrapadas en una telara?a de carencias econ¨®micas, servicios incompetentes e incomprensiones culturales y ling¨¹¨ªsticas.
Pese a todo, el m¨¦dico local, Nelson Saya, y el alcalde Antonio Molina se enorgullecen de no haber tenido ning¨²n caso de mortalidad materna en cuatro a?os y de haber reducido las patolog¨ªas que afectan a los ni?os a un m¨ªnimo hist¨®rico. El ayuntamiento logr¨® los recursos para dotar al centro de salud de una lanzadera fluvial que les permite llegar m¨¢s r¨¢pido a una poblaci¨®n de dif¨ªcil acceso. Primero la cooperaci¨®n internacional (a trav¨¦s de un programa llamado PASS) y despu¨¦s el propio ayuntamiento, han puesto en marcha ¡®brigadas de salud¡¯ que realizan campa?as en cada una de las comunidades al menos tres veces al a?o. La poblaci¨®n ha votado que las cuentas p¨²blicas prioricen la salud por encima de cualquier otro gasto del municipio.
Las v¨ªctimas, por su parte, han decidido organizarse para ayudar a resolver sus propios problemas. La Asociaci¨®n de Mujeres Amaila ha ido creciendo lentamente desde hace seis a?os hasta constituir un populoso Club de Madres que solo en Loma Alta cuenta con 40 afiliadas. La asociaci¨®n se ha empe?ado en mejorar las condiciones nutricionales de las familias capacit¨¢ndolas para que pongan peque?as huertas que complementen la dieta de sus hijos y reduzcan la dependencia alimentaria del exterior.
Con ayuda, pero bas¨¢ndose en sus propios esfuerzos, los habitantes de Loma Alta pelean para superar las barreras de un abandono hist¨®rico y de unas dif¨ªciles condiciones naturales. Su ¨¦xito demuestra que el sue?o de la supervivencia infantil es posible incluso en las circunstancias m¨¢s adversas, y su esfuerzo merece el reconocimiento y el apoyo de la comunidad internacional. Y eso es lo que justifica la ayuda de Espa?a.
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