La desatenci¨®n de la infancia
Las prestaciones para los ni?os, cruciales Europa, son irrelevantes en Espa?a
Las pol¨ªticas orientadas a ofrecer prestaciones para ni?os tienen una larga tradici¨®n en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos. Constituyen un componente central de su modelo de bienestar, con independencia de que se sirvan en especie o mediante el apoyo monetario a trav¨¦s de la seguridad social o del sistema tributario. Adem¨¢s de su impacto compensatorio, tienen un fuerte papel en otras dimensiones, desde la igualdad de sexos hasta la din¨¢mica del mercado de trabajo. Son pol¨ªticas sociales muy estables, con un gran apoyo ciudadano, y una escasa conflictividad pol¨ªtica. De hecho, como se?alan Esping-Andersen y Palier, la inversi¨®n en los ni?os es uno de los principales retos que enfrenta el Estado de bienestar en el siglo XXI. En Espa?a, sin embargo, son casi insignificantes, y apenas nadie se pregunta el porqu¨¦.
Todo el mundo recordar¨¢ el famoso cheque-beb¨¦ introducido por Zapatero, que fue una de las primeras medidas en ser suprimidas como consecuencia de la crisis. Tambi¨¦n conocemos el drama de las guarder¨ªas p¨²blicas impulsadas desde ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas, que est¨¢n sufriendo un proceso de progresivo desmantelamiento. Las desgravaciones fiscales por hijos persisten en el impuesto sobre la renta, aunque su relevancia es bastante limitada. Los permisos de maternidad y paternidad se mantienen en los m¨ªnimos establecidos por las directivas europeas ¡ªy suerte que existen¡ª y apenas hay otras prestaciones relevantes, dejando aparte las que se derivan de otras pol¨ªticas p¨²blicas, como las pol¨ªticas educativas o las pol¨ªticas contra la pobreza. El Plan Estrat¨¦gico de Infancia y Adolescencia 2013-2016 (PENIA II), recientemente aprobado por el Consejo de Ministros, y que representa un notable esfuerzo de coordinaci¨®n y definici¨®n de las pol¨ªticas de infancia en el pa¨ªs, reconoce que el gasto social en protecci¨®n familiar en Espa?a es uno de los menores de la UE. No obstante, solo se plantea avanzar en su an¨¢lisis y promoci¨®n, sin incluir ning¨²n impulso significativo en este sentido.
La supresi¨®n de las pol¨ªticas de apoyo
a la ni?ez no ha levantado protestas
Si frente a los recientes recortes en educaci¨®n y salud existe una encomiable oposici¨®n social y ciudadana, que plantea un escenario de conflicto pol¨ªtico y un intenso debate p¨²blico, respecto al desmantelamiento de las pol¨ªticas universales de apoyo a la infancia impulsadas en Espa?a durante la pasada d¨¦cada, apenas hay resistencia. ?Por qu¨¦ ser¨¢? Es f¨¢cil intuir que la ausencia de coaliciones de defensa puede estar detr¨¢s del fen¨®meno de su desaparici¨®n. Dejando aparte algunos grupos organizados con perfiles muy determinados, apenas hay movilizaci¨®n social, ni existen redes en Internet que debatan sobre el tema, ni los partidos muestran una motivaci¨®n particular sobre el problema, ni tampoco hay apenas sindicatos y Administraciones p¨²blicas con profesionales comprometidos con tales pol¨ªticas.
Las incipientes pol¨ªticas de infancia introducidas en Espa?a desde principios de este siglo no eran un lujo. Eran una necesidad, como se puso en evidencia en diversos debates dentro y fuera del Parlamento en aquellos a?os. Eran una necesidad dada la ausencia de tales pol¨ªticas en el pa¨ªs. De hecho, la conservadora herencia franquista en pol¨ªtica familiar no se reform¨® durante la transici¨®n ¡ªcomo ocurri¨® en Portugal¡ª sino que se mantuvo ag¨®nicamente sin apenas cambios, y acab¨® siendo completamente desmantelada en los ochenta. Apenas nada la sustituy¨®, solo algunas medidas fiscales, y una protecci¨®n limitada a los sectores m¨¢s desfavorecidos de la sociedad. No se introdujo una pol¨ªtica universal de apoyo a la infancia, como s¨ª ocurri¨® con otras pol¨ªticas sociales durante aquellos a?os.
Posiblemente las pol¨ªticas de infancia que emergieron en la d¨¦cada de 2000, al calor de la expansi¨®n econ¨®mica, no tuvieron el mejor dise?o posible. Medidas contradictorias, competici¨®n entre ciudades y territorios, iniciativas oportunistas, etc. Faltaba de todo: mejores reflexiones conceptuales, m¨¢s coordinaci¨®n entre niveles de gobierno, instrumentos m¨¢s adecuados. Se propon¨ªan beneficios como gancho electoral y se reproduc¨ªan esquemas con mucha facilidad, sin apenas margen para el aprendizaje.
Tambi¨¦n podemos pensar que estaban naciendo estas pol¨ªticas, ya que no exist¨ªa una experiencia relevante en las d¨¦cadas anteriores, y que ello conllevaba la aparici¨®n de muchos errores, y bastante confusi¨®n sobre el dise?o. Tal vez si el proceso de formaci¨®n de la pol¨ªtica hubiera seguido otra d¨¦cada m¨¢s, esta se hubiera ido centrando y ganando en efectividad. Qui¨¦n sabe.
Deber¨ªamos poder ser mucho m¨¢s flexibles
en los permisos de maternidad y paternidad
?Se puede hacer algo? Por descontado, pero para plantearnos una nueva pol¨ªtica de prestaciones familiares para la infancia en Espa?a deber¨ªamos entender mejor las din¨¢micas que entrelazan educaci¨®n y empleo femenino, movilidad territorial y carreras profesionales, con la formaci¨®n de familias y las relaciones intergeneracionales. A diferencia de hace algunas d¨¦cadas, ahora hay disponible mucha investigaci¨®n relevante, que podr¨ªa ser puesta en valor. Luego, habr¨ªa que identificar aquellos instrumentos cuyas caracter¨ªsticas permitan superar las persistentes tensiones existentes en el ¨¢mbito pol¨ªtico, que una y otra vez han limitado y entorpecido en el pasado la introducci¨®n de f¨®rmulas de apoyo a la familia, debido a visiones sesgadas sobre el modelo de sociedad que se aspiraba a imponer. Hay que abrir un debate m¨¢s maduro y m¨¢s pragm¨¢tico sobre esta pol¨ªtica, urgentemente, que tome como punto de partida que tales pol¨ªticas deben ser neutrales sobre el modelo de sociedad, as¨ª como tambi¨¦n sobre el modelo de familia.
Las actuales dificultades econ¨®micas no deber¨ªan ser un freno para esta reflexi¨®n, sino un punto de partida para buscar f¨®rmulas plausibles de intervenci¨®n, con la identificaci¨®n de mejores ajustes de conciliaci¨®n familiar, o el desarrollo de nuevos mecanismos apoyo de bajo coste, como la caja finlandesa ¡ªun paquete b¨¢sico de apoyo que se entrega con cada nacimiento¡ª.
Tambi¨¦n deber¨ªamos poder ser mucho m¨¢s flexibles en los permisos de maternidad y paternidad, permitiendo otras combinaciones temporales y espaciales, con el prop¨®sito de facilitar la continuidad de las carreras profesionales y el trabajo a tiempo parcial. Fomentar una cultura del empleo que ponga m¨¢s acento en las complementariedades familiares, y no las entienda como un obst¨¢culo, es algo que esta en las manos de todos, especialmente sindicatos y empresarios. Asimismo, en caso de no ser posible destinar algunos recursos adicionales, podr¨ªan ajustarse en alguna medida las deducciones fiscales por hijos para aumentar las prestaciones universales en especie, y concentrarlas de forma mucho m¨¢s efectiva en medidas para apoyar a las familias durante los primeros a?os de vida de sus hijos.
Mejorando el uso de los recursos actuales, una renovada pol¨ªtica de prestaciones a la infancia podr¨ªa en cierta medida contribuir a la salida de la crisis actual ¡ªfacilitando la creaci¨®n de empleo y una mayor flexibilidad del mercado de trabajo¡ª y ayudar¨ªa a dibujar nuevas prioridades sociales a medio y largo plazo.
Jacint Jordana es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universitat Pompeu Fabra y director del Institut Barcelona d¡¯Estudis Internacionals.
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