Francisco, un papa inusual

Todo lo que es inusual nos sorprende. Y eso me ocurre con el papa Francisco, que como hombre de Estado deber¨ªa estar contaminado por la pol¨ªtica como modo de comportamiento que conduce a que no cambie nada y, sin embargo, est¨¢ actuando con una valent¨ªa y una honestidad que no parecen de este mundo social tan organizado que impide que los mandatarios sean libres. No lo olvidemos, es el l¨ªder espiritual de una comunidad muy extensa.

Cre¨ª que renunciar a los signos externos del boato eclesial pod¨ªa ser marketing puro, pero no. Francisco ha ido m¨¢s all¨¢, habla de gais, dice que la mejor forma de Estado es el laicismo, va a c¨¢rceles y a refugios de emigrantes, se posiciona al lado de los d¨¦biles y pone la cara colorada a quienes no lo han hecho, critica el consumo desaforado y niega valor a los ¨ªdolos nacidos de la riqueza econ¨®mica.

Habr¨¢ que seguirle aunque no seamos de su Iglesia o, si¨¦ndolo, no seamos practicantes, con la esperanza de que le dejen cambiar las cosas. De ser as¨ª todo ir¨¢ mejor, ya que creo que ese es el camino que debe transitar la humanidad para que seamos un poco mejores que hoy.¡ª Dionisio Rodr¨ªguez Castro. Villaviciosa de Od¨®n, Madrid.

Me di de baja del catolicismo hace alg¨²n tiempo, pero me considero un buen cristiano. Este Francisco me est¨¢ haciendo reflexionar. ?No est¨¢ promoviendo la laicidad del Estado y calificando a la pol¨ªtica como ¡°la m¨¢s alta de las caridades¡±?

Como siga as¨ª, a algunas gentes muy principales de este pa¨ªs nuestro les van a dar los siete males, y a otros nos har¨¢ creer que va a ser posible que, otra vez, catolicismo y cristianismo se reencuentren. Seguiremos atentos.¡ª Javier Cort¨¦s Bordoy. Palma de Mallorca.