Las violaciones de derechos nunca vienen solas
Esta entrada es de nuestra colaboradora Violeta Assiego (@vissibles) y es la primera de una serie sobre derechos LGBT.
Ilustraci¨®n de Julia Bereciartu, de la iniciativaIlustradores en apoyo a los Derechos de las personas homosexuales en Rusia(Anna Goodson Illustration Agency)
Un n¨²mero no determinado de personas recibe un trato cruel, inhumano y degradante por el ¨²nico motivo de que su orientaci¨®n sexual y/o su identidad de g¨¦nero no coincide con la que presuntamente ostenta la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. La predominancia de una orientaci¨®n sexual -la heterosexual- no es ninguna excusa para insultar, hostigar, perseguir, desplazar y criminalizar a los gais, a las lesbianas o a los bisexuales. Tampoco la ignorancia o la incomprensi¨®n generalizada en los temas de diversidad afectivo sexual puede justificar ning¨²n tipo de humillaci¨®n, rechazo o exclusi¨®n social a las personas transexuales que son la cara m¨¢s visible de la pluralidad de expresiones que existen en cuanto a la identidad de g¨¦nero. Los derechos humanos de las personas no admiten ning¨²n tipo de discriminaci¨®n, tampoco por motivos de orientaci¨®n sexual e identidad de g¨¦nero. La no discriminaci¨®n es un principio b¨¢sico de derechos humanos consagrado en la Carta de las Naciones Unidas, la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos y los tratados b¨¢sicos de derechos humanos.
Pese a los avances legales de los ¨²ltimos a?os -y a las importantes declaraciones y recomendaciones de diferentes organismos internacionales- la igualdad plena de derechos para las personas LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales) ¨¦sta todav¨ªa muy lejos de conseguirse. Dice Naciones Unidas que no hay ninguna regi¨®n del mundo que est¨¦ exenta de la violencia homof¨®bica o transf¨®bica que se ejerce contra las personas por su orientaci¨®n sexual e identidad de g¨¦nero. ¡°Demasiados Estados, religiones e instituciones contin¨²an ense?ando a los ni?os y a los adultos a odiar a aquellos que son diferentes¡± afirma Amnist¨ªa Internacional. Tener una orientaci¨®n sexual y/o identidad de g¨¦nero diferente a la que predomina sigue representando un riesgo real para ser excluido, humillado, maltratado, encarcelado o asesinado.
Las violaciones m¨¢s visibles de los derechos de las personas LGBTI son las que se producen en aquellos pa¨ªses donde directamente se criminaliza la homosexualidad. El ¨²ltimo balance que hace ILGA en su informe anual denuncia que son 78 los pa¨ªses que castigan con prisi¨®n o castigo f¨ªsico las relaciones entre personas del mismo sexo, 7 son los Estados (Arabia Saud¨ª, Ir¨¢n, Mauritania, Sud¨¢n y Yemen y regiones de Nigeria y Somalia) cuyas legislaciones recogen la pena de muerte para las personas homosexuales y 8 (Uganda, Guyana, India, Bangladesh, Singapur, Maldivas, But¨¢n y Nepal) en los que existe la cadena perpetua para este tipo de relaciones afectivo sexuales.
La homofobia y la transfobia tienen m¨²ltiples disfraces y discursos que solo necesitan de las leyes para ser combatidas o¡ para ser alimentadas. Uno de los discursos hom¨®fobos por excelencia es el que afirma que la homosexualidad es una perversi¨®n de negativa influencia en los menores de edad. Este es, precisamente, el argumento utilizado por la Duma Estatal rusa para argumentar la aprobaci¨®n -casi por unanimidad- de su Ley contra la propaganda homosexual. Esta norma sanciona a pagar exorbitantes multas a quienes hagan ¡°propaganda de relaciones sexuales no tradicionales¡± entre menores de edad. ¡°El mensaje de fondo es que es malo ser homosexual y que es malo decirle a los ni?os que ser homosexual no es algo malo ni negativo¡± dice Human Rigths Watch.
La aprobaci¨®n por parte de Rusia de una ley que viola los Derechos Humanos y atenta contra el derecho a la libertad de expresi¨®n, de asociaci¨®n y de reuni¨®n de sus ciudadanos ¨Cen esta ocasi¨®n del colectivo LGBTI- no es algo nuevo. Recientemente Amnist¨ªa Internacional ha emprendido a trav¨¦s de una ciberacci¨®n una campa?a mundial para poner de relieve el historial cada vez m¨¢s lamentable de Rusia en materia de derechos humanos.
En el caso de la ley rusa contra la propaganda homosexual la gravedad estriba en que con su aprobaci¨®n se ha dado la luz verde a un creciente clima de violencia y hostilidad contra los homosexuales y los transexuales del que se han hecho eco los medios de comunicaci¨®n de todo el mundo. Pero lo m¨¢s destacable es que esta ley no cumple su finalidad de ¡°proteger a los menores de edad¡± y hace todo lo contrario: los deja expuestos a un mayor riesgo y presi¨®n social al negarles que puedan acceder a informaci¨®n vital para su salud y su bienestar. No facilitar a los ni?os, ni?as y adolescentes informaci¨®n objetiva y positiva sobre contenidos de diversidad afectivo-sexual es obstaculizar seriamente su correcto desarrollo moral, psicol¨®gico y emocional e impedirles que puedan tomar decisiones informadas, aut¨®nomas y responsables respecto a sus propias vidas y las vidas de otros.
Lejos de la frivolidad, del lobby o de la perversi¨®n la diversidad afectivo-sexual e identitaria del ser humano es una realidad frecuente y habitual que necesita ser nombrada para restarle vulnerabilidad y rechazo social. No hace falta ¡°ser homosexual o transexual¡± para defender los derechos humanos de las personas gais, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales. Las violaciones de derechos nunca vienen solas y nunca afectan solo a unos pocos. Precisamente en Rusia, en estos d¨ªas y en estos momentos, un grupo de activistas de Greenpeace llevan m¨¢s de un mes entre rejas acusados de vandalismo por una acci¨®n llevada a cabo por la ONG en aguas del ?rtico, nada que ver con lo LGBTI pero s¨ª con el derecho a la libertad de expresi¨®n. Por cierto, ?firmaste ya?
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