Faltan soluciones

El encuentro entre la comisaria de Interior de la UE, Cecilia Malmstr?m, y el ministro espa?ol del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, sugiere impotencia y deseo de repartir culpas en torno a la tragedia del 6 de febrero en Ceuta y evoca adem¨¢s, por extensi¨®n, el desbordamiento de la frontera melillense durante los ¨²ltimos d¨ªas. Fern¨¢ndez D¨ªaz ha transmitido el malestar del Gobierno de Rajoy a la comisaria por haber sugerido que la causa de la tragedia fue el uso de medios antidisturbios. El Gobierno ha prohibido volver a utilizarlos, al tiempo que exige 45 millones de euros para reforzar los per¨ªmetros fronterizos. Malmstr?m, que niega haber acusado a nadie de lo sucedido, mantiene su petici¨®n de explicaciones y se declara atenta al esclarecimiento judicial de la tragedia.

Una vez m¨¢s, el problema migratorio pilla a las instituciones europeas en la incomodidad de no saber qu¨¦ hacer. Y no solo porque la UE se encuentre ahora volcada en el golpe de fuerza de Vlad¨ªmir Putin en Crimea. Ya se vio la misma actitud dilatoria tras la tragedia de Lampedusa, cuando 387 personas perdieron la vida en el naufragio del barco que les transportaba y casi 800 m¨¢s fueron rescatadas en las semanas siguientes frente a las costas de Sicilia, en octubre pasado. Era una emergencia, que el Consejo de la UE aplaz¨® encargando unos estudios. Llega ahora la tragedia de Ceuta, seguida de un pico de saltos en las verjas fronterizas de Melilla, pero ni la Comisi¨®n ni el Consejo de Ministros del Interior de la UE emiten se?ales claras de soluci¨®n.

La acumulaci¨®n de emergencias (refugiados, inmigrantes econ¨®micos) demuestra que el problema es estructural, si bien no se observa voluntad de abordarlo a fondo. La pol¨ªtica comunitaria parece limitarse a intentar acuerdos con las autoridades de pa¨ªses de los que procede la riada humana, para que contengan el tr¨¢nsito de inmigrantes hacia Europa: en esa l¨ªnea, acaba de anunciarse un acuerdo entre T¨²nez y la UE, similar al llevado a cabo anteriormente entre la UE y Marruecos.

La inestabilidad en ?frica y en Oriente Pr¨®ximo se suma a la evidencia de que estos pa¨ªses no pueden proporcionar a su juventud la posibilidad de aproximarse ¡ªni de lejos¡ª al nivel de vida europeo, lo cual impulsar¨¢ incesantemente el deseo de emigrar. Pero tampoco la propia UE est¨¢ libre del riesgo de acosarse con sus propias migraciones internas, que son el elemento de ajuste que les queda a las econom¨ªas del sur de Europa si las del norte insisten en mantener muy alta su actividad exportadora y demasiado bajo su consumo interno; y dejando que ese sur lidie con sus dificultades econ¨®micas y las dificultades fronterizas. A su vez, la proximidad de las elecciones a escala de la UE excita a los que pregonan que ya no cabe nadie m¨¢s y que hay que cerrarse. Un c¨®ctel explosivo, manipulable por los que buscan pol¨ªticas cada vez m¨¢s restrictivas y xen¨®fobas.