?frica se vacuna contra el c¨¢ncer cervical
Denme una oportunidad. Foto: UNHCR/H. Caux
Durante mi estancia en Mozambique ¨Cdonde trabajo en una investigaci¨®n conjunta de UNICEF e ISGlobal- coincido con algunas de las asistentes a la Cumbre Africana contra el C¨¢ncer Cervical, una enfermedad provocada por el llamado Virus del Papiloma Humano (VPH). Comandadas por la pintoresca Princesa Nikki, las primeras damas africanas impulsan el esfuerzo contra una epidemia que afecta cada a?o a 500.000 mujeres y mata a la mitad de ellas. El 80% de las muertes se producen en ?frica y en mujeres de entre 40 y 50 a?os, lo que debilita una de las l¨ªneas de flotaci¨®n de la sostenibilidad econ¨®mica y social de las comunidades pobres de un continente en el que la mujer cr¨ªa, alimenta, emprende y acoge.
Cierto que en el caso del VPH existen algunas particularidades que dificultan la distribuci¨®n masiva de la vacuna. A diferencia del paquete b¨¢sico de inmunizaci¨®n, que se administra a reci¨¦n nacidos o beb¨¦s, esta est¨¢ dirigida a las ni?as en el per¨ªodo inmediatamente anterior al comienzo de las relaciones sexuales, que en ?frica est¨¢ entre los 10 y los 14 a?os. Eso supone el reto de llegar a una poblaci¨®n m¨¢s dispersa y protegida por m¨¢s recelos. La pol¨¦mica generada en pa¨ªses isl¨¢micos a prop¨®sito de la vacuna contra la polio es un ejemplo reciente de las barreras culturales y sociales a las que deben frente las autoridades sanitarias africanas.
Espa?a ha sido parte importante de este esfuerzo en los ¨²ltimos a?os. Personalidades como la Infanta Cristina (que viaj¨® para la conferencia) o las investigadoras Silvia de Sanjos¨¦ (Instituto Catal¨¢n de Oncolog¨ªa) y Clara Men¨¦ndez (ISGlobal) han mantenido vivo el compromiso de nuestro pa¨ªs, mientras que el Gobierno mantiene todav¨ªa su contribuci¨®n a GAVI (otros, como el Fondo Global contra el SIDA, la Malaria y la Tuberculosis, han tenido menos suerte, como explicaremos la pr¨®xima semana). Es imprescindible destacar este esfuerzo y sostenerlo en el tiempo. Las mujeres africanas se juegan demasiado.
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