Tijuana binacional
El paso fronterizo de San Ysidro es un h¨ªbrido de cacharrer¨ªa y cementerio de elefantes
Solo a alguien de rabioso humor negro se le pudo ocurrir el eslogan ¡°Tijuana: ciudad sin fronteras¡±. El paso fronterizo de San Ysidro, el m¨¢s transitado del mundo, es un atolladero ya a las cinco de la ma?ana. Aqu¨ª prima el metal, el armatoste: enormes c¨¢maras de seguridad, se?ales de tr¨¢fico, sem¨¢foros, abstractas estructuras para regular el tr¨¢fico. Estamos en un carril especial de urgencias m¨¦dicas, pero los cuatro coches que hay delante del nuestro no tienen aspecto de ambulancia. Un vendedor, desdibujado por el di¨®xido de carbono, nos ofrece ¡°burritos, sodas, caf¨¦, aguas¡¡±. Este lugar es un h¨ªbrido de cacharrer¨ªa y cementerio de elefantes. Al fin los veh¨ªculos comienzan a moverse, encarril¨¢ndose hacia la primera zona de inspecci¨®n. Lento amanecer. Esos centenares de coches, camionetas y todoterrenos esperar¨¢n al menos una hora m¨¢s que nosotros. Al final del t¨²nel se adivinan los agentes de migraci¨®n. Alguien de la Feria del Libro de Tijuana conoc¨ªa a alguien que a su vez conoc¨ªa a alguien que nos hizo ese pase especial que el conductor muestra en este preciso momento al polic¨ªa, quien da su OK, nos dice que pasemos y en poco menos de media hora ya estamos al otro lado.
¡°El otro lado¡±, el ¡°Norte¡±, las fronteras cultivan sus propias palabras, entre dos aguas, en el ir y venir de la migraci¨®n: el polic¨ªa es el ¡°migra¡±, el gu¨ªa de ilegales es el ¡°coyote¡±, los trabajadores manuales son ¡°braceros¡± (por una ley yanqui que ya nadie recuerda). El vocabulario se expande y muta a trav¨¦s de esos 3.152 kil¨®metros de frontera, trazados a mediados del siglo XIX, que unen dos oc¨¦anos. En este extremo la palabra clave es ¡°binacional¡±. Cultura binacional, regi¨®n binacional, convenios binacionales. Hace unos d¨ªas se firm¨® uno entre la Secretar¨ªa de Salud de la Baja California y el Sharp Hospital de San Diego para colaborar, mediante videoconferencias, en la detecci¨®n del c¨¢ncer de mama. Es un adjetivo que se utiliza sobre todo en cooperaci¨®n, premios culturales, ecolog¨ªa y becas de estudio, pero en el fondo ¨Ccomo todo¨C es una coartada econ¨®mica.
Sin la existencia de esa supuesta regi¨®n, atravesada por un muro que se hunde en el mar, ser¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil justificar las obras del verano pasado: 25 carriles en total hacia EE UU y cinco nuevos en sentido M¨¦xico. Cuando yo lo utilic¨¦, aquel carril r¨¢pido era solo para ¡°turismo m¨¦dico¡±; ahora se ha ampliado a todo tipo de turismo: el Pase R¨¢pido lo expide el hotel en que se aloja el turista norteamericano, para asegurarle que podr¨¢ regresar a casa sin las molestias del cruce. Tambi¨¦n existen otras f¨®rmulas de agilidad fronteriza, como la l¨ªnea SENTRI o la Ready Lane. Seg¨²n los alcaldes de San Diego y Tijuana, el ¡°deficiente¡± cruce fronterizo que las separa ¨Cen vez de unirlas¨C provoca p¨¦rdidas anuales de entre 6.000 y 8.000 millones de d¨®lares. Muro infame, muro binacional.
En ese contexto, un grupo de inversores de ambos pa¨ªses ha ideado la construcci¨®n de una pasarela privada de unos 150 metros de longitud que, por menos de 20 d¨®lares, permita a un pasajero facturar su equipaje en San Diego y acceder a las terminales del aeropuerto de Tijuana. La iniciativa tambi¨¦n contempla la construcci¨®n de una estructura en el lado estadounidense que albergar¨¢ tiendas, restaurantes y la Oficina de Aduanas y Protecci¨®n de Fronteras de EE UU. Solo a otro genio rabioso del humor negro se le pudo haber ocurrido el nombre de la terminal: ¡°Puerta de las Californias¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.