Por un #senadotransparente

Es posible que en alg¨²n momento haya pensado usted que el Senado espa?ol es una instituci¨®n in¨²til. Un aparcadero acaobado de pol¨ªticos en desuso y un sofisticado mecanismo de complementos salariales que clama por una reforma urgente desde hace 36 a?os. Pero, en ocasiones hist¨®ricas, incluso un artilugio del siglo XIX se puede convertir en la nave espacial que catapulte a la democracia espa?ola al siglo XXI. Y esta quiz¨¢s sea una de ellas.

Tras su doloroso paso por el Congreso, la Ley de Transparencia aterriza en el Senado. Las organizaciones que han peleado durante a?os por ver en nuestro pa¨ªs un modelo serio de acceso a la informaci¨®n p¨²blica, equiparable al de otras naciones de nuestro entorno, albergan la esperanza de corregir en este tr¨¢mite algunos de los defectos m¨¢s graves del borrador actual. En este documento pueden leer los detalles, pero las preocupaciones fundamentales est¨¢n relacionadas con los l¨ªmites arbitrarios a la informaci¨®n abierta, la capacidad de bloqueo de la Administraci¨®n o la falta de independencia del organismo que debe velar por el cumplimiento de la Ley.

Los miembros del Senado tienen dos posibilidades: ofrecernos el espect¨¢culo habitual del rodillo de la mayor¨ªa absoluta del PP y el pataleo infantil de la oposici¨®n, o enfangarse en un verdadero debate pol¨ªtico que asuma el riesgo de devolver al Congreso una ley sustancialmente mejorada.

Con un candor que emocionar¨¢ a nuestros viejos pr¨®ceres, una coalici¨®n de organizaciones de la sociedad civil lideradas por Access Info se ha empe?ado en conseguir lo segundo. Para ello han lanzado esta ma?ana una campa?a que pide a los ciudadanos contactar con un senador o senadora de su entorno para hacerle llegar estas preocupaciones y preguntarle por el sentido de su voto. En otras palabras, exigir un #senadotransparente cuando se est¨¢ votando, ya ven, la Ley de Transparencia. Qu¨¦ locura.

El asunto parece una broma, pero les aseguro que no tiene ninguna gracia. Tras casi una d¨¦cada de lucha social por una ley de acceso a la informaci¨®n que garantice un derecho fundamental y proteja nuestra maltrecha democracia, lo que ha salido del Congreso se parece bastante a un fraude. Y lo menos que podemos hacer es exigir cuentas a quienes tienen la responsabilidad de aprobarlo. Entren en la web de la campa?a y p¨®ngase manos a la obra. Tal vez estemos a tiempo de arreglar este desaguisado.