Actitudes ante la incertidumbre

Cuando creemos que lo tenemos ¡°todo controlado¡±, nos sentimos seguros y andamos con paso firme. Vivimos procurando controlar que nuestros planes lleguen a buen puerto. Cuando ocurre algo imprevisto, nos estresamos, irritamos o enojamos. Lo imprevisto no estaba en nuestros planes y la duda se apodera de nosotros. Vivir con incertidumbre significa no saber lo que provoca inquietud y ansiedad, incluso angustia.

Mantener objetivos y planificar c¨®mo lograrlos es necesario para obtener lo que uno quiere. Sin embargo, aunque pensemos lo que vamos a hacer, no podemos responder ante las circunstancias ni ante lo que har¨¢n los dem¨¢s. La realidad es que es imposible tenerlo todo siempre controlado. Cuando la situaci¨®n aparece como un obst¨¢culo en nuestro camino, aferrarnos a nuestro plan original produce tensi¨®n porque queremos llegar s¨ª o s¨ª a cumplirlo. Sin embargo, la nueva circunstancia quiz¨¢ lo que pide es un cambio de rumbo, otra respuesta o saber esperar.

¡°El ¨²nico modo de vivir con incertidumbre consiste en aceptarla¡± (Ana Mu?oz)

Es como cuando el r¨ªo sale de la cumbre de la monta?a con el objetivo de desembocar en el mar. En su camino se encuentra con piedras, montes y desniveles del terreno, y tiene que bordearlos o hacerse subterr¨¢neo para luego volver a salir a la superficie, hasta que al fin llega a su destino. Nosotros planificamos ir en l¨ªnea recta hacia nuestro objetivo y cuando aparecen los desniveles nos emperramos en querer seguir recto. Necesitamos flexibilidad y reconocer que quiz¨¢ no merece la pena luchar para derribar el obst¨¢culo; eso nos desgastar¨¢ y acabaremos agotados. En cambio, si lo bordeamos y cogemos otro sendero, manteniendo la visi¨®n de nuestro objetivo, podremos disfrutar del recorrido y no nos dejaremos la piel en el camino.

Para lograrlo debemos recuperar la confianza en nuestros recursos internos, en nuestro conocimiento, nuestro talento, y en nuestra capacidad de superar lo que se presente.

Fluir para ser felices

1. LIBROS

¨C ¡®Fluir (Flow). Una psicolog¨ªa de la felicidad¡¯, de Mihaly Csikszentmihalyi. Editorial Kair¨®s. Barcelona, 1996.

¨C ¡®Yes to the mess. Surprising leadership lessons from Jazz¡¯, de Frank Barrett. Harvard Business Review Press.

2. M?SICA

El jazz nos inspira a adaptarnos a la incertidumbre, a improvisar y fluir.

¨C ¡®The K?ln Concert¡¯, de Keith Jarrett.

¨C ¡®Kind of blue¡¯, de Miles Davis.

Ante la incertidumbre, podemos batallar en contra de lo que ocurre, podemos resignarnos o bien aceptarlo. Al luchar en contra, nos agotamos. A lo que nos resistimos persiste. Cuando se presenta ante nosotros lo que no hab¨ªamos previsto, podemos reaccionar rechaz¨¢ndolo, neg¨¢ndolo, empujando en contra, quej¨¢ndonos y enoj¨¢ndonos. Cuando vemos que ninguna de estas actitudes soluciona la situaci¨®n, nos desesperamos e incluso podemos llegar a deprimirnos por la sensaci¨®n de impotencia que se apodera de nosotros. Todos nuestros intentos han fracasado y la situaci¨®n de incertidumbre contin¨²a.

Otra opci¨®n es vivir sometidos a la realidad de lo que ocurre. La resignaci¨®n nos convierte en v¨ªctimas de las circunstancias y de las personas. Nuestra voluntad queda en la sombra y nos permitimos ser marionetas de lo que va ocurriendo.

El modo m¨¢s saludable de vivir la incertidumbre es aceptarla. Eso significa que lo reconocemos, que nos damos cuenta de que quiz¨¢ es duro y dif¨ªcil. Reconocemos lo que sentimos, que ahora no existen las respuestas o que quiz¨¢ necesitamos ayuda. La aceptaci¨®n nos permite vivir sin angustiarnos con la duda de no saber. Nos ayuda a esperar.

Cuando las situaciones no son como esper¨¢bamos, buscamos culpables fuera, y si adoptamos esta actitud les damos el mando de la situaci¨®n y no recurrimos a nuestra capacidad interior para responder con m¨¢s sabidur¨ªa. Para acceder a ella debemos saber esperar.

La espera activa significa que se sostiene el vac¨ªo de no saber qu¨¦ hacer, del cual puede surgir una tranquilidad que me permita ver las cosas con m¨¢s calma y no precipitarme a la acci¨®n. Esperar otorga el espacio para ser introspectivo, acoger la situaci¨®n y observar para encontrar la mejor respuesta. Es calmar la mente y permitir que la intuici¨®n hable. La espera abre a la escucha y posibilita percibir qu¨¦ pide de nosotros una determinada situaci¨®n; encontrar la pregunta adecuada sin abandonarnos al impulso de forzar las situaciones.

Con las preguntas creamos la realidad, influimos en las decisiones. Plante¨¢ndonos interrogantes sabios, podremos decidir con lucidez. Ante la incertidumbre podemos preguntar: ?por qu¨¦ es as¨ª?, ?por qu¨¦ a m¨ª?, ?c¨®mo se atreve? Estas preguntas llevar¨¢n a sentir rabia, desesperaci¨®n e incomprensi¨®n. En su lugar podr¨ªamos plantearnos preguntas m¨¢s apreciativas: ?para qu¨¦ estoy viviendo esto?, ?qu¨¦ me est¨¢ ense?ando esta situaci¨®n?, ?qu¨¦ puedo aprender de ella?, ?qu¨¦ ser¨ªa lo m¨¢s inteligente que puedo hacer aqu¨ª?, ?para qu¨¦ voy a intervenir?, ?cu¨¢l es mi intenci¨®n?

Si actuamos con el piloto autom¨¢tico, con la rigidez de que las cosas han de ser como hab¨ªamos previsto, empezamos a dar palos de ciego que no llevan a ninguna parte, o pueden incluso empeorar la situaci¨®n. Para conseguir salir del atolladero, necesitamos calmar la mente y dejar de pensar de forma atropellada. As¨ª surgir¨¢n ideas creativas y se aclarar¨¢n las dudas. Fortalecer la confianza y la actitud de ¡°yo puedo¡±, en lugar de nublar la mente con sentimientos de ¡°soy incapaz¡±. En este par¨¦ntesis de espera podemos dejar que la vida fluya manteniendo el cuidado de uno mismo: alimentarse bien, compartir con buenos amigos, hacer ejercicio y meditar.

¡°Uno reconoce a las personas inteligentes por sus respuestas. A los sabios se los reconoce por sus preguntas¡± (Naguib Mahfuz)

Quiz¨¢ es que debemos aprender a vivir sin resistencias, siendo creadores de cambios constructivos que provoquen mejoras y ampl¨ªen nuestros horizontes. Dar apertura a la capacidad de respuesta creativa y positiva, para lo cual es necesario equilibrar la acci¨®n con la introversi¨®n, el silencio, la reflexi¨®n y la meditaci¨®n. Alcanzamos la capacidad de vivir en armon¨ªa cuando nuestra acci¨®n se equilibra con la reflexi¨®n y se fortalece con el silencio. Nuestra espera entonces no est¨¢ invadida por la resignaci¨®n, sino que es una espera en la que se mantiene viva la llama de la esperanza y la confianza de que llegaremos a buen puerto.

Si vivimos la incertidumbre desde un espacio de confianza, nos permitimos asumir riesgos, con iniciativa y sin miedo a equivocarnos. As¨ª iniciamos el camino hacia la soberan¨ªa personal. No podemos ejercer un verdadero liderazgo sobre los dem¨¢s ni sobre las circunstancias si no somos capaces de liderar nuestra propia mente, emociones y mundo interior. Si queremos dormir y nuestras preocupaciones no nos dejan, si queremos hacer deporte pero no lo hacemos, si tenemos un cuerpo poco cuidado, si pensamos atropelladamente. Esa falta de soberan¨ªa personal y de cuidado del ser nos impide responder con sabidur¨ªa ante los imprevistos.

Practicar la espera activa con atenci¨®n plena. Desde esa actitud evitamos que la situaci¨®n nos hunda, m¨¢s bien la observamos atentos y alerta. Y acabaremos venciendo la inseguridad y actuando con todo el potencial interior: con confianza en uno mismo y en los dem¨¢s, con la intenci¨®n de hacer lo mejor para todos.