Miradas de artista al Toledo de El Greco
Desde Philip-Lorca diCorcia hasta Shirin Neshat, pasando por Jos¨¦ Manuel Ballester, Vik Muniz y Dionisio Gonz¨¢lez. Grandes creadores homenajean en torno a la Ciudad Imperial el cuarto centenario de la muerte del pintor
"Creta le dio la vida, y los pinceles / Toledo, mejor patria donde empieza / a lograr con la muerte eternidades¡±. ?Cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa el bueno de fray Hortensio F¨¦lix Paravicino cuando dej¨® escritos estos versos dedicados a su amigo El Greco! Lo que no pod¨ªa imaginar el poeta y fraile trinitario, inmortalizado en uno de los retratos del pintor hacia 1609, es que el artista nacido en Creta en 1541 bajo el nombre Domenico Theotoc¨®poulos caer¨ªa en el olvido durante siglos y no ser¨ªa redescubierto hasta principios del XX para coronarse definitivamente en la historia como el primero del tr¨ªo de ases de la escuela espa?ola que completan Vel¨¢zquez y Goya. Afortunadamente, las eternidades de este paradigma del manierismo en su m¨¢xima expresi¨®n, punto de partida de algunas de las vanguardias pict¨®ricas del siglo XX, rey tanto de la vibrante libertad formal y la maestr¨ªa de la concepci¨®n anat¨®mica como de la divisi¨®n de opiniones en torno a sus obras, son dignas de magna conmemoraci¨®n cuatro siglos despu¨¦s de su muerte.
El reci¨¦n inaugurado 2014, que aspira a convertirse en A?o Greco por antonomasia, ha erigido Toledo, esa ¡°mejor patria¡± que seg¨²n Paravicino tuvo el pintor, en eje fundamental de las celebraciones. No en vano encontr¨® El Greco en la Ciudad Imperial su refugio, el lugar donde sus pinceladas fueron valoradas a pesar de que Felipe II le repudi¨® como artista principal de su corte. Fue en Toledo donde vivi¨® desde su llegada, procedente de Italia en 1577, hasta su muerte en 1614; donde tuvo un hijo de Jer¨®nima de las Cuevas, y donde emprendi¨® pleitos con sus clientes eclesi¨¢sticos por cuestiones relacionadas con el vil metal, aparte de combinar periodos de aprietos econ¨®micos con otros de desahogos que le permitieron ocupar una parte del palacio del Marqu¨¦s de Villena y fomentar la leyenda de que gustaba hacerse acompa?ar de m¨²sicos para amenizar sus almuerzos. Hasta el mism¨ªsimo Pacheco, maestro y suegro de Vel¨¢zquez, viaj¨® a Toledo para visitarle poco antes de su muerte como prueba de la influencia que su enigm¨¢tico nombre lleg¨® a tener en vida.
Embebidos por ese mismo influjo de eternidades quedaron entre mayo y octubre del a?o pasado los autores de las im¨¢genes que ilustran estas p¨¢ginas. Dej¨¢ndose llevar por el laberinto de callejuelas estrechas e irregulares del Toledo intramuros, entre adoquines y empedrados, iglesias, conventos y casas se?oriales, una docena de destacados artistas contempor¨¢neos dirigieron los objetivos de sus c¨¢maras hacia el presente de la ciudad que custodia las centenarias huellas de El Greco. Ese fue el reto que hab¨ªa planteado el proyecto Toledo contempor¨¢nea a creadores de miradas tan singulares como Philip-Lorca diCorcia, Vik Muniz, Shirin Neshat, Jos¨¦ Manuel Ballester y Dionisio Gonz¨¢lez, entre otros. El resultado de esta iniciativa, comisariada por Elena Ochoa Foster y coordinada por el equipo de Ivorypress, se ha convertido en una de las grandes exposiciones que forman parte de los fastos promovidos por la Fundaci¨®n El Greco 2014. Esta muestra se inaugura el pr¨®ximo 18 de febrero en la antigua iglesia de San Marcos de Toledo y cuenta con la colaboraci¨®n especial de la cineasta y fot¨®grafa israel¨ª Michal Rovner y el compositor y director teatral alem¨¢n Heiner Goebbels, quienes han concebido un altar contempor¨¢neo para el espacio expositivo de San Marcos. Como apunta Elena Ochoa Foster, aun partiendo de la premisa de absoluta libertad creativa a la hora de aproximarse a la realidad contempor¨¢nea de Toledo, casi todos los participantes en esta exposici¨®n cayeron bajo ¡°el enorme y determinante influjo de El Greco¡± en la ciudad.
Ante tal rendici¨®n da fe el premio Nacional de Fotograf¨ªa 2010, Jos¨¦ Manuel Ballester (Madrid, 1960), quien ha fundido para este proyecto sus propias visiones de Toledo con la obra del cretense en una suerte de nueva e impactante pintura fotogr¨¢fica inspirada en sus dram¨¢ticos y poderosos cielos. A punto de ver colgadas estas im¨¢genes en la iglesia toledana de San Marcos, Ballester afirma hoy que ¡°son precisamente esos cielos de El Greco que aparecen en algunos de sus lienzos m¨¢s relevantes los que muestran un dramatismo desgarrador y un car¨¢cter expresionista que se anticipa en varios siglos a las corrientes centroeuropeas del siglo XX¡±. Unos cielos que Ballester vislumbra ¡°plenos de agitaci¨®n, tensi¨®n e incluso ¨¦xtasis¡±.
Abelardo Morell se sinti¨® retratando Toledo "como si viajara en un cuadro de El Greco"
Como viaje de lo celestial a lo terrenal, y viceversa, podr¨ªa concebirse la participaci¨®n en la muestra del estadounidense Philip-Lorca diCorcia (Hartford, 1951), quien ha titulado Con almuerzo incluido su serie de ocho polaroids dispuestas en forma de cruz que en su parte m¨¢s alta muestra la cabeza de San Juan Bautista en bandeja de plata. Las siete polas restantes ofrecen visiones fantasmag¨®ricas de un Toledo envuelto en la espesura de las nubes, culminando en la parte inferior con una epifan¨ªa en forma de cielo completamente cubierto de nubarrones evocador de las pinceladas celestiales de los cuadros de El Greco y estableciendo un nexo entre el ayer y el hoy, lo terrenal y lo sublime de la ciudad tras un almuerzo que solo puede antojarse divino.
Y si DiCorcia y Ballester claman al cielo, el cubano de ascendencia catalana Abelardo Morell (La Habana, 1948), presente en las colecciones de medio centenar de grandes museos e instituciones, apunta, en cambio, hacia el suelo. Desde los empedrados del casco antiguo teje tapices fotogr¨¢ficos que tambi¨¦n abarcan los cielos toledanos. A tal fin mont¨® una tienda de campa?a en varios puntos del centro de la ciudad para dejar caer desde ella un periscopio que retrata una trama de capas surrealistas que deforman la realidad de manera encantadora, fundiendo arquitectura, fotograf¨ªa y pintura en un espacio inquietante e indeterminado entre el pasado y el presente. El resultado son im¨¢genes de c¨¢mara-tienda-de-campa?a con las que, seg¨²n explica Morell desde Nueva York, ha intentado ¡°establecer un di¨¢logo piedra sobre piedra, con la historia y el presente, con lo sagrado y lo profano¡±. Morell recuerda hoy que caminando por el casco antiguo toledano, donde comenz¨® a trabajar con su c¨¢mara-tienda nada m¨¢s llegar buscando los enclaves a retratar, se sinti¨® ¡°como si viajara dentro de uno de los cuadros de El Greco¡±, sobre quien no duda ¡°que am¨® Toledo¡±.
Del suelo de Morell a los cielos de DiCorcia y Ballester, pasando por las noches toledanas del italiano Massimo Vitali, el suizo Matthieu Gafsou y el japon¨¦s Rinko Kawauchi. O el amenazante abigarramiento urban¨ªstico que proponen en un Toledo imaginario las espectaculares panor¨¢micas de Dionisio Gonz¨¢lez (Gij¨®n, 1965), que en este caso abandonan sus habituales periferias para adentrarse intramuros y proponer una atm¨®sfera saturada en la que sobresalen iconos de la arquitectura moderna contempor¨¢nea que rompen la unidad decimon¨®nica de las construcciones del casco antiguo toledano. Dionisio Gonz¨¢lez argumenta que esos edificios incrustados en el centro hist¨®rico ¡°tienen en primer lugar la funci¨®n de provocar, y en segundo lugar nos advierten que la encrucijada de sostener ese Toledo patrimonial, esa ciudad museo, o ese supercentro, puede terminar convirti¨¦ndose en el verdadero simulacro¡±. Una urbe que, en todo caso, para este artista sigue demostrando que ¡°nunca ha habido una asociaci¨®n tan clara de un pintor a una localizaci¨®n, atravesamiento de la ciudad y el autor que se manifiesta, incluso hoy, especialmente cuando Toledo pierde el favor de la Corte y deja de ser ciudad imperial¡±.
Abigarrada es tambi¨¦n la propuesta del brasile?o Vik Muniz (S?o Paulo, 1961), que ha vuelto a mirar hacia el lienzo Vista de Toledo, rematado por El Greco entre 1597 y 1599, para alterarlo mediante un collage de incontables fotograf¨ªas que parecen viajar cuatro siglos en el tiempo e introducir el frenes¨ª de nuestros d¨ªas en tan magna obra maestra del pintor abriendo paso a los lados ocultos de la ciudad tras la superficie. Como ocultos son los patios del casco antiguo toledano retratados a bordo de un helic¨®ptero por el estadounidense David Maisel (Nueva York, 1961). Desde las alturas apunt¨® Maisel su objetivo hacia las angostas callejuelas y los patios secretos del casco antiguo. Los misterios de la Ciudad Imperial desde el aire, al descubierto en piezas abstractas de un puzle tan sugerente como la piedra rojiza de sus casonas y palacetes.
Solo tres de cada diez visitantes de Toledo vienen buscando las huellas de El Greco en la ciudad
La iran¨ª Shirin Neshat (1957), fot¨®grafa que acostumbra a emplear el cuerpo humano como campo de juego emocional, ha optado por dialogar con iconos pict¨®ricos de El Greco, retratando a hombres y mujeres que aparecen sugiriendo la verticalidad y el peso ingr¨¢vido de las figuras de los cuadros del artista. As¨ª otorga a una mujer de supuesto origen iran¨ª la impronta de la Dama con armi?o, retrato envuelto en la pol¨¦mica en torno a su autor¨ªa, pues muchos historiadores la atribuyen a Sofonisba Anguissola (1535/40-1625). ¡°Durante los ¨²ltimos a?os, mis retratos se han centrado en c¨®mo los movimientos corporales sencillos, incluyendo la mirada y las expresiones de las manos y de la cara de los personajes, transmiten su estado emocional y psicol¨®gico¡±, explica Shirin Neshat en unas l¨ªneas que ha enviado a la editorial Ivorypress, cuyo pr¨®ximo n¨²mero de C Photo que se publica en febrero est¨¢ dedicado a Toledo contempor¨¢nea. ¡°Este enfoque¡±, prosigue la iran¨ª, ¡°ha estado especialmente ligado a mi formaci¨®n religiosa y cultural, en la que el cuerpo femenino y su sexualidad son temas tab¨². Cada vez siento m¨¢s fascinaci¨®n por El Greco y su obsesi¨®n con el uso de las manos, rompiendo intencionadamente la anatom¨ªa humana y exagerando su tama?o para puntualizar y capturar el fervor religioso y espiritual del cristianismo. Para este proyecto he realizado una serie de retratos que est¨¢n directamente inspirados por El Greco, que hacen referencia a sus pinturas religiosas con los rostros de hombres y mujeres musulmanes contempor¨¢neos¡±.
Son solo algunas de las miradas fotogr¨¢ficas que conversar¨¢n con las eternidades del cretense a partir del 18 de febrero en la antigua iglesia de San Marcos de Toledo. Una m¨¢s de las decenas de iniciativas con las que la Fundaci¨®n El Greco 2014 reivindica las monumentales huellas toledanas del artista y aspira a cambiar el rumbo de las hordas de turistas que transitan la urbe castellano-manchega, pues, seg¨²n estimaciones de esta instituci¨®n, solo tres de cada diez visitantes llegan dispuestos a seguir el rastro de El Greco en la Ciudad Imperial, presente en enclaves como la catedral, el Museo de Santa Cruz, el convento de Santo Domingo el Antiguo, el hospital de Tavera, el Museo de El Greco y la iglesia de Santo Tom¨¦, que custodia El entierro del Conde de Orgaz, entre otros lugares claves de peregrinaci¨®n.
Hasta aqu¨ª lleg¨® con sus pinceles a la edad de 36 a?os. Dispuesto a trascender su propia vida. Lo logr¨® a base del misterio de la luz de sus lienzos y otros enigmas que se llev¨® a su lecho de muerte toledano. ¡°?Por qu¨¦ a Espa?a? Como suele ocurrir con El Greco, lo desconocemos¡±, escribi¨® al respecto Aldous Huxley en su breve ensayo Variations on El Greco, traducido al espa?ol en Las agallas de El Greco (Casimiro Libros). ¡°Y cuando, algunos a?os despu¨¦s, durante un pleito se le pregunt¨® esto mismo, rehus¨® contestar¡±, concluye flem¨¢tico Huxley. ¡°Indudablemente entend¨ªa que cada cual hab¨ªa de ocuparse de sus propios asuntos¡±.
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