Las malas madres se reivindican
Tienen hijos y quieren ser ellas mismas. Prefieren no fingir la maternidad perfecta y confesar lo mucho que cansa y c¨®mo se equivocan.
Alejandra Da Cunha se preocup¨® mucho cuando su hijo le dijo que ve¨ªa ¡°las l¨ªneas torcidas¡±. Pidi¨® el d¨ªa libre en el trabajo para ir a la consulta del oftalm¨®logo, la situaci¨®n no pod¨ªa esperar. El especialista, despu¨¦s de examinar detenidamente al peque?o, dictamin¨®: ¡°El ni?o no tiene problemas de visi¨®n, pero s¨ª el flequillo demasiado largo, se?ora¡ ?igual deber¨ªa llevarlo al peluquero y no al m¨¦dico! Alejandra sali¨® disparada de la consulta al centro de est¨¦tica. Esa misma noche solicit¨® su entrada en el Club de Malas Madres. All¨ª la recibieron entre v¨ªtores, aplausos y carcajadas.
Las Malas Madres se definen como un lobby de presi¨®n ¡°con mucho sue?o, poco tiempo libre, alergia a la ?o?er¨ªa y ganas de cambiar el mundo o, al menos, de morir en el intento¡±. ¡°Para m¨ª fue liberador contarlo en el club, el entorno es dif¨ªcil para una madre, cuenta Alejandra, que est¨¢ en un grupo de WhatsApp de madres del cole donde se compite m¨¢s que en los deportes de ¨¦lite.
¡°Queremos ser madres, pero tambi¨¦n mujeres. Estamos hartas de que nos etiqueten como progenitoras: teta o biber¨®n, adictas o contrarias al m¨¦todo Estivill, crianza con apego o todo lo contrario¡ no hay matices. Venimos a reivindicar que seguimos siendo mujeres y no somos perfectas, ni superwomans, y que, adem¨¢s, no nos conviene nada tener superpoderes¡±. Quien as¨ª habla es Laura Baena, que fund¨® el club hace cuatro meses y que admite tener ¡°pensamientos impuros de mala madre¡±, como aquel que clama por la existencia de campamentos de verano, de oto?o, de invierno¡ ¡°?Queremos echaros de menos, hijos!¡±.
En las bases fundacionales del club se reconoce que detr¨¢s de una #malamadre (usan esta etiqueta en las redes sociales) hay un #buenpadre ¡°que cocina mal, pero lo intenta, (¡) y que por las noches es sordo como una tapia¡±, una #buenaabuela ¡°que lo critica todo, pero con amor¡±. Unos #buenos hijos ¡°con pilas inagotables que mandan sobre todas las cosas¡±. Y ¡°una sociedad que te mira de reojo porque no cumples las normas, tienes metas en la vida y planes en los que no entran tus hijos¡±. Se da por sentado que siempre van a hacer ¡°lo mejor¡± por ellos, ¡°que han venido a cambiarnos las vidas y a darnos de cara con una realidad que pens¨¢bamos ser¨ªa m¨¢s llevadera, pero no queremos olvidarnos de nosotras. Y venimos a quitarnos los complejos, a re¨ªrnos de nosotras mismas, a reconocer que no llegamos a todo, que so?amos con descansar los lunes y que tiramos de comida basura cuando la tarde se tuerce (¡)¡±. Para acreditar ser miembro del club se ha creado la insignia ¡°Soy mala madre¡±, un distintivo que ya lucen con orgullo m¨¢s de 60 bit¨¢coras de la blogosfera patria. ¡°Es terap¨¦utico, hay que reconocer que el concepto de #malamadre es emp¨¢tico¡±, comenta Laura Baena.
La cuenta de Twitter del club crece a raz¨®n de 100 seguidores diarios con ganas de contar sus penurias cotidianas, y que hablan desde la experiencia y la sabidur¨ªa: ¡°Es un hecho demostrado que cuantos m¨¢s hijos tienes, m¨¢s #malamadre te vuelves¡±, dice una que se hace llamar @trimadre30. Otra que se identifica como @miscosasyyo cuenta: ¡°Llego a casa a las 20.45, y le digo a mi marido: ¡®?Es que no han cenado los peques?¡¯. Y me dice: ¡®Nooo, ap¨²ntame al club ese de Malas Madres, pero en padres¡±.
Rebeca y Rafa hablan de s¨ª mismos como de frikis, que aman los c¨®mics y devoran libros, pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n y videojuegos. Al menos as¨ª era hasta que lleg¨® Sof¨ªa, una ni?a maravillosa que les daba la noche todos los d¨ªas. ¡°Para amenizar las madrugadas empezamos a buscar algo que leer en Internet, pero solo encontr¨¢bamos sitios donde se hablaba de la lactancia como de un sacerdocio, y eso nos estresaba m¨¢s, hasta que una amiga nos recomend¨® el blog Mi gremlin no me come y nos cambi¨® la vida. Conseguimos quitarle hierro al asunto¡±, recuerda Rebeca. Mi gremlin no me come se presentaba (su autora se despidi¨® de su audiencia en noviembre de 2013) como ¡°el blog medio serio de la madre gremlin¡±. All¨ª, las risas estaban garantizadas. Una madre le dec¨ªa a otra embarazada de ¡°un protoser de 18 semanas¡±: ¡°Estoy convencida de que acabar¨¢s institucionalizada si sigues debati¨¦ndote entre llamar a tu hijo Ca¨ªn, T¨ªbet, Ir¨¢n o Ned Stark¡±. Rebeca y Rafa estaban tan encantados con aquellas lecturas, que acabaron abriendo su propio blog: Padres frikerizos. Frikis y primerizos. ?l, inform¨¢tico; ella, ingeniera de telecomunicaciones, son padres, pero quieren seguir siendo geeks. La ¨²nica f¨®rmula que se lo ha permitido es su blog que recibe cerca de 10.000 visitas por mes.
La blogosfera anglosajona lleva varios a?os llena de malas madres. El blog Her Bad Mother estuvo entre los 25 m¨¢s influyentes de 2012 seg¨²n la revista TIME, el libro Scary Mommy con su ¡°mirada honesta y de conmiseraci¨®n ¡± hacia la maternidad fue n¨²mero uno en la lista de libros m¨¢s vendidos de The New York Times, tambi¨¦n con un blog y mucha vida en las redes sociales. Tambi¨¦n son muy exitosos NinjaMonDiaries.com (El diario de la Madre Ninja) y Motherhood Uncensored (Maternidad sin censura, tambi¨¦n con un libro hom¨®nimo). Todos abrazan el siguiente mantra: ¡°Nunca habr¨¢s tenido un jefe m¨¢s desconsiderado que tu hijo¡±.
Las malas madres, las nuestras y las del resto del mundo son la reacci¨®n a lo que se ha dado en llamar el New Momism, una corriente que algunos enmarcan en el posfeminismo y que describe la maternidad como ¡°una competencia¡± y como ¡°la cosa m¨¢s importante que puede hacer una mujer¡±. Seg¨²n el diario The New York Times, ha sido empleada como ¡°una estrategia pol¨ªtica inteligente¡± para captar el voto de las mujeres a un lado y otro del espectro pol¨ªtico estadounidense. Desde Sarah Palin hasta Michelle Obama? han ca¨ªdo en la tentaci¨®n de presentarse como la Grizzly Mom, la mama osa protectora y perfecta. Las defensoras del New Momism tienen un ¡°ideal altamente rom¨¢ntico de la maternidad y aseguran que ¡°el cerebro de la madre es genial y superior¡±, una tesis que defiende la periodista Katherine Ellison en su libro La inteligencia Maternal. C¨®mo la maternidad nos hace m¨¢s inteligentes (Destino).
Catherine Connors, la autora del blog Her Bad Mother es la madre iconoclasta de la blogosfera anglosajona. En una conferencia en San Francisco cont¨® que hab¨ªa sufrido depresi¨®n post parto con su primer hijo? y que el blog la ayud¨® a resistir la presi¨®n social de ser una madre perfecta. ¡°Mis hijos no comen comida org¨¢nica y probablemente ven demasiadas horas de televisi¨®n¡±. En su caso ejercer de #mala madre se ha convertido en una profesi¨®n que le permite dar conferencias por el mundo y la obliga a negociar contratos con marcas y patrocinadores. Ya gana m¨¢s que con su trabajo a tiempo parcial de profesora de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Toronto. ¡°Me estren¨¦ como madre creyendo que ser¨ªa estelar, una madre alfa con m¨²ltiples lenguajes para comunicarme con mis hijos ¡ pero la realidad es que casi siempre estoy demasiado cansada para conseguirlo¡±, cont¨® en su conferencia ante un p¨²blico entregado, presumimos que de otras #malas madres.
Laura Baena esperaba hacer m¨¢s enemigos con el Club de Malas Madres. ¡°Cre¨ªa que una postura radical: ¡°Soy mala madre, ?y qu¨¦?¡± se vendr¨ªa en mi contra, pero no ha sucedido. Jugamos con la idea de un club secreto, clandestino, como el que fundaban las mujeres que fumaban a escondidas en los a?os 20¡±, dice. En el colmo de la transgresi¨®n el Club de Malas Madres no acepta el patrocinio de marcas de ropa o de comida infantil, que solo las vean como madres y no como mujeres. ¡°Hablamos en lenguaje aspiracional, nos gustan las cosas bonitas a pesar de ser madres¡±. La declaraci¨®n de principios queda muy clara en su manifiesto: ¡°No matamos por una lata de at¨²n pero s¨ª por un bolso de Chanel¡±.
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