Como Mies sin m¨¢rmol
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5N2QAIBAI3R5TUGACM3XHZL25Y.jpg?auth=3e0ff62ce76ef5bebdd87dd3491d6f86e0ec78ad972f9fc87754d6be66ccbb15&width=414)
El hecho de que el terreno sin acotar, la ciudad sin consolidar, resulte el enclave ideal para muchas obras de arquitectura contempor¨¢nea deber¨ªa darnos que pensar. No se trata de que lo existente no moleste a la nueva obra. Estar¨ªa bien que, al rev¨¦s, lo nuevo tratara de ayudar a lo que existe. Sin embargo ?qu¨¦ hacer cuando no hay nada? ?C¨®mo contribuir al car¨¢cter de lo que se desconoce?
Una posibilidad radica en vencer el miedo, en aprovechar la indefinici¨®n para invitar a abrirse, a compartir, a formar un barrio. Otra, naturalmente, es la contraria. Y aunque la arquitectura introvertida de cajas, prismas y cubos haya sido la respuesta habitual a los barrios por definir, esta vivienda que Carlos Pereda y ?scar P¨¦rez han levantado en el extrarradio del pueblo burgal¨¦s de Villarcayol no invita al encierro. M¨¢s bien obliga a mirar y casi empuja a relacionarse a partir de sus grandes pa?os de vidrio
As¨ª, en esta casa no ha sido el contexto -desganado y ¡°sin ning¨²n tipo de car¨¢cter significativo ni apenas condicionantes al margen de los legales que defin¨ªan alturas, edificabilidad y retranqueos¡±- lo que ha hablado. La joven familia propietaria ha tomado la palabra y ha tratado de explicarle al lugar lo que pod¨ªan hacer juntos. Cuentan los arquitectos que sus clientes solicitaron una vivienda de una ¨²nica planta para aprovechar la relaci¨®n con el jard¨ªn. Aunque la limpieza formal pueda ser un lujo (y producir im¨¢genes lujosas), ten¨ªan un solar peque?o y un presupuesto limitado.
¡°La propuesta¡±, explican Pereda y P¨¦rez, ¡°deb¨ªa responder a ese optimismo. Tambi¨¦n a la optimizaci¨®n del contexto¡±. ?C¨®mo lograrlo? Acercando el exterior. La relaci¨®n entre la vida en el interior de la casa y el disfrute de la parte exterior da la clave de la calidad de la vivienda. Y de las expectativas puestas en el barrio
El volumen de la casa se ajusta en los laterales (agotando la parcela) para abrirse a la calle, al jard¨ªn y al soleamiento. Los espacios m¨¢s ¨ªntimos quedan junto a esos laterales opacos de hormig¨®n liberando el espacio intermedio, como un gran sal¨®n abierto a los jardines. Los porches hacen de filtro. Y el coraz¨®n de la casa se convierte en un lugar de encuentro luminoso y visible.
El hormig¨®n y la madera, no los m¨¢rmoles empleados habitualmente por Mies van der Rohe, son los materiales clave en esta casa que, para adaptarse a un ¨¢rea inundable, parece posada en el jard¨ªn, ¡°un pabell¨®n depositado¡±, cuentan los arquitectos. En medio de tanta solidez y transparencia, los patios que iluminan los ba?os aportan ventilaci¨®n, luz natural y la idea nipona de un lujo que no se puede robar. Y que se disfruta a diario.
Precio por metro cuadrado seg¨²n arquitectos: 841,3 euros
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