Petr¨®leo contra la pobreza

Hay una frase que repite con frecuencia Rafael Correa, el presidente de Ecuador: ¡°No me gusta la miner¨ªa, no me gusta el petr¨®leo, pero mucho menos me gusta la pobreza y la miseria¡±. Y la volvi¨® a pronunciar hace unos d¨ªas cuando autoriz¨® a las petroleras explotar los recursos del Parque de Yasun¨ª.

Su pol¨ªtica hasta ahora hab¨ªa sido justamente la opuesta, que bajo ning¨²n concepto se tocara ese rinc¨®n del Amazonas que, desde 1989, ha sido considerado por la ONU reserva de la biosfera. Para ello puso en marcha el Plan del Buen Vivir ¡ªo Sumac Kawsay, en lengua kichwa¡ª. Consist¨ªa este en reclamar apoyo de la comunidad internacional para mantener intacto ese espacio que tanto ayuda a que respire bien el planeta.

Correa hizo sus n¨²meros. Se calcula que de los campos de Ishpingo, Tambococha y Tiputin se pueden obtener cerca de mil millones de barriles de crudo. As¨ª que, para no tocar los yacimientos, pidi¨® a la comunidad internacional la mitad de lo que podr¨ªa obtener con la venta del petr¨®leo. Es decir, 2.700 millones de euros. Sugiri¨® que se los fueran facilitando a lo largo de 10 a?os.

El plan ha fallado estrepitosamente. Desde que Correa lanz¨® la idea, la complicidad de la comunidad internacional se reduce a poco m¨¢s de 10 millones de euros, de los que solo cerca del 10% han llegado al pa¨ªs. As¨ª no hay manera. Para combatir la pobreza, Ecuador necesita inversiones de cerca de 53.000 millones de euros. Conclusi¨®n de Correa: habr¨¢ que meter las m¨¢quinas en la selva y que estalle el oro negro para traer los billetes con que ayudar a los necesitados.

Dicen los expertos que a la hora de tratar de energ¨ªa son tres los vectores con los que hay que contar: el econ¨®mico, la seguridad en el suministro y el medioambiental. A Correa le salen bien las cuentas en los dos primeros: la explotaci¨®n favorecer¨¢ el crecimiento y parece garantizada la riqueza de los yacimientos.

No cuadra el ecol¨®gico: habr¨¢ m¨¢s emisiones de CO2, peligro para la biodiversidad de Yasun¨ª y maltrato a las comunidades ind¨ªgenas que viven en la zona. Y hay otro detalle m¨¢s. Correa quiso convencer a los ecuatorianos de las bondades de su primer plan. Y vaya si los convenci¨®: m¨¢s del 90% de sus compatriotas opina ahora que no. Que no debe tocarse ese rinc¨®n del para¨ªso.