Los caminos llenos de escombros
Demasiada clase dirigente, espa?ola y catalana, parece no preocuparse por los cascotes del recorrido
Walter Benjamin dec¨ªa que cuando una persona miraba hacia atr¨¢s sol¨ªa encontrarse con que su vida hab¨ªa estado marcada por lo que ¨¦l defin¨ªa como "hombres destructivos". "El car¨¢cter destructivo", escribi¨®, "no ve nada duradero". "Por eso mismo, ve caminos por todas partes. Donde otros tropiezan con muros o monta?as, ¨¦l ve tambi¨¦n un camino. Y como los ve por todas partes, por eso tiene siempre que dejar algo en la cuneta (¡) Como por todas partes ve caminos, est¨¢ siempre en la encrucijada. En ning¨²n instante es capaz de saber lo que traer¨¢ consigo el pr¨®ximo. Hace escombros del existente, y no por los escombros mismos, sino por el camino que pasa a trav¨¦s de ellos".
Ese tipo de personas se creen j¨®venes y se sienten alegres, porque el car¨¢cter destructivo les permite simplificar un mundo dif¨ªcil y mal hecho. Para ellos, basta con hacer sitio, despejar, sin que sea preciso interrogarse sobre lo que va a ocupar el lugar de lo destruido. Por lo que se ve, dec¨ªa Benjamin, "el don de encender en lo pasado la chispa de la esperanza" es algo que se deja en manos de los historiadores. Si ese don estuviera presente tambi¨¦n en los pol¨ªticos, se esforzar¨ªan en no llevarnos por caminos que solo ellos ven y buscar¨ªan las sendas m¨¢s amables que, pacientemente, ha ido abriendo la experiencia.
El relato de Benjamin viene a cuento de las muchas cosas que est¨¢n sucediendo en Espa?a y del af¨¢n de algunos por hacer escombros de un camino que se fue abriendo en el pasado inmediato y por el que deber¨ªa seguir brillando "la chispa de la esperanza". El camino que tanto se ha recordado estos d¨ªas con motivo del fallecimiento de Adolfo Su¨¢rez se abri¨® pacientemente con la elaboraci¨®n de una Constituci¨®n democr¨¢tica sobre la que se podr¨ªa seguir transitando, mejorando lo que a trav¨¦s de la negociaci¨®n se estime preciso.
Nos hemos vuelto pobres. Hemos ido perdiendo uno tras otro pedazos de la herencia de la humanidad, dec¨ªa Walter Benjamin
No se trata solo de acudir a la Constituci¨®n para hablar del ordenamiento territorial del Estado. El texto negociado en 1978 contiene tambi¨¦n una marcada senda de respeto a los derechos ciudadanos, a las libertades civiles, que algunos quieren estrechar y esquivar y sin la que, t¨¦ngase muy presente, el resto del entramado, del armaz¨®n, pierde sentido. El miedo del Gobierno y de las clases dirigentes (el famoso establishment) a las movilizaciones sociales que ha provocado la crisis social, y la sospecha de que ir¨¢n increment¨¢ndose a medida que la sociedad no perciba mejora, puede llenar el camino de escombros: una indiscriminada y desproporcionada restricci¨®n de derechos civiles.
El proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana entra de lleno en ese car¨¢cter destructivo de la Constituci¨®n. Como lo hace la exigencia de la alcaldesa y del presidente de la Comunidad de Madrid de fijar espacios acotados para el ejercicio del derecho a la manifestaci¨®n. Cansa tener que recordar que el derecho a la manifestaci¨®n est¨¢ regulado en todas las democracias, pero que esa regulaci¨®n no puede desposeerle de su sentido de protesta, que consiste precisamente en hacer llegar su descontento al resto de la ciudadan¨ªa y a los poderes p¨²blicos.
Es cierto que existe en Espa?a demasiada clase dirigente que parece no preocuparse por los escombros que quedan en los caminos por los que discurrimos. En toda Espa?a, con el impresionante destrozo social que nos corroe y amenaza, y en Catalu?a en particular, con la peculiar convicci¨®n de quienes creen que "basta con hacer sitio", "con despejar" para encontrar una honda armon¨ªa.
Quienes, en el movimiento independentista, ven caminos por todas partes, posibilidades para "esquivar y sobrepasar" todas las monta?as y que est¨¢n dispuestos a dejar lo que sea preciso en la cuneta; personas que parecen vivir el instante sin pensar qu¨¦ "traer¨¢ consigo el pr¨®ximo". Que atribuyen al aire fresco unas grandes virtudes sociales. Benjamin vivi¨® una gran crisis econ¨®mica. Y escribi¨®: "Nos hemos vuelto pobres. Hemos ido perdiendo uno tras otro pedazos de la herencia de la humanidad, a menudo hemos tenido que empe?arlos en la casa de pr¨¦stamos por la cent¨¦sima parte de su valor, a cambio de la calderilla de lo actual".?
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