La pureza amenazada
El pueblo ind¨ªgena peruano de los mashco piro ha sido filmado cuando buscaba algo de comer
Hay muchas comunidades ind¨ªgenas en Sudam¨¦rica que viven en aislamiento voluntario. No quieren mezclarse, y procuran mantener sus formas de vida, costumbres y tradiciones a resguardo de la influencia de sus vecinos. Son siete los pa¨ªses de la regi¨®n que protegen a este tipo de pueblos y les dan facilidades para conservar su pureza. En Per¨², por ejemplo, hay cinco reservas territoriales para que estas comunidades ind¨ªgenas vivan en ese aislamiento voluntario. Pero no siempre es posible evitar todo contacto y los mashco piro, uno de los quince pueblos protegidos en ese pa¨ªs, llegaron hace poco hasta a la comunidad de Monte Salvado, que queda a unos 150 kil¨®metros de Puerto Maldonado, en el departamento de Cusco. Eran cerca de un centenar, cuentan, y pidieron pl¨¢tano y soja.
?Alguien aprovech¨® para filmarlos y, ahora, esas gentes han conquistado su cuarto de hora de fama en Internet. Se los ve de lejos, todos van desnudos y cubiertos solo por una suerte de taparrabos, los pelos largos. Pegan unos cuantos gritos en lengua vine, explican que est¨¢n hambrientos. El gran peligro que corren es que cualquier vianda de las que reciben los pueda contagiarlos con alguna enfermedad. Al no tener defensas podr¨ªan f¨¢cilmente morir.
Contaba el antrop¨®logo Claude L¨¦vi-Strauss, en su libro Tristes tr¨®picos, que hubo un momento en que ¡°una humanidad que se cre¨ªa completa y acabada recibi¨® de golpe, como una contrarrevelaci¨®n, el anuncio de que no estaba sola, de que constitu¨ªa una pieza en un conjunto m¨¢s vasto, y de que para conocerse deb¨ªa contemplar antes su irreconocible imagen en ese espejo desde el cual una parcela olvidada por los siglos iba a lanzar (...) su primer y ¨²ltimo reflejo¡±. Fue cuando el hombre civilizado supo que el salvaje exist¨ªa.
Entonces a¨²n se viajaba poco y exist¨ªan todav¨ªa rincones v¨ªrgenes. Hoy se tienen catalogadas a todas las comunidades que reclaman su derecho a que no las molesten y las dejen vivir. No siempre es posible, pues hay gente que llega a colonizar sus tierras, a la b¨²squeda de minerales, de petr¨®leo, de caucho, madera... Es cuando a los Gobiernos les toca defenderlos y es cuando suelen hacerse a los locos, diciendo que no existen. Pero ah¨ª est¨¢n. La pel¨ªcula ha hecho reales a los que eran invisibles.
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