La oportunidad
?Hay quien sospecha que Converg¨¨ncia ha visto en la doble pregunta una v¨ªa de escape al proceso independentista?
El presidente del Gobierno hab¨ªa dicho que ¨¦l solo mover¨ªa ficha cuando el presidente de la Generalitat diera pasos significativos en relaci¨®n con el proceso soberanista. Mas ya lo ha hecho, ahora le toca a Rajoy. Cuatro partidos catalanes, CiU, Esquerra, ICV y Cup, que suman una amplia mayor¨ªa parlamentaria y que representan un espectro ideol¨®gico que va desde el nacionalismo conservador hasta la extrema izquierda independentista, han anunciado pregunta y fecha del refer¨¦ndum. Las discrepancias sobre la cuesti¨®n hab¨ªan enrarecido el ambiente. La falta de avances pol¨ªticos hab¨ªa desplazado la atenci¨®n medi¨¢tica hacia hechos colaterales como el congreso de historiadores Espa?a contra Catalu?a y amenazaba con una lucha ideol¨®gica poco ejemplarizante. De pronto, el anuncio del acuerdo sobre el refer¨¦ndum ha devuelto la pol¨ªtica al primer plano.
La sorpresa ha venido de la doble pregunta o pregunta en rama: ?quiere que Catalu?a sea un Estado? En caso afirmativo, el elector tendr¨¢ una segunda opci¨®n: ?quiere que sea un Estado independiente? Se podr¨ªa pensar que la intenci¨®n es garantista: asegurar que no hay ambig¨¹edad alguna en el voto por la independencia. La realidad es que Esquerra tiene que aceptar en aras al consenso una f¨®rmula que no es clara ni binaria como ha defendido siempre. La presi¨®n de Uni¨® y de Iniciativa ha tenido ¨¦xito. ?Hay quien sospecha que Converg¨¨ncia ha visto en la doble pregunta una v¨ªa de escape al proceso independentista? Muy probablemente, la clave del acuerdo es otra: se ha pensado en la acumulaci¨®n de capital pol¨ªtico, no en el refer¨¦ndum que se sospecha que nunca ser¨¢ autorizado. En cualquier caso, el PSC queda en una inc¨®moda tesitura: la condici¨®n para incorporarse al refer¨¦ndum ¡ªque no fuera solo por la independencia¡ª se ha cumplido. Si se mantiene al margen, se alinea definitivamente con PP y Ciutadans.
Rajoy tiene una propuesta sobre la mesa. Se da por supuesto que la rechazar¨¢. El acuerdo cierra una etapa, la de las discusiones previas entre los partidos catalanes, pero no cambia significativamente las expectativas. El enunciado de pregunta y fecha generar¨¢ un gran revuelo en la pol¨ªtica espa?ola y alta tensi¨®n medi¨¢tica, pero no variar¨¢ la hoja de ruta: no al refer¨¦ndum, no a la consulta, por parte del Gobierno espa?ol, y elecciones anticipadas en Catalu?a al final del camino. Sin embargo, es indudable que la pregunta formulada abre campo al Gobierno espa?ol. Porque el diferencial entre el primer s¨ª, el del cambio en la relaci¨®n con Espa?a, y el segundo s¨ª, la independencia, ser¨¢ decisivo. Y si fuera favorable al primero, el refer¨¦ndum abrir¨ªa la v¨ªa de la negociaci¨®n de un nuevo pacto constitucional, la tercera v¨ªa que nadie ha sido capaz de proponer hasta ahora. Pero el miedo y la ceguera de los pol¨ªticos que deciden en Madrid hacen que el refer¨¦ndum sea improbable. La pregunta ofrece una opci¨®n a Rajoy y a Rubalcaba que no sabr¨¢n aprovechar por razones de principios: el nacionalismo espa?ol tambi¨¦n ensombrece la mente.
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