La arrogancia de los cazadores

Estoy alucinada con la pretensi¨®n con la que se descuelgan ahora los cazadores. No les basta con salir a matar animales, sino que pretenden solicitar al Gobierno que se les acoten aquellas zonas del monte por donde salen a practicar su ¡°afici¨®n¡±, prohibiendo al resto de los que salen a disfrutar del campo ¡ªsenderistas, seteros y ciclistas (me incluyo en las tres categor¨ªas)¡ª que accedan a dichas zonas.

Yo no s¨¦ de qu¨¦ palo van, pero debe ser similar al de este Gobierno, es decir, prohibir esto y prohibir aquello. Y encima dicen que les preocupa la seguridad de las otras personas que disfrutan del campo, cuando la mayor¨ªa de las veces que se han producido accidentes durante la caza ha sido entre ellos mismos. Tal parece su ansia por disparar a todo lo que se mueve.

En fin, que ya el sentido com¨²n indica que, si hay carteles avisando de que hay una partida de caza o monter¨ªa en una zona determinada, no se pase por all¨ª. Lo de prohibir a unos realizar una actividad para que otros puedan practicar la suya alegremente me parece de una arrogancia fuera de lugar, sobre todo teniendo en cuenta la actividad que pretenden blindar a toda costa: matar animales por el puro placer de hacerlo.

Los montes p¨²blicos son de todos, aunque parece que hay quien cree que tiene m¨¢s derecho que otros a su uso y disfrute.¡ª Esperanza Jim¨¦nez Gonz¨¢lez.