Los jubilados se dan a la droga
Un anciano decidi¨® animar una de las merendolas de 'jubiletas' habituales en un bar del pueblo preparando una especie de happy pizza a la mallorquina. Tres acabaron en el centro de salud
?Qu¨¦ le pasa a la gente con la marihuana? Que alguien me explique por qu¨¦ le ha dado a todo quisqui por com¨¦rsela. Porque lo de siempre, lo cat¨®lico-apost¨®lico, ha sido fum¨¢rsela. Quiz¨¢ inducidos por la locura de Adri¨¤, Chicote, MasterChef Junior o vaya usted a saber qui¨¦n, hemos decidido que lo guay es combinar cegatones y gastronom¨ªa. As¨ª, a lo loco.
Hace tres semanas, 11 universitarios de Madrid se tomaron un pastel con cannabis. No respetaron una norma b¨¢sica de la reposter¨ªa ¡ªla exactitud en las cantidades¡ª y acabaron todos en el hospital. Uno de ellos, en coma. Aunque, por suerte, la cosa no fue a mayores y no asistimos a una versi¨®n f¨²nebre de Deja sitio para el postre, convendr¨ªa recordar a nuestra muchachada que la mar¨ªa no es precisamente el perejil de Argui?ano.
Esta noticia no debi¨® de llegar a Art¨¤, pueblo mallorqu¨ªn de unos 7.500 habitantes en el que algunos jubilados no juegan a la petanca, ni miran las obras, ni ven Qu¨¦ tiempo tan feliz, sino que se dedican a hacer cosas impropias de su edad como endrogarse. Seg¨²n contaba el Diario de Mallorca en una maravillosa cr¨®nica merecedora de un Pulitzer, un anciano decidi¨® animar una de las merendolas de jubiletas habituales en un bar del pueblo preparando una especie de happy pizza a la mallorquina. Pic¨® unos cogollitos sobre la coca como quien pone romero y se la sirvi¨® al resto de sus amigos, que al poco de ingerirla empezaron a sufrir ¡ªo a gozar, depende de c¨®mo se mire¡ª los efectos.
Uno se fue al campo y pas¨® la ma?ana viendo c¨®mo las nubes se le echaban encima; otro intent¨® subir las escaleras de su casa y se le empezaron a aparecer cuadros, y a otro se lo encontraron en una escena muy quijotesca, abrazado a una higuera diciendo que estaba rodeado por un inexistente reba?o de ovejas. Tres m¨¢s acabaron siendo atendidos en el centro de salud de la localidad.
Por lo visto, algunos eran perfectamente conscientes de lo que hac¨ªan cuando comieron la coca, y no era la primera vez que se abr¨ªan las puertas de la percepci¨®n con este mismo procedimiento. Lo que no entiendo muy bien es que la Guardia Civil haya decidido imputar a los dos m¨¢ximos responsables de la maricoca: el anciano de 78 a?os que la prepar¨® y el colega de 67 que le pas¨® la mandanga. Sin que ninguno de los afectados haya presentado denuncia, solo por ¡°atentado a la salud p¨²blica¡±. De acuerdo, fueron unos imprudentes, ?pero es de recibo perseguir con tanta sa?a a unos abueletes que solo intentaban acceder a otra realidad?
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