Nos gusta caminar
He cre¨ªdo que deb¨ªa compartir este v¨ªdeo con vosotros, seguidores de este blog, porque su protagonista, el fot¨®grafo Alfredo C¨¢liz, lo es tambi¨¦n de muchos de los reportajes y temas africanos que he escrito durante los ¨²ltimos a?os para El Pa¨ªs Semanal. ?l es parte fundamental de la historia de la revista y, por tanto, de mi propia historia. Y tiene mucho que ver con el hecho de que este blog exista. Por su contenido debe estar aqu¨ª, porque se aprecia en ¨¦l su modo de enfocar el mundo y, digamos, trabajarlo. Y en lo personal, porque coincidimos en la manera de mirar, viajar y aproximarnos a un continente, el africano, que a ambos nos fascina por encima de otros por m¨²ltiples razones que ya han sido contadas y se aprecian, espero, en lo retratado y escrito en com¨²n desde hace ya siete u ocho a?os.
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Alfredo C¨¢liz es, para mi, un fotoreportero de altura. Y no hablo de la calidad de sus im¨¢genes (las opiniones especializadas del gremio se las dejo al gremio) sino del modo de serlo, de acercarse a la gente sea donde sea, si molestar, siempre con respeto y delicadeza. Porque es un profesional que te acompa?a y suma siempre, nunca resta. Al que no hay que se?alar donde mirar porque ya ha visto lo que hay que ver cuando t¨² lo vas a mencionar. Y porque te sabe indicar lo que t¨² no has advertido: aquello que se te ha pasado y puede marcar la diferencia en un contexto determinado. Al mismo ritmo. Con la misma m¨²sica.
Te hace sentir segura. No importa en qu¨¦ situaci¨®n: a cuarenta grados embutidos en un autob¨²s, perdidos en la selva rodeados de mosquitos, en un hotel de superlujo entre encorbatados o en entrevista oficial. En un lugar hermoso o en otro terror¨ªfico; entre personas estupendas y otras, que sabes a ciencia cierta que son malvadas y corruptas y te est¨¢n mintiendo... Y esto importa cuando te mueves durante d¨ªas lejos de las comodidades y el can¨®n de nuestra vida cotidiana. Cuando no sabes qu¨¦ es lo pr¨®ximo que va a suceder o si vas a conseguir aquello que has ido a buscar.
Compa?ero de lujo, es capaz, adem¨¢s, de darte conversaci¨®n de la buena. Se zambulle durante los largos trayectos o al final del d¨ªa, cuando ya nada m¨¢s se puede hacer, en interesantes y divertidas reflexiones sobre el sentido de la vida, la existencia en s¨ª, la muerte, la pol¨ªtica, la injusticia, el horror, el absurdo de las cosas o el estado del periodismo que, inevitablemente, surgen cuando compartes muchas horas, experiencias y encuentros con tantas personas diferentes en tantos sitios. Desde la raz¨®n de ser de un mosquito hasta la de la injusticia. No importa qu¨¦: ¨¦l medita, se cuestiona, y quiere saberlo todo y m¨¢s. Quiere ver m¨¢s. Es adicto. Una vez, en la ribera del gran r¨ªo N¨ªger, a su paso por Bamako, mientras muchos grupos de personas practicaban all¨ª sacrificios con animales y otros ritos en un ambiente realmente m¨¢gico, pude ver con claridad la dimensi¨®n de su dependencia de la fotograf¨ªa: a punto estuvo de dejarme abandonada y quedarse all¨ª por los siglos de los siglos al grito de "aqu¨ª est¨¢ pasando todo lo que importa en la vida, aqu¨ª hay que estar". Lo rescat¨¦ y lo traje de vuelta, debo decirlo, para que conste en los anales.
Por eso retrata y viaja sin parar, creo yo: porque no puede evitar intentar abordar y/o abarcar la realidad y la esencia del ser de los otros donde quiera que sea. Si es en ?frica, mejor. Ahora est¨¢ obsesionado por la forma en que los africanos nos ven a nosotros. Y sobre eso dar¨¢ que hablar. Encontrar¨¢ la respuesta.
A Alfredo C¨¢liz le gusta, le gusta mucho, caminar. ?l lo cuenta en este v¨ªdeo mejor que nadie. Y yo lo firmo (me consta que otros compa?eros tambi¨¦n lo har¨ªan). Y lo confirmo.
Y a?ado que tambi¨¦n a nosotros con ¨¦l. Mucho.
Os dejo aqu¨ª algunos de los reportajes en com¨²n
Mozambique, salud y revoluci¨®n
Regreso a la Costa de los Esclavos
Ghana, Estado de buena esperanza
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