D¨ªa a d¨ªa de un centro de evacuaci¨®n en Filipinas

Esta entrada ha sido escrita porDiana Valc¨¢rcel, portavoz de UNICEF en Filipinas. Esta es la segunda entrada de una peque?a serie que nos recuerda que Filipinas sigue necesitando ayuda aunque ya no salga en los telediarios.

Aprilyn con sus hijos VJ y Kaynie en el centro de evacuaci¨®n de San Jose, Tacloban.

El colegio de San Jos¨¦, en Tacloban, era antes del 8 de noviembre una escuela a la que a diario asist¨ªan a clase 3.000 ni?os con toda normalidad. Despu¨¦s del paso del tif¨®n Haiyan/Yolanda se ha convertido en un centro de evacuaci¨®n que acoge a 2.500 personas. Hay hasta ocho familias instaladas en cada aula, donde se amontonan colchones, bidones de agua, ollas con peque?as brasas donde se cocina el arroz y el resto de pertenencias que pudieron salvar de sus casas.

Hoy llueve, el suelo est¨¢ lleno de agua y barro; a¨²n es m¨¢s complicada la existencia para estas personas. Desde que he llegado me sobrecoge que no dejan de sonre¨ªr ni de agradecer la ayuda. Son toda una lecci¨®n de humanidad y resistencia.

Mientras saludo a unas mujeres que est¨¢n cocinando arroz en el pasillo, veo que para atravesar una de las zonas ahora inundadas por la lluvia han colocado una fila de sillas a modo de improvisado puente. Me fascina ver la creatividad en medio de tanta destrucci¨®n.

El centro de evacuaci¨®n de San Jos¨¦ era antes del tif¨®n un colegio de 3.000 ni?os. Hoy acoge a 2.500 personas que se han quedado sin casas despu¨¦s del tif¨®n en Tacloban.

En una de las aulas conozco a Aprilyn, una madre que abanica a su hijo VJ con la tapa de un cubo de pl¨¢stico. VJ tiene fiebre hoy. A su lado est¨¢ su hermana Kaynie, de un a?o y 10 meses. ¡°Estamos recibiendo ayuda pero necesitamos m¨¢s¡±. Desde el tif¨®n, la vida para esta mujer separada est¨¢ siendo muy dura. Aprilyn era masajista y sus hijos iban al colegio. Ahora su reto diario es que tengan comida, agua e higiene. Me cuenta con mucha alegr¨ªa que hace unos d¨ªas recibi¨® uno de los kits de higiene que estamos repartiendo. Estos kits tienen jab¨®n, pasta de dientes, compresas, detergente y otros art¨ªculos de necesidad b¨¢sicos para mantener la higiene. ¡°Son muy ¨²tiles porque no ten¨ªamos nada¡±.

En cosas tan b¨¢sicas como ¨¦sta es en lo que se convierten las donaciones que tantos espa?oles est¨¢n realizando para Filipinas. Como dice Aprilyn, van a necesitar mucha m¨¢s. Y no s¨®lo para sobrevivir a las terribles consecuencias del tif¨®n, sino para la reconstrucci¨®n y el desarrollo a largo plazo.

En el centro de San Jos¨¦ se ha revisado hoy el estado nutricional de 93 ni?os. Es fundamental prevenir la desnutrici¨®n despu¨¦s de una emergencia, ya que los ni?os han estado d¨ªas sin comer y ahora los alimentos no abundan. Para ello se administrar¨¢ alimento terap¨¦utico a los ni?os que tienen desnutrici¨®n, y alimento suplementario y micronutrientes a los que a¨²n est¨¢n bien para prevenirla.

Antes de despedirme de Aprilyn le pregunto c¨®mo se siente. Me dice que est¨¢ preocupada por el futuro de sus hijos. ¡°Me gustar¨ªa reconstruir mi casa y que mis hijos vuelvan a la escuela¡±. A pesar de la destrucci¨®n que le rodea, Aprilyn se atreve a so?ar un futuro mejor. Y hace muy bien.