Todo a precio de mercado

La intervenci¨®n de Ana Botella ante los miembros del COI ha entrado ya en la historia del humor, como el despido en diferido de Cospedal o los mon¨®logos de Carlos Floriano sobre la vida. Son esas grabaciones que llevas en el coche y que pones en los viajes largos para solaz de la familia. Aqu¨ª la ven, en una pantalla gigante que pende, como la espada de Damocles (o de Pericles, que dec¨ªa el otro), sobre la delegaci¨®n espa?ola, presidida por el Pr¨ªncipe. La alcaldesa iba impecable. Ven¨ªa de la pelu, donde le hab¨ªan hecho un cardado magistral, adem¨¢s de pintarle con Titanlux el rostro para que combinara con el vestido rojo espa?ol con el que sali¨® a escena. Un sencillo collar de cuentas, a juego con la blancura de los dientes, serv¨ªa para evocar un g¨¦nero tan nuestro como la copla: Me voy a hacer un rosario con tus dientes de marfil.

(¨COtro no ¨Cruega la v¨ªctima cubri¨¦ndose la boca).

Todo perfecto, excepto que no consiguieron meterle nada dentro de la cabeza. Significa que pese a los numerosos ensayos, dirigidos por un perito en artes esc¨¦nicas que nos cobr¨® 220.000 euros, la alcaldesa no logr¨® hablar con el alma, solo con el cuerpo, y se not¨®. Suele decirse que quien sabe dos idiomas tiene dos almas, pero Botella solo tiene una. Al obligarla a hacer el discurso en el idioma del alma que no tiene, coloc¨® todas las energ¨ªas en el cuerpo e inevitablemente sobreactu¨®. Parec¨ªa una mujer con dos cuerpos y una sola alma, cuando lo que funciona en el teatro es lo contrario. Tuvimos la suerte, seg¨²n los organizadores, de pagarlo todo a precio de mercado