Una nueva era nuclear en el golfo P¨¦rsico
El acuerdo de Ginebra es el pre¨¢mbulo para una soluci¨®n integral y a largo plazo
El enriquecimiento de uranio ha sido el foco de la disputa sobre el programa nuclear iran¨ª entre este pa¨ªs y las potencias mundiales, especialmente Estados Unidos, desde el a?o 2003. Ir¨¢n viene argumentando que el enriquecimiento es su ¡°derecho inalienable¡± en virtud del Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP) y que detener ese proceso es una ¡°l¨ªnea roja¡± que no se puede cruzar. Estados Unidos se ha opuesto a la posici¨®n de Ir¨¢n.
El 24 de noviembre, despu¨¦s de cuatro d¨ªas de conversaciones maratonianas, Ir¨¢n y el Grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU m¨¢s Alemania), firmaron finalmente el acuerdo provisional de Ginebra; debe interpretarse como el pre¨¢mbulo para una soluci¨®n integral y a largo plazo. Poco despu¨¦s, el ministro de Relaciones Exteriores iran¨ª, Mohamed Javad Zarif, asegur¨® en una conferencia de prensa, que hay en el acuerdo, en dos ocasiones, ¡°una muy clara referencia sobre el hecho de que el programa de enriquecimiento iran¨ª continuar¨¢ y ser¨¢ parte de cualquier acuerdo, ahora y en el futuro¡±. Zarif estaba aludiendo a un texto en el Plan de Acci¨®n Conjunto que establece que el acuerdo final implicar¨¢ ¡°un programa de enriquecimiento definido de mutuo acuerdo, con l¨ªmites pr¨¢cticos y medidas de transparencia para garantizar el car¨¢cter pac¨ªfico del programa¡±.
La respuesta de John Kerry en una entrevista con ABC News fue: ¡°No. No hay derecho a enriquecer. No reconocemos el derecho a enriquecer. Est¨¢ claro. El Tratado de No Proliferaci¨®n establece muy, pero que muy claramente, que no hay derecho a enriquecer¡±.
Contrariamente a la afirmaci¨®n de Wendy Sherman, la principal negociadora de EE UU, de que ¡°esta ha sido siempre la posici¨®n de EE UU¡±, John Kerry hab¨ªa ofrecido una interpretaci¨®n completamente diferente del TNP cuando presid¨ªa el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, hace cuatro a?os. En una entrevista con el Financial Times, pueden extractarse las siguientes afirmaciones de Kerry sobre la posici¨®n de Estados Unidos respecto a los derechos de Ir¨¢n como pa¨ªs firmante del TNP: ¡°El argumento de la Administraci¨®n de Bush para no permitir el enriquecimiento era rid¨ªculo (...) No parec¨ªa razonable (...) Fue un desperdicio de energ¨ªa (¡) De alguna manera contribuy¨® al endurecimiento de las posiciones de ambas partes (...) Ellos tienen derecho a la energ¨ªa nuclear con fines pac¨ªficos y por consiguiente al enriquecimiento para ese prop¨®sito¡±.
Los pa¨ªses del Golfo deben sumarse a la aproximaci¨®n entre Ir¨¢n y EE UU
En 2010, Hillary Clinton, para entonces secretaria de Estado, dijo a la BBC, confirmando as¨ª la posici¨®n de Kerry, que un acuerdo final podr¨ªa permitir el enriquecimiento a Ir¨¢n. ¡°Pueden enriquecer uranio en el futuro, una vez que hayan demostrado que pueden hacerlo de manera responsable y de acuerdo con las obligaciones internacionales¡±, resalt¨®.
En cualquier caso, la aceptaci¨®n del enriquecimiento facilit¨® la obtenci¨®n del acuerdo de Ginebra, a pesar de que sus l¨ªmites a¨²n no se han negociado y tendr¨¢n que ser acordados en el futuro. Sin ese acuerdo, el mundo habr¨ªa sido testigo de otro desastroso fracaso de las negociaciones.
El pacto de Ginebra fue un ¨¦xito hist¨®rico porque Ir¨¢n y Estados Unidos demostraron que han aprendido lecciones cruciales del pasado. La posici¨®n de ambos pa¨ªses, basada en la no reconciliaci¨®n durante los ¨²ltimos 34 a?os, no garantizaba los intereses y la seguridad de ninguna de las dos naciones. Es trascendental que Ir¨¢n y Estados Unidos hayan sido capaces, despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas, de negociar al m¨¢s alto nivel diplom¨¢tico y orientar una compleja disputa a una conclusi¨®n mutuamente aceptable, dirigida a alcanzar una soluci¨®n permanente ¡°en menos de un a?o¡±.
Las consecuencias de este enfoque diplom¨¢tico sin precedente pueden ir m¨¢s all¨¢ de la cuesti¨®n nuclear iran¨ª y mejorar las condiciones geopol¨ªticas de la regi¨®n. El claro rechazo de la Administraci¨®n de Obama a las presiones de los grupos proisrael¨ªes que se oponen al acuerdo, as¨ª como la presi¨®n de algunos pa¨ªses ¨¢rabes de la zona, podr¨ªa ser el comienzo de una nueva era en la pol¨ªtica exterior estadounidense en Oriente Pr¨®ximo.
Es el momento adecuado para que Ir¨¢n, Arabia Saudita, Irak y los pa¨ªses del CCG acuerden un sistema regional de cooperaci¨®n en la zona
Kerry, subrayando la determinaci¨®n de Obama de llevar la crisis nuclear de Ir¨¢n a su fin, explic¨® en una conferencia de prensa en Ginebra que, aunque algunos en el Congreso podr¨ªan tratar de imponer nuevas sanciones a Ir¨¢n, ¡°el presidente tambi¨¦n tiene, obviamente, una posibilidad de veto¡± al respecto.
La relaci¨®n entre Ir¨¢n y los Estados Unidos de Am¨¦rica no necesariamente debe ser definida en el marco de un juego de suma cero. La cooperaci¨®n entre EE UU como potencia mundial e Ir¨¢n como potencia regional puede lograr la estabilidad desde el este en Afganist¨¢n hasta el oeste en L¨ªbano, que parece estar a punto de caer en otra guerra civil con la injerencia de algunos pa¨ªses ¨¢rabes.
Extremistas salafistas y terroristas son adversarios comunes para Estados Unidos, Ir¨¢n y los pa¨ªses de la regi¨®n. Y tanto Estados Unidos como Ir¨¢n necesitan estabilizar el ¨¢rea para avanzar en sus intereses nacionales. Ir¨¢n busca vender su petr¨®leo y atraer la inversi¨®n extranjera para su desarrollo; el sistema capitalista ¡ªliderado por Estados Unidos¡ª tiene por objeto garantizar el paso seguro del petr¨®leo en aguas de la zona.
Mientras Estados Unidos e Ir¨¢n tratan de resolver sus problemas, los pa¨ªses del ¨¢rea deber¨ªan acoger favorablemente este cambio hacia un nuevo Oriente Pr¨®ximo. Podr¨ªan responder de manera positiva a los esfuerzos de Ir¨¢n para acercarse a EE UU, hecho de suma importancia en la agenda de corto plazo del Gobierno del presidente Rohan¨ª. La distensi¨®n iranoestadounidense refuerza la posibilidad de que esta aproximaci¨®n regional culmine con ¨¦xito.
¡°Est¨¦n seguros de que el acuerdo nuclear favorece la estabilidad y la seguridad de la regi¨®n¡±, dijo Zarif en Kuwait el 1 de diciembre. En un comunicado oficial, Arabia Saud¨ª considera el acuerdo como un primer paso hacia una soluci¨®n global a la cuesti¨®n nuclear iran¨ª, a condici¨®n de que conduzca a un Oriente Pr¨®ximo y golfo P¨¦rsico libre de todas las armas de destrucci¨®n masiva, y con la esperanza de que ese paso sea seguido por otros m¨¢s importantes que garanticen el derecho de todos los pa¨ªses a utilizar pac¨ªficamente la energ¨ªa nuclear.
Poco despu¨¦s del acuerdo nuclear de Ginebra, Ir¨¢n declar¨® su disposici¨®n de iniciar una ¡°nueva p¨¢gina¡± en sus relaciones con los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico. La semana pasada, Teher¨¢n recibi¨® muy calurosamente al ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos ?rabes Unidos (EAU). Abdullah bin Zayed se reuni¨® con el presidente Hasan Rohan¨ª, as¨ª como con su hom¨®logo iran¨ª Zarif en el marco del primer viaje de este tipo del ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos ?rabes Unidos en muchos a?os.
En su primera visita a un pa¨ªs ¨¢rabe del golfo P¨¦rsico, que le llevar¨¢ tambi¨¦n a Om¨¢n, Zarif lleg¨® a Kuwait el 1 de diciembre. Se espera que Zarif tambi¨¦n visite pronto Riad. Teher¨¢n, Riad y el Consejo para la Cooperaci¨®n del Golfo P¨¦rsico (CCG) tienen que negociar y debatir entre s¨ª, en lugar de hablar el uno del otro y de los otros. ¡°Vemos a Arabia Saud¨ª como un pa¨ªs muy importante e influyente en la regi¨®n¡±, dijo Zarif a los periodistas a su llegada a Kuwait.
Es el momento adecuado para que Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª, Irak y los pa¨ªses del CCG procedan, con el apoyo internacional, a la instalaci¨®n de un sistema regional de cooperaci¨®n en el golfo P¨¦rsico, con el fin de eliminar definitivamente las hostilidades, garantizar la paz y la estabilidad en la regi¨®n (y a¨²n m¨¢s all¨¢), para la lucha conjuntamente contra el terrorismo y el extremismo, as¨ª como para construir un golfo P¨¦rsico y un Oriente Pr¨®ximo libre de armas de destrucci¨®n masiva.
Seyed Hossein Mousavian, exembajador de Ir¨¢n en Alemania y exportavoz de los negociadores nucleares de Ir¨¢n con Occidente y la AIEA, es actualmente investigador en la Escuela Woodrow Wilson de Princeton. Su ¨²ltimo libro es La crisis nuclear iran¨ª: una memoria.
Traducido del persa por Mohammad Gh. Mohammadi.
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