Hollande bajo presi¨®n
El declive econ¨®mico y el descontento social exigen una respuesta del presidente franc¨¦s
La rebaja de un pelda?o en la calificaci¨®n de la deuda francesa, anunciada por la agencia Standard & Poor¡¯s (la segunda en menos de dos a?os), es un nuevo rev¨¦s para Fran?ois Hollande. Enfrentado a un imparable declive econ¨®mico y a un descontento social cada vez m¨¢s agudo, el presidente socialista parece desbordado por los acontecimientos.
Es cierto que la rebaja de la nota de solvencia ¡ªque pasa de AA+ a AA, con perspectiva estable¡ª es moderada, y que los tipos de inter¨¦s que Francia paga por su deuda son hist¨®ricamente bajos. Pero es un elemento m¨¢s que refuerza las advertencias de la Comisi¨®n Europea y de la vecina Alemania: al contrario de lo que han hecho los dem¨¢s Gobiernos de la eurozona, Francia no est¨¢ impulsando las reformas necesarias para reducir el gasto p¨²blico, y ajustar el d¨¦ficit. La ca¨ªda de la producci¨®n industrial, el aumento del d¨¦ficit comercial y la destrucci¨®n de puestos de trabajo son s¨ªntomas de una p¨¦rdida de competitividad que lastra las perspectivas de crecimiento a largo plazo.
El diagn¨®stico es evidente: con un gasto p¨²blico que equivale al 57% del PIB (el m¨¢s alto de la zona euro), Francia no podr¨¢ remontar el vuelo sin una reforma estructural que probablemente tendr¨¢ que adelgazar un generoso Estado proveedor y acabar con la rigidez del mercado laboral.
Editoriales anteriores
Temerosos ante una poblaci¨®n refractaria a los cambios, los Gobiernos franceses han optado por echar mano de la subida de impuestos para lograr la consolidaci¨®n presupuestaria. En este cap¨ªtulo, la voracidad del actual Ejecutivo ha llegado al l¨ªmite de saturar a una ciudadan¨ªa que soporta ya la mayor carga impositiva de Europa, despu¨¦s de B¨¦lgica. La reciente revuelta contra la llamada ecotasa, que pretende gravar el transporte de mercanc¨ªa pesada por carretera, es un s¨ªntoma de ese hartazgo, que ha desplomado a un in¨¦dito 25% el ¨ªndice de aprobaci¨®n de Hollande.
Frente a estos grandes desaf¨ªos, hace falta mucho m¨¢s que los t¨ªmidos pasos dados hasta ahora por el Gobierno. El ¡°cambio tranquilo¡± prometido por Hollande se diluye en una sensaci¨®n de pasividad y de falta de liderazgo (acrecentada por el reciente episodio de la expulsi¨®n de la joven gitana Leonarda Dibrani y su familia). El presidente franc¨¦s ¡ªy el resto de la clase pol¨ªtica¡ª no parecen haber tomado conciencia de que la ausencia de reformas no solo hipotecar¨¢ la econom¨ªa francesa, sino la de toda la eurozona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.