D¨ªa contra la mujer
Este parece el pa¨ªs de los desprop¨®sitos. Por si las mujeres no lo tuvi¨¦ramos dif¨ªcil en esta carrera de obst¨¢culos que nos ha organizado el Gobierno, algunas profesiones nos lo han puesto como en el circo: ?M¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa! El 8 de marzo de 2012, el Tribunal Militar Central conden¨® a un coronel a prisi¨®n por acoso y abuso de una capitana que estaba a sus ¨®rdenes. Esto no puso fin al calvario iniciado para esa mujer. Los compa?eros y amigos del abusador condenado comenzaron con una segunda ronda de desprecios hacia ella. Pero lo peor parece que lleg¨® cuando os¨® presentarse a un concurso de promoci¨®n: la capitana pretend¨ªa pasar a comandante y eso, en este pa¨ªs, es pecado mortal. Lo peor le ha llegado ahora. Un juzgado militar de Madrid la acusa de deslealtad (?quiz¨¢s por denunciar a su acosador?) y esto supone penas de c¨¢rcel. Esta mujer, que est¨¢ de baja psicol¨®gica, se enfrenta a una miseria de vida personal y profesional por querer ser lo que los hombres de su entorno no quieren que sea: un cargo superior en un mundo que no se hizo para las mujeres. Se a?ade a la tragedia de la historia que la denuncia hacia la mujer se hizo tambi¨¦n el pasado 8 de marzo, D¨ªa de la Mujer. Por cierto, para aquellas personas que vean con malos ojos el que me refiera a esta mujer como capitana, quiero aclarar que utilizo la primera acepci¨®n del Diccionario de la Real Academia: capitana= mujer que es cabeza de una tropa; no la segunda: capitana= mujer del capit¨¢n. Seguramente sea esta segunda acepci¨®n la aceptada por el colectivo militar que est¨¢ haciendo la vida imposible a esta profesional.¡ª Lola Pereira.
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