Una relaci¨®n epistolar
Mas espera una carta de Rajoy; antes que el contenido, lo que importa es la liturgia
¡°Las cartas siempre llegan a su destinatario". Lacan
Antes del veraneo, el se?or Artur Mas, presidente de la Generalitat, envi¨® una carta al presidente del Gobierno (para que se avenga a convocar un refer¨¦ndum secesionista) y ahora aguarda con impaciencia una respuesta, reclama exactamente que esa respuesta llegue dentro de este mes de septiembre. Es un plazo razonable, ?no? En septiembre, s¨ª o s¨ª. ?De lo contrario se habr¨¢ cruzado otra l¨ªnea roja, y quiz¨¢s incluso con ese nuevo agravio a la dignidad de Catalunya crezca mucho el desafecto!
Yo le dir¨ªa al se?or Rajoy que ahora no es momento de discutir si es o no es un anacronismo comunicarse por correo postal cuando existe el e-mail o correo digital, la llamada telef¨®nica, el skype, el whats upp (que es gratis) y otros sistemas eficientes, como la conversaci¨®n cara a cara, por ejemplo en el Parlamento; porque aqu¨ª de lo que se trata es de que Mas reclama una carta de Rajoy, y Rajoy debe remitirle una. O sea, si es que cree en la democracia, el di¨¢logo y todo eso.
No dudo de que don Mariano ya est¨¢ pensando en qu¨¦ debe decir esa carta de respuesta, quiz¨¢ incluso ha aprovechado sus vacaciones para redactar, por lo menos, un borrador. Si es as¨ª, muy bien. En p¨¢rrafos siguientes hablaremos de eso y le ayudaremos a pulirlo. Pero m¨¢s importante que el contenido es envolverlo en una representaci¨®n lit¨²rgica de cierta solvencia, que le d¨¦ el empaque que merece la iniciativa del se?or Mas.
Esa carta es un asunto demasiado importante para confiarla a un vulgar buz¨®n del servicio de Correos
S¨ª, para que esta correspondencia lleve a una conversaci¨®n franca y decisiva en un vag¨®n de tren, como hac¨ªan a veces los grandes dignatarios del pasado; por cierto que all¨ª el se?or Mas se sentir¨¢ a sus anchas, pues ya tiene experiencia de tomar el AVE a Madrid como si subiera al Transiberiano, envuelto en una nube de fot¨®grafos y de palmeros conmovidos por la haza?a¡
Esa carta es un asunto demasiado importante para confiarla a un vulgar buz¨®n del servicio de Correos, por eficiente que este sea. No. Hay que pensar en consonancia con el gran momento hist¨®rico que estamos viviendo. Se requiere un gesto de gran aparato y solemnidad. Por ejemplo, Rajoy podr¨ªa contratar a Miguel Strogoff ¡°el correo del zar¡±, aprovechando que este tiene previsto ir a Barcelona para una revisi¨®n rutinaria en la cl¨ªnica Barraquer, precisamente en septiembre. Y podr¨ªa Miguel aprovechar para llevar la carta. Miguel Strogoff viajar¨ªa, por descontado, de riguroso inc¨®gnito ¡ªaunque, eso s¨ª, con uniforme de h¨²sar bajo el caft¨¢n¡ª, a galope tendido, reventando caballos, durmiendo en las postas. ?Cuidado con los esp¨ªas, Miguel, y con las avanzadillas de los t¨¢rtaros y lapaos! ?Y mucho, mucho cuidado con el traidor Iv¨¢n Ogareff, que te la tiene jurada!... As¨ª pues, ¡°el correo del zar¡± cruzar¨ªa las ¨¢speras soledades de los Monegros y de paso podr¨ªa llevarle a los consellers unos ¡°adoquines¡± (esos caramelos de gran tama?o t¨ªpicos de Calatayud, que llevan en el envoltorio la efigie de la Virgen del Pilar).
"Querido Artur, todo lo que puede pensarse, puede pensarse claramente"
?Y qu¨¦ dir¨¢ la carta, arrugada, manchada de tantas aventuras pero a¨²n legible, la carta de Rajoy que Miguel Strogoff entregar¨¢ a Mas? No puede decir lo previsible, que hay que atenerse a la Constituci¨®n, que lo urgente es combatir la crisis, etc¨¦tera. Debe apuntar m¨¢s alto. Yo creo que esa carta es la ocasi¨®n ideal para comentar algunos conceptos de Heidegger, pienso por ejemplo en el ¡°nadear¡±, sugestivo neologismo que atribuye funci¨®n de verbo a la idea de la Nada. (P: ?Qu¨¦ haces ¨²ltimamente? R: Bueno, vamos nadeando¡ Nadeo, nadeo cada vez m¨¢s). Por no hablar del c¨¦lebre Dasein (ser-ah¨ª, estar en el mundo) o del Sein zum Tode (ser para la muerte). O si no, la carta podr¨ªa simplemente llevar alguna proposici¨®n del Tractatus de Wittgenstein, por ejemplo la c¨¦lebre 4.116: ¡°Querido Artur, todo lo que puede pensarse, puede pensarse claramente. Todo lo que puede formularse en palabras, puede formularse claramente¡±. Hay ah¨ª sustancia para un debate estimulante, incluso para replicar con otra carta, y luego otra, y as¨ª sostener una correspondencia entretenida.
Si lo de Miguel Strogoff no convence al se?or Rajoy, hay alternativas no menos vistosas como, por ejemplo, el recurso a una paloma mensajera. Y ser¨ªa precioso que la paloma, tras el largo vuelo, despu¨¦s de sortear los tiros de los cazadores, los cables de alta tensi¨®n y toda clase de tormentas y huracanes, llegase al atardecer al patio de los naranjos del palacio de la Generalitat, descienda planeando suavemente y se pose en el brazo de Mas, que en ese momento pasea entre los arbolitos, meditando en el ¡°dret a decidir¡±. De tan graves preocupaciones le distrae el aletear de la blanca paloma: ¡°?Hombre, carta de Mariano! ?Ya era hora! A ver qu¨¦ se cuenta¡¡±. Cantan los surtidores entre las nobles piedras y el perfume del naranjal flota en el aire. Para corresponder a la sensual atm¨®sfera, a la hora azul, al instante delicado y fugaz, qu¨¦ tal un mensaje muy sutil, et¨¦reo, como por ejemplo un haik¨² de Basho. ¡°Querido Artur: Nadie que vaya / por este camino. / Crep¨²sculo de oto?o. Cordialmente, Mariano¡±; o bien: ¡°Querido Artur: Cog¨ª un narciso/ y me rega?aron/ a las seis de la tarde. Tuyo afect¨ªsimo, Mariano¡±.
Ignacio Vidal-Folch es escritor.
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