Assange, doblemente atrapado
Demasiadas opiniones solventes desacreditan al fundador de Wikileaks
El australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks, cumple 12 meses de estancia en la Embajada de Ecuador en Londres. En su intento de huir de la justicia de Suecia, que le reclama por supuestos abusos sexuales, y por miedo a caer eventualmente en manos de la norteamericana (por difundir documentos confidenciales de Irak y Afganist¨¢n y los cables del servicio diplom¨¢tico) Assange, en libertad vigilada por la justicia brit¨¢nica, se refugi¨® en esa embajada hace hoy un a?o.
Durante todo este tiempo, lo peor para Julian Assange quiz¨¢ no sea su propio encierro, duro para una persona aventurera. Lo peor ha sido, probablemente, la definitiva p¨¦rdida de su reputaci¨®n para una parte importante de la opini¨®n p¨²blica mundial. Cuando negoci¨® con cinco grandes rotativos, entre ellos EL PA?S, los famosos cables diplom¨¢ticos del Departamento de Estado en 2010, Assange aparec¨ªa como el palad¨ªn de la transparencia. Hoy acumula, sin embargo, demasiadas opiniones solventes que le desacreditan.
Su idilio con la gran prensa se rompi¨® cuando Assange insisti¨® en no aplicar las m¨ªnimas cautelas a la publicaci¨®n de los documentos secretos. Su colaboraci¨®n con Rusia Hoy, la cadena p¨²blica anglohablante de un pa¨ªs que no se destaca por su transparencia informativa, le ha merecido duras cr¨ªticas. Ahora, el ministro de Exteriores de Ecuador trata de arrancar a Londres un salvoconducto para llev¨¢rselo al pa¨ªs suramericano en el que su presidente, Rafael Correa, planea establecer el original delito del ¡°linchamiento medi¨¢tico¡± que permitir¨¢ al Gobierno acallar a la prensa cuando esta le incomode demasiado.
Julian Assange est¨¢, en fin, doblemente atrapado: por la justicia (Suecia y quiz¨¢ EE UU) y por su descr¨¦dito. Con raz¨®n o sin ella, es lo que les suele ocurrir a los perdedores, como a esas 11 personas (dos periodistas entre ellas) ametralladas en 2010 desde un helic¨®ptero norteamericano en Bagdad. Assange difundi¨® el v¨ªdeo de la matanza. Hoy d¨ªa nadie ha dado explicaciones por ello; esas personas est¨¢n olvidadas y el militar que filtr¨® el v¨ªdeo corre el riesgo de ser condenado a muerte.
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