Rub¨¦n Blades: ¡°Estoy pensando un programa presidencial para Panam¨¢¡±
No solo ha sido para la m¨²sica latina el creador de ¡®Pedro Navaja¡¯. M¨¢s bien representa la figura del hombre que revolucion¨® la salsa y apunt¨® alto con ella Su historia es la de un reto y un ¨¦xito cambiante. De emigrante paname?o acab¨® en el mundo del espect¨¢culo, pero tambi¨¦n en la ¨¦lite de Harvard, donde ahora se est¨¢ organizando su archivo No se detendr¨¢ ah¨ª. Pas¨® por la pol¨ªtica como ministro en su pa¨ªs. Hoy quiere configurar un programa con el que presentarse a presidente en 2019
El c¨®ctel que prepar¨® Rub¨¦n Blades cambi¨® la m¨²sica latina para siempre. No solo revolucion¨® la salsa con su mensaje radicalmente social ¨Cinfluido por la nueva trova cubana o por Joan Manuel Serrat¨C, sino que otorg¨® una profunda y ambiciosa identidad a la creaci¨®n de quienes deseaban caminar por esa senda. As¨ª es como despu¨¦s, aparte de ser un reconocido maestro en su g¨¦nero, han querido trabajar con ¨¦l artistas de diferentes estilos. Del pop al flamenco, de Bob Dylan, Sting, Paul Simon y Lou Reed a Paco de Luc¨ªa, con quien dej¨® un proyecto de boleros sin terminar, Blades se ha prestado con gusto a las colaboraciones y a los retos del mestizaje. Pero tambi¨¦n a la pol¨ªtica. Licenciado en Derecho y con una Maestr¨ªa por la Universidad de Harvard, donde quedar¨¢ su archivo personal, este creador fiero y convulso, actor y tambi¨¦n poeta, no renuncia al sue?o de cambiar su pa¨ªs. 2016 ser¨¢ el a?o de su despedida en gira, pero el comienzo de otra aventura, nos cuenta en un caf¨¦ de Nueva York. La carrera presidencial en Panam¨¢. Porque Rub¨¦n Blades quiere empezar a elaborar un programa de Gobierno con que presentarse a las elecciones de 2019.
Supongo que el conflicto entre la empresa Sacyr y el Canal de Panam¨¢ no impedir¨¢ que usted y yo conversemos amigablemente. No, en absoluto, eso son problemas que afectan a la imagen de las empresas, pero no he percibido ning¨²n sentimiento antiespa?ol en mi pa¨ªs. Todo lo contrario. De todas formas, no he estado muy al tanto del conflicto. Espero que resuelva sin m¨¢s tensiones.
?Entre qu¨¦ lugares reparte ahora su vida? Yo trabajo por etapas en distintas actividades, pero me encanta no hacer nada porque as¨ª me dedico a muchas cosas: caminar, leer, ir al cine, revisar mis c¨®mics y mis soldados, organizar, catalogar y cuando tengo que escribir, escribo, pero eso nunca lo vi como un trabajo.
?Qu¨¦ es el trabajo para usted, entonces? Salir de gira, pero yo divido mi tiempo. Acabo de terminar una pel¨ªcula con Edgar Ram¨ªrez y Robert De Niro. Nos tom¨® dos meses. Ahora le estoy dando la vuelta a un libro de poemas, pero todav¨ªa no s¨¦, estoy ley¨¦ndolo a ver si me captura la mentira.
?Qu¨¦ quiere decir? Pues que si no lo siento, no lo saco. Son impresiones de la calle.
?Qu¨¦ si no eso es Pedro Navaja? ?Un gran travelling callejero? Eso acab¨® con los v¨ªdeos. Por eso no me gustan a m¨ª, te limitan, te coartan. Pedro Navaja puede ser chino, puede ser negro, alto, chocolate, ind¨ªgena, gordo, flaco, ?t¨² sabes? La gente me mandaba dibujos de ¨¦l y cada cual lo ve¨ªa como quer¨ªa.
?Es usted de esos artistas que han acabado cansados de un ¨¦xito tan enorme como el de su canci¨®n? No, aunque yo nunca pens¨¦ que lo fuera a tener as¨ª. A m¨ª me gusta contar historias, y siempre el p¨²blico es nuevo. Estoy feliz de que la gente lo siga escuchando. Que al menos haya eso por otros medios, porque de los discos, nada.
?Se ha acabado ese mundo? S¨ª, completamente. En el futuro, las antiguas producciones ser¨¢n meras publicidades y la gente ir¨¢ a ver shows. A menos que encuentren la forma de evitar la copia, que creo que la tienen, pero no lo ponen en pr¨¢ctica.
¡°En el futuro, las antiguas producciones ser¨¢n publicidades¡±
?Quiz¨¢s porque a las compa?¨ªas de telefon¨ªa, comunicaciones y electr¨®nica no les interesa dejar de vender velocidad de transmisi¨®n y aparatitos para el pirateo? ?Claro! Es un negocio redondo para ellos. Yo trabajo para pagar mis deudas.
Ah, pero, ?tiene deudas? ?De qu¨¦ tipo? Pr¨¦stamos. Estuve cinco a?os sin trabajar, fui ministro en mi pa¨ªs.
?Y la m¨²sica no le rentaba? No.
?Ni siquiera el hecho de que su primer disco en 1969 llegara a vender 25 millones de copias? Vaya usted por ah¨ª y ent¨¦rese de d¨®nde est¨¢ esa plata. Preg¨²ntele a Willie Col¨®n. Gan¨¦ 500 o 1.000 d¨®lares de seis canciones que compuse en el primer disco.
?As¨ª que entonces tampoco el negocio era boyante? No. Pero ni a nosotros ni a los artistas de Motown o a Elvis Presley, eso siempre fue un problema, pero ahora es peor. Yo trabajo solo desde hace tiempo. El disco lo pongo yo en la calle con un distribuidor independiente, los sellos no quieren saber de eso, a ellos no les interesa la puesta en el mercado, les interesan los m¨¢steres. Yo los estoy regrabando todos para adue?arme de ellos.
?Tan mal acab¨® con Willie Col¨®n? El trabajo siempre fue bueno, pero ¨¦l me demand¨® en los tribunales por una percepci¨®n suya de que yo, de alguna forma, era responsable de un dinero que se hab¨ªan hurtado en la compa?¨ªa que nos represent¨® para un concierto en Puerto Rico. Luego lleg¨® a un arreglo judicial con una persona de los directivos de aquella empresa que se qued¨® con el dinero. El juez conden¨® a la empresa a pagarme a m¨ª, pero ese dinero nunca lleg¨®, se arregl¨® con ellos por su parte y me retir¨® a m¨ª la demanda.
?Se hablan? No, no me interesa, aunque para ambos aquello no tiene importancia. El trabajo que hicimos quedar¨¢.
Rub¨¦n Blades
(Ciudad de Panam¨¢, 1948) naci¨® en un entorno que le marcar¨ªa profundamente. Sus padres, igual que ¨¦l, estaban implicados en causas pol¨ªticas. De hecho a su padre le expulsaron del pa¨ªs, acusado de conspirar contra el dictador Noriega. Pero, adem¨¢s de revolucionar la salsa con una variante social y comprometida, fue el primer miembro de su familia en licenciarse en la universidad como experto en Derecho. Su carrera comenz¨® a finales de los sesenta con Los Salvajes del Ritmo y sigui¨®, entre otros, con Son del Solar y Willie Col¨®n, junto a quienes ha reunido una discograf¨ªa de m¨¢s de 50 t¨ªtulos. En el cine tambi¨¦n ha desempe?ado su papel lo mismo que en la pol¨ªtica como l¨ªder del Movimiento Pap¨¢ Egor¨®. El 25 de abril comienza en el sur del norte (Nueva Orleans, EE UU) una gira que acabar¨¢ m¨¢s al sur del sur? (C¨®rdoba, Argentina) el 9 de mayo recalando tambi¨¦n en Chile e Uruguay.
?Qu¨¦ ha sido Rub¨¦n Blades para la historia de la m¨²sica latina? Nada. No s¨¦.
?Un artista que supo en un momento crucial, cuando se impon¨ªa el eclecticismo, lograr un modo de expresi¨®n que impact¨® por lo social y as¨ª revolucionar la salsa? Es que a m¨ª todo me ha resultado muy extra?o. Uno cuenta historias en el contexto de la m¨²sica popular. A la gente le fascina la m¨²sica popular. La diferencia es que proviniendo de ese ¨¢mbito yo hab¨ªa ido a la escuela, hab¨ªa le¨ªdo mucho, ten¨ªa pretensiones literarias, ve¨ªa las cosas distintas y pod¨ªa encontrar el argumento tras lo obvio. Utilizarlo, integrarlo y darle la vuelta al asunto. Musicalmente cont¨¦ con la dicha de tener a Brasil de mi lado tambi¨¦n y escuchar las Big Band, por ejemplo. Se me ocurr¨ªan muchas ideas en t¨¦rminos mel¨®dicos, pero b¨¢sicamente era un escritor.
Una mezcla explosiva. Est¨¢s en el barrio viendo y viviendo cosas. La gran decisi¨®n fue decidir escribir sobre temas que eran de inter¨¦s y no se tocaban porque los responsables de las compa?¨ªas indicaban qu¨¦ deb¨ªamos hacer. Los creadores compon¨ªan bajo esa condici¨®n pensando que la gente no iba a entender cosas, y yo me puse en contra de todo eso porque siempre me pon¨ªa en el lugar del p¨²blico sin sentirme superior a nadie. Si me interesaba a m¨ª, ?por qu¨¦ no al resto?
?Pero esa ceguera la manten¨ªan en el norte o en el sur? En todas partes.
Me extra?a que lo creyeran en el sur porque de los lugares donde sale el tango, el bolero, el corrido, con ese sentido po¨¦tico en sus letras, esa enjundia, daba mil vueltas a las muy recurrentes simplezas del norte. Pero no ocurr¨ªa en la salsa.
Aun as¨ª, el p¨²blico latino deb¨ªa estar muy predispuesto a conjugar ambas cosas. As¨ª lo ve¨ªa yo, pero no las empresas de discos.
?Qu¨¦ tipo de cerebros las llevaban? No s¨¦.
S¨ª sabe. Cada cual opina de lo que entiende, y ellos vend¨ªan por repetici¨®n, no se arriesgaban e impon¨ªan axiomas como que a la gente no le interesaba la pol¨ªtica en la m¨²sica. No causar problemas. No imaginaban que ciertas canciones podr¨ªan tener ¨¦xito. Cuando Siembra se plantea, los disc jockeys de Nueva York pensaban que era el peor disco posible.
Y al comprobar el ¨¦xito, ?c¨®mo reaccionaron? Con estupefacci¨®n y con zozobra. Aquello les representaba un cambio que no sab¨ªan afrontar y encima les quitaba la raz¨®n. Se plantearon c¨®mo era posible que no lo hubiesen previsto, y eso fue lo que les provoc¨® zozobra, incluso la necesidad de negar el ¨¦xito. Result¨® muy desconcertante.
?Tan marginal era? S¨ª y no. Los m¨²sicos ni ¨¦ramos conscientes de lo que est¨¢bamos provocando. Yo me di cuenta de que Siembra es un ¨¦xito cuando fui a Venezuela. No sab¨ªa que lo tuviera. La compa?¨ªa lo ocultaba.
?Quiz¨¢ Estados Unidos y ustedes dentro estaban demasiado encerrados en s¨ª mismos? Creo que exist¨ªa el sentimiento de que lo que hac¨ªamos no era importante. Que toc¨¢bamos para que la gente se divirtiera y ya. Yo lo que sab¨ªa era que la gente pod¨ªa reflexionar sobre cosas sin que se les pegara en la cabeza ideol¨®gicamente, ni que se les estuviera panfleteando, ni adoctrinando dentro de una clave de baile, puramente, pero con historias de la vida com¨²n. Yo supe que era factible, que se pod¨ªa hacer y lo hicimos. Como Chico Buarque en Brasil, Silvio Rodr¨ªguez en Cuba, Serrat, sobre todo Serrat, en Espa?a, y con un argumento mucho m¨¢s po¨¦tico.
"Fui a Harvard para que mi mam¨¢ me viera graduarme. All¨ª me hacen hoy un archivo¡±
Pero con el mismo veh¨ªculo. En el caso de Serrat, muy pegado por ejemplo a la copla. Cierto. Aunque tambi¨¦n tuvimos nuestros rechazos, como Agua de luna, donde yo me puse mucho m¨¢s metaf¨®rico. El trabajo lo discut¨ªa yo con Garc¨ªa M¨¢rquez, que no es de hablar mucho, s¨ª m¨¢s bien de escuchar. Yo le hab¨ªa dicho: Gabriel, mira c¨®mo es esta cosa. Voy a escribir un cuento corto y, ese cuento, se lo van a aprender de memoria miles de personas. Por lo tanto, lo que le pido es que lo escuche y me diga si es o no literatura. Entre otras cosas, tom¨¦ 10 relatos suyos, los hice m¨ªos, compuse con lo que yo sent¨ªa tras leerlos y los convert¨ª en canciones. A ¨¦l le gust¨®. Pero fue el disco que m¨¢s insultos, cr¨ªticas y ataques me ha valido nunca. En vez de Agua de luna, alguno titul¨® su comentario ¡°agua en el cerebro¡±. Eso me molest¨® y contest¨¦: ¡°?Por qu¨¦ no le dicen mejor hidrocefalia!¡±.
El ¨¦xito le lleg¨® antes de estudiar en Harvard. Antes. Yo ya era abogado en Panam¨¢.
Y alguien que hab¨ªa triunfado en la salsa, ?por qu¨¦ se empe?¨® en sacar un t¨ªtulo en Harvard? Porque mi mam¨¢ no me vio graduarme en Derecho all¨¢ en Panam¨¢.
?Solo por eso? Por eso y porque yo siempre siento la necesidad de reinventarme. Cuando me veo c¨®modo en algo me voy para otra parte. Aparte de que a m¨ª la fama y eso¡, aunque suene hip¨®crita y yo no tenga explicaci¨®n para la contradicci¨®n, eleg¨ª tres profesiones que tienen que ver con dar la cara: la m¨²sica, la actuaci¨®n y la pol¨ªtica. ?C¨®mo pas¨®? No s¨¦.
Bueno, porque es usted carism¨¢tico. No, carism¨¢tico no. Yo quer¨ªa salir a cantar con m¨¢scara, pero me lo prohibieron.
Bueno, pero est¨¢bamos en Harvard. A m¨ª me retaron b¨¢sicamente. Fue all¨ª, me invitaron a hablar de la m¨²sica y la pol¨ªtica. Entonces el decano, que se llamaba Fred Schnei?der, me dijo que si volver¨ªa a estudiar, y yo le dije que claro, que el proceso de educaci¨®n para m¨ª no terminaba nunca. Me pregunt¨® si ingresar¨ªa en esa universidad y yo le respond¨ª que no cre¨ªa que me aceptaran. Sigui¨® insistiendo, y le dije que si me mandaba la solicitud, lo intentar¨ªa. Me asegur¨® que si estaba pensando en la pol¨ªtica no ser¨ªa mala idea para el futuro darme una vuelta por all¨ª. Yo ni me lo planteaba, le dije que en la universidad hab¨ªa pasado raspando, pero me anim¨®, y me aceptaron por un ensayo que envi¨¦ y que empezaba diciendo: ¡°Tres veces a la semana mi abuela y yo camin¨¢bamos al cine Edison que albergaba el aire acondicionado m¨¢s fr¨ªo de todo el hemisferio occidental¡¡±. Me aceptaron. Me puse a pensar, aunque primero me dio la vanidad: ohhhh, voy a ir a Harvard. Luego me plante¨¦: para qu¨¦. Pero en esa jugada entr¨® mi mam¨¢. En mi familia nadie hab¨ªa llegado a la universidad y ella ni siquiera me vio graduarme porque tuvieron que salir en el 73 por un problema con Noriega. Mi padre era detective y le hab¨ªan inventado un complot. Me qued¨¦ pensando y vi que era una oportunidad para que mi vieja me viera graduarme. Eso pes¨® mucho. Cuando entr¨¦ en la universidad, a las dos semanas, pens¨¦ que era lo m¨¢s est¨²pido que hab¨ªa hecho en mi vida.
?Por qu¨¦? Era dificil¨ªsimo. Llegu¨¦ con la arrogancia de pensar que iba a controlar y, qu¨¦ va, t¨² no controlas ah¨ª nada. Peor que parir un hijo macho, andar metido dos a?os en esa vaina. Era como ir al ba?o constipado. Muy dif¨ªcil. Lo logr¨¦, pero todav¨ªa es el d¨ªa que me despierto y pienso que me falta algo, que no me han aprobado. Y la banda encabronada conmigo, no pod¨ªan trabajar porque yo era el cantante, me hubieran mandado matar. Ahora me est¨¢n haciendo un archivo all¨ª y les estoy enviando correspondencia. Voy a editar las cartas pol¨ªticas para que queden las ideas de lo que fue mi Movimiento Pap¨¢ Egor¨®. El argumento sigue siendo v¨¢lido.
Usted tuvo el cuidado de convertirse en un artista latino. Cada canci¨®n suya trataba de un asunto que ten¨ªa que ver con alg¨²n pa¨ªs del continente en concreto. ?Fue intencionado? S¨ª, yo dir¨ªa desde Pablo Pueblo, en 1976, aunque ya apuntaba aquello desde 1969 con De Panam¨¢ a Nueva York donde est¨¢ El pescador o Juan Gonz¨¢lez. Pero mi argumento ha sido siempre el ser humano. No veo a la gente como miembros de un pa¨ªs.
Pero s¨ª como pertenecientes a una comunidad: la latinoamericana. S¨ª, porque yo me defino as¨ª, es una cuesti¨®n cultural. Una crianza, una educaci¨®n, un entorno social en el que tiene que ver la lengua y una cuesti¨®n an¨ªmica, el lugar donde forjaste tus sue?os, donde tuviste tus primeras intenciones, tus primeras equivocaciones y aciertos, contactos de solidaridad, risa y llanto. Eso es algo patri¨®tico, que me gusta definirlo as¨ª porque resulta abstracto, porque conlleva una m¨ªstica que me define a m¨ª como el transmisor de la esperanza. Siempre vi mi pueblo, a mi gente con esperanza, no como un s¨¢lvese quien pueda sino como un salv¨¦monos todos.
?Siempre? ?O m¨¢s cuando entr¨® en pol¨ªtica? Cuando fui ministro de mi pa¨ªs, tambi¨¦n. La gente me dec¨ªa: ?usted no va a extra?ar eso? Y yo respond¨ªa: ¡°?Qu¨¦?, ?qu¨¦ voy a extra?ar? ?El saco y la corbata que me lo tuve que poner?¡±. ?Picha, no me gusta!
?Y se quit¨® el sombrero? No ser¨ªa Rub¨¦n Blades entonces. Me sent¨ª yo completamente.
?Por eso se va a volver a presentar a las elecciones? Estoy pensando un programa para 2019. Voy a hacer todo en esa direcci¨®n, pero quiero estar preparado, no ir a lo loco, sin inventar nada. Ya met¨ª la pata una vez por no ser consciente de una serie de cosas.
?Quiere ser presidente de Panam¨¢? No necesariamente. Lo que yo quiero es presentar un programa de Administraci¨®n p¨²blica distinto de lo que estoy escuchando por ah¨ª.
?Escuchando en su pa¨ªs o en el mundo? En todas partes, aunque espec¨ªficamente en mi pa¨ªs. Es necesario un cambio total, no cosm¨¦tico. Hay que definir qu¨¦ tipo de sociedad queremos. Somos un pa¨ªs de servicios, pero podemos ser m¨¢s que eso. Nuestro lugar es estrat¨¦gico, mi programa abordar¨¢ desde la constituci¨®n hasta las razones de la existencia de la gente. No va a ser f¨¢cil, pero voy a hacer todo para que est¨¦ listo: de la educaci¨®n a la seguridad social, pasando por lo agr¨ªcola, la vivienda.
?Ser¨¢ un programa de izquierdas? No voy a entrar en esa divisi¨®n, el propio argumento va a llevar a las conclusiones pertinentes. Debemos prescindir de los dogmas, aunque hay que buscar un concepto que sea nuevo. Yo soy de izquierdas, de todas formas. Pero no creo en ideolog¨ªas porque esa vaina es una camisa de fuerza que destruye la realidad natural. Necesitamos programas inclusivos, no excluyentes pero sin etiquetas. Las revoluciones, adem¨¢s, piden servidumbre a cambio, y no s¨¦ si eso funciona.
?O sea, que usted est¨¢ en contra de crear mordazas como otros que se definen de izquierda en el continente? No vale ir imponiendo nada. No vale el te voy a dar con mis ideas en la cabeza y si no te voy a meter preso hasta que me quieras. El asunto es qu¨¦ hacer con el porcentaje que no te apoya. ?Qu¨¦ hace una democracia? Garantiza el voto. Pero no garantiza justicia, ni raz¨®n. Hay que ser m¨¢s humildes, aunque la humildad, como digo, es el orgullo en reposo.
?Corrompe el poder? No necesariamente. El poder desenmascara, cuando t¨² no est¨¢s preparado para ejercerlo, si accedes a ¨¦l, te conviertes en un problema. Cuando fui ministro yo sal¨ª como entr¨¦. Aunque con deudas.
Pero con ganas de volver, como veo. Con ganas de presentar un proyecto antes de morirme y dejarlo ah¨ª, y si no lo hago yo, lo emprende otro, un camino que no sea como el de aquellos imb¨¦ciles que les da por aniquilarse mutuamente, te lo juro por mi madre muerta, es para dejar algo. Si tengo que ir yo, voy, pero no lo hago por ejercer el poder.
?C¨®mo tiene las encuestas? Creo que todav¨ªa me queda credibilidad, pero no tengo la menor piche idea de esa vaina. Lo que s¨¦ que tengo son 500.000 seguidores en Twitter, pero no acabo de enterarme para qu¨¦ sirve.
No llega a los 13 millones del escritor Paulo Coelho, pero es algo. ?Tanto? ?Eso es una verraquera! ?El alquimista!
?No tiene miedo de contraer m¨¢s deudas? Para entonces ya las voy a tener todas pagadas. Este a?o empiezo.
?Le implica dar muchos conciertos? Alguno, para pagar impuestos, tambi¨¦n. Incluir¨¦ Espa?a en mi adi¨®s.
?Su adi¨®s? S¨ª, voy a trabajar hasta 2016.
?Y se retira? Me voy a salir de las giras de salsa.
?Cansado? No, pero tengo que empezar a preparar lo otro y armar un grupo de rock.
?De rock? S¨ª, no tanto en verdad, de mixtura.
?Y qui¨¦n le acompa?ar¨¢? ?Todos los que han colaborado con usted? ?De Paul Simon a Sting pasando por Man¨¢, Lou Reed o Bob Dylan? No, hombre, ya esos tienen su banda. Es que tengo canciones que quiero plantear de otra forma. Y tocar guitarra, que nunca la he tocado.
?Como la de Dylan? Pero cantando mejor.
?C¨®mo fue aquello de escribir una canci¨®n con ¨¦l? Fue muy c¨®mico. ?l es muy reservado.
Rarito. S¨ª, s¨ª, vamos a ver si la acabamos, hici- mos parte de la letra, va sobre el hecho de hacer cosas que uno no quiere, pero tiene que hacer.
?Y aquella colaboraci¨®n con Paco de Luc¨ªa? ?Cooo?o, no! ?Qu¨¦ cosa tan triste! Iba a ser un disco de boleros. Esa noticia de su muerte ha sido una patada en el alma. ?T¨² sabes para m¨ª el honor que fue que quisiera hacer ese disco de boleros conmigo? ?Carajo! Pero no lo voy a hacer con nadie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.