Ni?o pobre en un pa¨ªs rico
Faltan pol¨ªticas para proteger a la infancia y la educaci¨®n es clave ¡°Ser pobre no es tener hambre ni dejar de ir a la escuela, sino falta de libros y mala alimentaci¨®n¡±, dice Marta Arias, de Unicef
Siete veces se mencion¨® la palabra infancia, en 17 ocasiones se dijo ni?o, y ninguna ni?a, en los dos d¨ªas que se prolong¨® el debate del Estado de la Naci¨®n celebrado el pasado febrero. Siempre en referencia a la situaci¨®n de pobreza que aumenta en este colectivo de la sociedad. El primero en sacar el tema fue el socialista Alfredo P¨¦rez Rubalcaba; y Rosa D¨ªez, de UPyD, fue la que m¨¢s tiempo dedic¨® a denunciar este problema en la tribuna del Congreso, que se resume en una cifra: m¨¢s de dos millones y medio de menores viven en hogares por debajo del umbral de la pobreza relativa, es decir, con menos de 14.784 euros para dos adultos y dos hijos (308 euros al mes por miembro de la familia), seg¨²n datos de Unicef y Save the Children en base a las estad¨ªsticas del INE.
El dato coloca a Espa?a a la cabeza en pobreza infantil en la Uni¨®n Europea, solo por detr¨¢s de Ruman¨ªa, seg¨²n datos de Eurostat de 2013 recogidos en un informe publicado por C¨¢ritas Europa el pasado jueves, que solo se basan en la renta. Lo que da cuenta de la magnitud de un problema que, una vez radiografiado y denunciado, abre importantes preguntas y, sobre todo, la urgencia de responderlas. ?A qui¨¦n afecta en un pa¨ªs en crisis pero, en definitiva, rico? ?Qu¨¦ medidas se han tomado? ?C¨®mo romper el c¨ªrculo de pobreza que ha atrapado a los adultos del futuro? ?Qu¨¦ efectos puede producir no hacerlo tanto en los peque?os como en la sociedad en su conjunto?
Paloma (nombre supuesto) y su familia saben muy bien lo que esconden las cifras y sus consecuencias. Esta madre de una ni?a de cinco a?os y un chaval de 12 no puede contener el llanto al reconocer que el mayor ha llevado muchos meses zapatillas con agujeros en la suela. ¡°Hasta que se dio cuenta mi madre y me dio para que se las cambiara¡±, dice despu¨¦s de un largo silencio para recomponerse de la emoci¨®n. En casa de Paloma no hay dinero para ropa nueva o ir al cine desde 2008, cuando su marido fue despedido ¡ª¡°el mismo d¨ªa que naci¨® mi hija¡±, dice¡ª y quebr¨® la ¨²ltima de las tres carnicer¨ªas que ten¨ªan, dej¨¢ndoles una importante deuda con Hacienda y la Seguridad Social. En poco tiempo ya no pod¨ªan pagar la hipoteca de sus dos viviendas (una de ellas en la playa) e incapaces de venderlas, acabaron desahuciados en 2009, agotando los subsidios y sin m¨¢s apoyo que la familia.
¡°Ser pobre en Espa?a no es tener hambre, pero s¨ª mala calidad de alimentaci¨®n. No es no poder ir a la escuela, sino no tener material para estudiar. Hablamos de falta de oportunidades y vulneraci¨®n de los derechos de los ni?os¡±, apunta Marta Arias, directora de sensibilizaci¨®n y pol¨ªticas de infancia de Unicef Espa?a, en el marco del debate celebrado por EL PA?S y la Fundaci¨®n La Caixa sobre pobreza infantil.
El Gobierno destina 17 millones en cuatro a?os contra la pobreza infantil
¡°Esto significa falta de oportunidades para ma?ana. La pobreza infantil de hoy generar¨¢ situaciones dram¨¢ticas en el futuro que todav¨ªa no podemos percibir¡±, a?ade Jos¨¦ Luis Graus, director de Redes Sociedad Cooperativa Madrile?a, que trabajan con familias en riesgo de exclusi¨®n en el barrio de Carabanchel.
¡°Pobre tambi¨¦n es el ni?o que se siente como tal compar¨¢ndose con los dem¨¢s, que ve que no tiene opciones. Notas que les falta la esperanza, que perciben el cabreo en casa. Es una tristeza que el ni?o no puede soportar¡±, dice el psic¨®logo y pedagogo, Bernab¨¦ Tierno, interviniente en el debate. Una descripci¨®n en la que encaja la mayor de las hijas de Amparo Pastor, madre de dos ni?as de uno y nueve a?os. El matrimonio est¨¢ sin trabajo desde hace dos a?os, cuando ¨¦l perdi¨® su empleo como vigilante de seguridad y ella ya no encontr¨® ninguna casa m¨¢s que limpiar. Los 500 euros de paro que cobra el marido no dan para mucho en una familia de cuatro en Valencia. ¡°Nos falta de todo: alimentos, materiales para el colegio, ropa¡ Ella nota la tensi¨®n en casa. Nosotros procuramos no enfadarnos o alterarnos, pero cuando llegan los recibos y nos los puedes pagar¡¡±, lamenta Pastor. ¡°La ni?a a veces nos da ¨¢nimos, pero otras llora. Eso me pone mala¡±, relata.
Las familias en las que hay ni?os que sufren carencias suelen ser numerosas, o monoparentales, con uno de los progenitores extranjeros, o en las que los padres carecen de educaci¨®n secundaria. A ellos se van sumando, aquella otrora clase media hoy desempleada y agotando los subsidios, o los conocidos como trabajadores pobres con subempleos, precarios y mal pagados. As¨ª lo detalla Andr¨¦s Conde, director general de Save the Children. Y aunque el fen¨®meno no distingue entre comunidades aut¨®nomas, coinciden los expertos, las diferencias entre los costes de vida en las grandes ciudades y en las zonas rurales, hace que el umbral de pobreza (14.784 euros al a?o) afecte de manera desigual a las familias seg¨²n su localizaci¨®n.
Pero lejos de que se trate de un problema coyuntural que se solucionar¨¢ cuando el pa¨ªs salga de la crisis, desde las organizaciones sociales alertan que la pobreza, sobre todo la infantil, es estructural y urge tomar medidas para que la penuria no se perpet¨²e de generaci¨®n en generaci¨®n. ¡°Si es estructural quiere decir que la pobreza cambiar¨¢ de nombre, pero seguir¨¢ existiendo¡±, advierte Graus.
¡°La educaci¨®n es la clave¡±, asegura Tierno. ¡°Los ni?os tienen m¨¢s de 100.000 millones de neuronas aunque vengan de una familia humilde¡±, a?ade. Pero no son ajenos a la situaci¨®n econ¨®mica de sus padres. Pastor asegura que su hija est¨¢ distra¨ªda y le cuesta concentrarse para estudiar y hacer los deberes debido a la situaci¨®n econ¨®mica en casa. ¡°Pero todav¨ªa no me ha suspendido ninguna¡±, aclara la madre.
¡°Creo que poca gente discute ya que la mejora educativa es fundamental para que esto cambie¡±, considera Marc Simon, director del ?rea Social de Fundaci¨®n La Caixa. ¡°Pero las tasas de abandono escolar son muy elevadas y eso no augura un buen futuro¡±, abunda. Las estad¨ªsticas lo corroboran. En su estudio El impacto de la crisis europea con datos de Eurostat, C¨¢ritas Europa revela que uno de cada cuatro j¨®venes (26,5%) abandona la escuela de manera temprana, la mayor proporci¨®n de la UE y muy por encima de la media, de 13,5%.
La situaci¨®n de necesidad genera tristeza en los ni?os", dice Bernab¨¦ Tierno
En el debate no hay discrepancias en este punto: la lucha contra la pobreza infantil necesita, en gran medida, luchar contra el fracaso escolar. ¡°Es verdad que se requieren medidas asistenciales para muchos ni?os de manera inmediata, pero la educaci¨®n es la apuesta para cambiar el ciclo¡±, detalla Conde. As¨ª lo cree tambi¨¦n el Gobierno, que recoge en el Plan Estrat¨¦gico Nacional de Infancia y Adolescencia (2013-2016): ¡°El acceso a una educaci¨®n de calidad desde las primeras etapas de la vida es el mejor instrumento para combatir la pobreza y la exclusi¨®n social, as¨ª como su transmisi¨®n intergeneracional¡±. La inversi¨®n estatal en educaci¨®n se ha recortado, sin embargo, un 16,7% desde 2010.
Graus lo tiene claro: ¡°No veo voluntad de enfrentar la pobreza infantil¡±. ¡°Los ni?os no est¨¢n en la agenda pol¨ªtica porque no son electores. Y no est¨¢n en la agenda econ¨®mica porque no toman decisiones de compra, ni financieras, ni son una fuerza de trabajo¡±, asevera Conde, de Save the Children.
Marc Simon apunta que la soluci¨®n, sobre todo en momentos de escasez de recursos, tiene que llegar desde la colaboraci¨®n de muchos: las organizaciones sociales, las empresas y el Estado. Por su parte, la entidad que preside (Fundaci¨®n La Caixa), ha destinado 300 millones de euros en la lucha contra la pobreza infantil desde 2007 a trav¨¦s de su programa ProInfancia. Para Paloma la ayuda que recibe de este proyecto y Save the Children es importante. ¡°Podemos comprar el material escolar y el ni?o se pudo ir de campamento el verano pasado. Y llevaba muchos a?os sin vacaciones¡±, dice.
Arias matiza que las acciones de las ONG y la responsabilidad social corporativa de las compa?¨ªas son necesarias, pero ¡°no deben sustituir la labor de la Administraci¨®n p¨²blica¡±. ¡°Estamos hablando de derechos b¨¢sicos como la alimentaci¨®n o la educaci¨®n. Y el Estado es responsable. Espa?a tendr¨ªa que hacer una mayor inversi¨®n en infancia. La que hay es escasa y poco efectiva. Hay pa¨ªses que dan ayudas p¨²blicas a los ni?os desde que nacen¡±, afirma.
En este sentido, Conde cree, adem¨¢s, que no existe conciencia social sobre este problema. ¡°Cuando la haya, entrar¨¢ en la agenda pol¨ªtica¡±. As¨ª, el director de Save the Children echa de menos un plan nacional para luchar contra la pobreza infantil. ¡°Con recursos, claro¡±. Lo dice porque el Plan Estrat¨¦gico Nacional de Infancia y Adolescencia, aprobado en abril de 2013, no contiene medidas espec¨ªficas en este sentido. S¨ª las hay en el Plan Nacional de Inclusi¨®n Social, de diciembre de 2013, que hace un diagn¨®stico exhaustivo de la situaci¨®n y contempla por primera vez una partida presupuestaria exclusiva e ¨ªntegra contra la pobreza infantil. ¡°Es un esfuerzo¡±, reconoce Conde. Pero la cantidad anunciada, de 17 millones para cuatro a?os, dividida entre los casi tres millones de ni?os en riesgo, supone una inversi¨®n de un euro y medio anual por menor. ¡°Es insuficiente¡±, zanja.
Los presupuestos que los diferentes ministerios destinan en general a familia y ni?os ¡ªeducaci¨®n o servicios sociales¡ª tampoco son elevados comparados con otros pa¨ªses del entorno. Espa?a dedic¨® 270 euros por habitante (1,5% del PIB en total) en este concepto, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles de Eurostat de 2011 que maneja Unicef, frente a 510 de media en la UE (2,3% del PIB).
Amparo Pastor no ha recibido todav¨ªa la ayuda para la adquisici¨®n de libros de texto que le concedieron el a?o pasado. Desesperada, hizo fotocopias de algunos de los manuales para que su hija pudiera estudiar en el colegio. ¡°Pero me dijeron que no se puede y yo no puedo comprarlos. El pr¨®ximo septiembre ya ver¨¦ que hago. Ella quiere estudiar¡±, relata. Pastor dice que la explicaci¨®n que da a su peque?a cuando le pide algo y no se lo pueden dar (la mayor¨ªa de las veces) es que est¨¢n vivos y que ya llegar¨¢n momentos mejores.
Con ProInfancia La Caixa dedica 300 milones para menores en riesgo
Marta Arias recuerda que otros pa¨ªses ya han tomado medidas especiales cuando han tenido un repunte de pobreza infantil, como Gran Breta?a o Irlanda, que Espa?a podr¨ªa replicar. El director de Save the Children coincide. ¡°Hay que proteger a los ni?os porque son un colectivo vulnerable. Igual que se hizo con las personas mayores en su momento en el Pacto de Toledo. Habr¨ªa que dar ayudas directas a familias, promover pol¨ªticas de empleo que discriminen positivamente a personas con hijos y potenciar la atenci¨®n a la infancia en los servicios sociales¡±, detalla.
A falta de esas pol¨ªticas, las existentes se presentan insuficientes en un pa¨ªs que no est¨¢ preparado para afrontar un fen¨®meno que no es nuevo, pero s¨ª desconocido en las dimensiones actuales, seg¨²n los especialistas. Las ONG como las que dirige Graus, especializadas en asistir a chavales en riesgo, tienen m¨¢s trabajo, pero se encuentran que sus presupuestos tambi¨¦n han sufrido recortes. ¡°En Carabanchel, la inversi¨®n en nuestros programas se ha reducido dos tercios desde 2009¡±, denuncia Graus, de Redes Sociedad Cooperativa Madrile?a.
Pero las causas por las que las familias a veces no reciben ayuda no son pol¨ªticas ni por falta de programas. Muchas ¡ªque hasta hace menos de un lustro no hab¨ªan pasado estrecheces¡ª se resisten a pedir auxilio. Es el caso de Paloma. Ocult¨® sus problemas financieros a su entorno, tambi¨¦n a los hijos, hasta que la situaci¨®n fue insostenible. Save the Children le apoy¨® para que contase su caso en el colegio de los ni?os y le puso en contacto con el programa ProInfancia de La Caixa del que hoy es beneficiaria. ¡°Me arrepiento mucho de no haberlo contado antes¡±, reconoce. ¡°La directora del colegio lloraba cuando nos reunimos y supo lo que pasaba¡±, recuerda. Desde entonces, han recibido el apoyo del centro escolar. Tambi¨¦n de su banco, el mismo que los desahuci¨® (Bankia), que les ha proporcionado un alquiler social. Poco a poco, dejan atr¨¢s la concatenaci¨®n de semanas sin probar el pescado ¡ª¡°la ternera lleva a?os sin aparecer por casa¡±, bromea triste la madre¡ª y los d¨ªas de invierno en los que no han puesto la calefacci¨®n. Solo queda por delante la tit¨¢nica tarea de que ning¨²n ni?o est¨¦ mal nutrido o pase fr¨ªo. En cualquier parte del mundo. Tampoco en la puerta de al lado.
*El autor de la foto de portada es Aitor Lara/Save the Children.?.
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