La conquista de Azzaro
Se conocieron en el taller de Lagerfeld y triunfaron en Espa?a con su propia marca, Alvarno. Desde esta temporada controlan la creatividad de Azzaro. Arnaud Maillard y ?lvaro Castej¨®n mantienen la esencia del m¨ªtico fundador de la firma francesa.
Est¨¢bamos en un principal con ventanas a la calle del Almirante de Madrid. Aquella tarde de febrero de 2010, las modelos llegaban con prisas y se probaban delicados trajes cortos en tonos empolvados con apliques de fantas¨ªa. El ambiente conten¨ªa esa mezcla de nerviosismo y espera tan caracter¨ªstica de la preparaci¨®n de un desfile. Los dise?adores ?lvaro Castej¨®n y Arnaud Maillard mostraban con ilusi¨®n las primeras piezas de Alvarno, la firma de moda que al d¨ªa siguiente iban a presentar al mundo en el madrile?o palacio de Fern¨¢n N¨²?ez.
Tres a?os y medio despu¨¦s volvemos a reunirnos alrededor de sus dise?os para otro debut. Aquel local prestado es ahora un se?orial estudio de varios pisos, forrado de espejos, en la calle con m¨¢s historia de la alta costura parisiense. Lo que no ha cambiado es el cari?o con el que Castej¨®n y Maillard, ambos de 42 a?os, acarician sus criaturas. En este caso, los largos vestidos surcados por sinuosas transparencias que componen su primera colecci¨®n como directores creativos de Azzaro. La velocidad con la que han recorrido el trayecto que separa la calle del Almirante de la de Faubourg Saint Honor¨¦, y de paso se han convertido en los primeros dise?adores afincados en Espa?a fichados para comandar una gran firma internacional, es enga?osa. Porque hay que contar tambi¨¦n con su dilatada experiencia en la capital francesa antes de llegar a Madrid.
Desde los 19 a?os, el franc¨¦s Arnaud Maillard trabaj¨® con Karl Lagerfeld. Empez¨® como un descarado estudiante de la escuela de la Chambre Syndicale y termin¨® siendo su mano derecha. Pero despu¨¦s de 15 a?os, la relaci¨®n con el alem¨¢n termin¨® mal. Una desavenencia que le cerr¨® muchas puertas en Par¨ªs y le hizo instalarse en Espa?a en busca de refugio. Pas¨® brevemente por Sybilla y termin¨® abriendo una tienda de ropa vintage. En el estudio de Lagerfeld, Maillard hab¨ªa coincidido durante seis a?os con Castej¨®n, un ingeniero industrial que escrib¨ªa cartas a Chanel desde su Pamplona natal para lograr una oportunidad en la moda. Tras estudiar en Fashion Institute of Technology de Nueva York, Castej¨®n recal¨® durante a?o y medio en Givenchy junto a Alexander McQueen. Desde all¨ª accedi¨® al taller de Lagerfeld y, m¨¢s tarde, fue transferido a su estudio en Fendi. La despedida del creador alem¨¢n, en 2009, fue m¨¢s pl¨¢cida para ¨¦l. Dej¨® Fendi en busca de un proyecto personal y se reencontr¨® con Maillard en Madrid.
"Quer¨ªamos propuestas con vida. Esta es una casa donde ciertas clientas saben que pueden encontrar 'el' vestido para una fiesta".
Azzaro supone un triunfal retorno a Par¨ªs, un escenario so?ado para ambos. ¡°Cuando creamos Alvarno, fantase¨¢bamos con un ¨¦xito que nos ayudara a volver, pero no imagin¨¢bamos que suceder¨ªa solo en tres a?os¡±, reflexiona Arnaud. A?ade ?lvaro: ¡°Cuando empec¨¦ a estudiar moda, un profesor me dec¨ªa: ¡®Tienes que visualizarte dentro de 10 a?os y pensar d¨®nde quieres estar¡¯. Hay que tener un objetivo, a pesar de las dificultades. El sacrificio y el esfuerzo te llevan a lograr metas, aunque no sepas exactamente si el nombre exacto de tu destino es Azzaro u otro¡±.
El triunfo de Alvarno tiene todos los elementos de una buena narraci¨®n. Adem¨¢s de superar la adversidad inicial, los dos protagonistas han manejado la ascensi¨®n seg¨²n sus propios t¨¦rminos y condiciones. En una demostraci¨®n de iniciativa que no es habitual en Espa?a; desde aquel estreno en febrero de 2010, todos sus desfiles en Madrid se han celebrado al margen de cualquier pasarela, en lugares emblem¨¢ticos de la ciudad y gracias a su propia b¨²squeda de financiaci¨®n. A pesar de eso, se convirtieron r¨¢pidamente en la cita m¨¢s esperada de la moda espa?ola y captaron la atenci¨®n de los responsables del grupo andorrano Reig Capital, que controla Azzaro desde 2006.
Por su parte, la casa francesa hab¨ªa sufrido su propia raci¨®n de altibajos. En noviembre de 2003 mor¨ªa Loris Azzaro, a los 70 a?os. El creador tunecino, hijo de italianos, estableci¨® la marca en el efervescente Par¨ªs de 1967. Azzaro sab¨ªa c¨®mo disfrutar de una fiesta y tambi¨¦n c¨®mo vestirla. En los a?os sesenta y setenta vivi¨® tiempos de esplendor gracias a espectaculares y sensuales trajes que vistieron a una generaci¨®n de mujeres de existencia tan agitada como para generar el apelativo de jet-set. Es cierto que, tras las luces de Sophia Loren, Rachel Welch y Marisa Berenson, vinieron a?os menos lustrosos. Pero el negocio subsisti¨® gracias a los lucrativos perfumes que lanz¨® desde 1975. Tras la desaparici¨®n del fundador, la argentina Vanessa Seward, que hab¨ªa llegado a la compa?¨ªa un a?o antes, fue encargada de mantener la divisi¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter. Seward consigui¨® recuperar la atenci¨®n perdida al volver a colocar el traje m¨¢s emblem¨¢tico de la casa ¨Ccon un atrevido escote formado por tres aros recorridos por cristales¨C sobre los cuerpos de Diane Lane o Carine Roitfeld.
En marzo de 2011, Seward y Azzaro anunciaron que ¡°tomaban caminos diferentes¡± y seis meses m¨¢s tarde se contrataba a la brasile?a Mathilde Castello Branco para ocupar el puesto. Mar¨ªa Reig, presidenta del grupo familiar, explicaba entonces: ¡°Desde que compramos la firma, hemos conseguido revivirla. Ahora est¨¢ preparada para el siguiente e importante paso¡±. Pero la experiencia no fue tan satisfactoria como las dos partes esperaban. Castello Branco, que acreditaba 10 a?os en Lanvin, trajo a la firma una sensibilidad sobria, oscura y misteriosa que no convenci¨® a la importante clientela ¨¢rabe y rusa que acud¨ªa a Azzaro en busca de hedonistas y llamativos trajes de fiesta. Un a?o despu¨¦s se hizo p¨²blica su salida.
El primer contacto de Azzaro con los responsables de Alvarno fue en calidad de asesores. Pero la relaci¨®n se fue consolidando, y en junio de 2013, la firma revel¨® que desde el 25 de marzo ejerc¨ªan como directores creativos con plenos poderes. Un dato que explicaba que su primera colecci¨®n fuera a presentarse solo un mes despu¨¦s. ¡°Al principio fuimos tejiendo una conversaci¨®n para ver si ten¨ªamos la misma visi¨®n de la casa y de su futuro¡±, explica Maillard. ¡°Est¨¢ bien hacer una colecci¨®n, pero quisimos tambi¨¦n conocer al equipo de marketing, saber c¨®mo funcionan los perfumes, los complementos¡ Hemos preguntado acerca de todo. Conviene aprender la herencia por los libros, pero hay que conocer los planes de futuro y las estrategias¡±.
Las fragancias, que produce Clarins y que han vivido muy al margen de la moda, y el mercado estadounidense se sit¨²an en el punto de mira de esa nueva era Azzaro. Pero de momento los cimientos del edificio est¨¢n firmemente anclados en el pasado. Desde el principio, Maillard y Castej¨®n revelaron su intenci¨®n de devolver el foco al legado original tras los a?os de vaivenes. ¡°Lo m¨¢s importante ha sido respetar los archivos¡±, defiende el franc¨¦s. ¡°En ellos hemos descubierto un mont¨®n de flores y colores. No quer¨ªamos mostrar algo azul marino y negro, sino propuestas con vida. Hemos empezado con el pasado, con el ADN de la ¨¦poca. Esta es una casa donde ciertas clientas saben que pueden encontrar el vestido para una fiesta¡±. ¡°Se trata de recuperar la forma en que ¨¦l interpretaba la feminidad en su tiempo y trasladarla a la actualidad. Pero la mujer Azzaro sigue siendo una n¨®mada de lujo¡±, asegura su compa?ero espa?ol. ¡°En los ¨²ltimos tiempos ha habido altibajos, pero la imagen de la marca no ha sufrido. Ese es el poder de Loris Azzaro, un hombre que fue lo m¨¢s en su momento. De ¨¦l permanece esa imagen de glamour, belleza y alfombra roja¡±.
El pasado septiembre, por primera vez, los dise?adores se enfrentaron al reto de presentar dos colecciones para primavera-verano 2014: la de Alvarno, en Madrid, y la de Azzaro, en Par¨ªs. Un doble juego que quieren mantener, aunque habr¨¢ que hacer importantes ajustes. ¡°En 2014 tenemos que organizarnos¡±, admite Maillard. ¡°Pero queremos conservar una presencia en Madrid. Si hemos conseguido este puesto es gracias al apoyo de la prensa en Espa?a. Eso no queremos olvidarlo. Y Alvarno es nuestro beb¨¦. Gracias a ¨¦l, estamos aqu¨ª¡±. Tambi¨¦n queda por ver c¨®mo impactar¨¢ en el estilo propio de Alvarno, que ellos califican de ¡°minimalismo barroco¡±, la disoluta est¨¦tica Azzaro. Despu¨¦s de todo, aunque este sea un viaje de vuelta, estamos solo al principio de una nueva historia.
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